El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, reivindicó la realización en Roma de la próxima Cumbre Mundial de la Alimentación, y discrepó del primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, quien teme disturbios.
Berlusconi cree probable que se produzcan en Roma protestas violentas como las registradas en julio en la noroccidental ciudad italiana de Génova, durante la cumbre del Grupo de los Ocho (G-8) países más poderosos, que reúne a Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia.
En esa ocasión, los disturbios dejaron el saldo de un muerto, más de 200 heridos y por los menos 300 activistas arrestados.
La capital italiana, donde se prevé realizar la reunión del 5 al 9 de noviembre, es sede de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), y Annan sostuvo que esa agencia tiene derecho a decidir dónde se llevará a cabo la cumbre, con independencia de la opinión de Berlusconi.
«Todas las conferencias de este tipo son autorizadas por los Estados miembros (del foro mundial representados en las agencias convocantes de la ONU), en este caso en la FAO, y es habitual que se lleven a cabo en las sedes» de esas agencias, señaló el secretario general, quien confirmó que asistirá a la cumbre.
«Hasta ahora, ninguna conferencia de la ONU ha sido blanco de manifestantes violentos», destacó.
La llamada Cumbre del Milenio, convocada por el foro mundial el año pasado en su sede de Nueva York, y a la cual asistieron unos 150 gobernantes, «transcurrió en forma muy pacífica», recordó.
Las protestas callejeras realizadas en estos días durante la Conferencia Mundial contra el Racismo, organizada por la ONU en el oriental puerto sudafricano de Durban, han sido pacíficas, apuntó.
«Espero que todos tengan en cuenta esos hechos», añadió.
La semana pasada, Berlusconi dijo a periodistas que «ya no es posible realizar reuniones internacionales de alto nivel en entornos urbanos».
«Examinamos la cuestión con atención y diligencia. No podemos exponer la sagrada Roma a riesgos de este tipo», agregó.
El gobierno italiano sugirió que la Cumbre Mundial de la Alimentación, a la cual la FAO espera que asistan más de 150 gobernantes, se lleve a cabo en algún país de Africa.
El alcalde de Roma, Walter Veltroni, discrepó con Berlusconi y declaró que trasladar la sede de la cumbre establecería el principio de que ninguna cumbre de este tipo podrá realizarse luego en una ciudad de Occidente.
«Sería como decir que la ONU no puede reunir a su Asamblea General en Nueva York», comentó.
Los gobiernos municipales de Nueva York, Génova, Nairobi, París, Roma y Viena, las ciudades que albergan sedes de agencias del foro mundial, han firmado acuerdos con la ONU y deben cumplirlos, sostuvo.
«La Cumbre de la Alimentación es de naturaleza distinta de la del G-8. Roma está lista para hacer su parte, y ser sede tanto del diálogo como de las protestas pacíficas», enfatizó.
El ministro de Relaciones Exteriores de Italia, Renato Ruggiero, dijo en una entrevista publicada el mes pasado por un diario de ese país que la iniciativa de trasladar la sede de la Cumbre de la Alimentación se planteó antes de que se produjeran los violentos disturbios de Génova.
Esa propuesta se basa en la «lógica», aseguró.
«¿Por qué reunirnos en Occidente para hablar del hambre en el mundo, y no en uno de los países que sufren el drama de la desnutrición?», preguntó el ministro, quien fue presidente de la Organización Mundial de Comercio.
En Génova, «los ataques de un grupo violento de marginales convirtieron a la cumbre en un acontecimiento durante el cual los medios de comunicación dieron prioridad a cuestiones de mantenimiento de la ley y el orden, sin prestar atención a las discusiones de los gobernantes que participaron», sostuvo.
«Si se realizara una encuesta, comprobaríamos que la amplia mayoría de los italianos no saben qué se discutió en la cumbre del G-8, pese a que todos se enteraron de los incidentes violentos», afirmó.
La idea de realizar reuniones internacionales sobre el hambre y la pobreza en Africa, un continente muy afectado por esos problemas, fue compartida por Adrian Lovett, portavoz de la organización no gubernamental británica Drop the Debt, dedicada a promover el alivio de la deuda externa del mundo en desarrollo.
«Sin embargo, los principales gobernantes del mundo sólo piensan en reunirse en Africa cuando afrontan problemas en sus países», comentó.
Uno de los objetivos de la reunión de la ONU, que se prevé llevar a cabo del 5 al 9 de noviembre, es evaluar el cumplimiento de los objetivos de la primera Cumbre Mundial de la Alimentación, realizada en Roma hace cinco años.
Roma es sede de otras dos agencias del foro mundial: el Programa Mundial de Alimentos y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola. (FIN/IPS/tra-eng/td/aa/mp/dv ip/01