El gobierno de Alemania aprobó hoy el aumento de impuestos al tabaco y a los seguros para financiar un paquete de medidas antiterroristas por valor de 1.500 millones de dólares, como consecuencia del ataque de la semana pasada contra Nueva York y Washington.
Alemania, el primer país que sube impuestos expresamente para luchar contra el terrorismo, dispuso sus medidas con motivo de la cumbre de la Unión Europea (UE) de este viernes, en la que se debatirán medidas de cooperación antiterrorista.
«Se trata de la seguridad de nuestro país aquí y ahora, por eso se necesita financiación inmediata. Sería inconcebible que los fondos se obtuvieran mediante endeudamiento, cargando a las generaciones futuras», declaró el ministro de Finanzas, Hans Eichel al presentar las medidas.
La recaudación se aplicará a mejorar la capacidad militar para librar combates en escenarios distantes, sostener las actividades de inteligencia e incrementar la vigilancia electrónica que ejercen la policía federal y fronteriza.
Se estima que estas medidas impulsarán la cooperación de la UE en la materia, suministrándole recursos por adelantado.
«No basta con ir a Bruselas a hablar fuerte sobre coordinación de inteligencia o lucha antiterrorista. Debemos respaldar lo que decimos con nuestro dinero», sostuvo un funcionario del Ministerio del Interior.
El paquete aprobado este miércoles incluye la reforma de las leyes antiterroristas para abarcar actos cometidos en otros países. La legislación en vigor desde los años 70 sólo cubre reprime delitos perpetrados en territorio alemán.
La reforma prevé penas para quienes desde Alemania se involucren en la planificación o apoyo a ataques terroristas en el exterior.
Los ministros de Justicia de la UE discutirán este jueves en Bruselas una propuesta para que los países miembro admitan órdenes judiciales libradas contra acusados de terrorismo en cualquier país del bloque.
Los ministros del gobierno federal resolvieron así mismo ajustar los controles del personal de los aeropuertos, incrementar la vigilancia sobre el lavado de dinero y reformar la ley de derecho bancario para permitir la investigación de las cuentas personales de sospechosos.
La inquietud se apoderó de Alemania tras el descubrimiento de una red musulmana terrorista en la ciudad de Hamburgo que incluía a tres de los presuntos secuestradores suicidas que el martes 11 estrellaron tres aviones contra las torres gemelas de Nueva York y el edificio del Pentágono en Washington.
Las autoridades temen que el país pueda estar alojando a terroristas mantenidos en estado «de latencia» durante años hasta que se los requiera para atentados mayores.
Sin embargo Alemania no es una base importante para los movimientos del grupo Al Qaeda del extremista saudita Osama bin Laden, señalado por Estados Unidos como principal sospechoso de los atentados de la semana pasada, dijo el experto en inteligencia Erich Schmidt Ennboom.
«Los servicios secretos creen que hay personas viviendo en Alemania, Holanda y Suiza que forman parte de la red de Bin Laden, pero Alemania es más que nada un centro de descanso y recreación, en lugar de un foco de actividad terrorista», sostuvo.
No obstante, el temor de albergar a terroristas «latentes» condujo a la medida más polémica: el levantamiento del «privilegio religioso» que otorga un estatuto de protección especial a las organizaciones religiosas dentro de la ley de asociación.
El fin del «privilegio» facilitará la aprobación de medidas para prohibir organizaciones islámicas que, según funcionarios de seguridad, abusan de su estatuto religioso con el fin de recaudar fondos para organizaciones extremistas.
También facilitará la respuesta del gobierno alemán, una vez que la Unión Europea llegue a un acuerdo sobre una lista de organizaciones «terroristas», como está previsto en el futuro cercano.
«No podemos permitir que una pequeña minoría de musulmanes que viven aquí realicen acciones como el ataque contra Estados Unidos», declaró el ministro del Interior Otto Schily.
Sin embargo, el ministro se negó a nombrar organizaciones específicas que podrían perder el «privilegio religioso».
Volker Beck, político del Partido Verde ecologista, dijo que existen varias organizaciones islámicas en Alemania bajo vigilancia de la Oficina para la Protección de la Constitución, el organismo de inteligencia interna.
Esos grupos estarían «prohibidos hace tiempo» si no fuera por la inmunidad de que gozaban según el «privilegio religioso», sostuvo Beck.
El Consejo Central para el Islam, una organización que reúne a numerosos grupos musulmanes alemanes, recibió con beneplácito el cambio de la ley de asociación.
El vicepresidente del Consejo, Abú Bakr Rieger, dijo que el cambio ayudará a proteger a la comunidad musulmana, afectada por la reacción general antiislámica.
«Debe hacerse todo lo posible para marginar a los grupos extremistas en el futuro. Nos resulta muy difícil mantener a los radicales fuera de las mezquitas», agregó.
Rieger dijo que los musulmanes alemanes no apoyan a hombres como Bin Laden.
Así mismo, algunos funcionarios creen que los distintos organismos públicos podrían intercambiar información sobre sospechosos con mayor eficacia si se flexibilizan las leyes de protección a los datos personales, que son de las más rigurosas de Europa.
«En algunos casos, la protección de los datos personales se transformó en una protección del terrorismo», declaró un portavoz del Ministerio del Interior.
Sin embargo, no todos apoyan el cambio de esas leyes.
«Cuando existen indicios de que alguien pertenece a una organización terrorista o está planeando algo, la Oficina para la Protección de la Constitución tiene muchas maneras de conseguir información electrónica o de intervenir las conversaciones telefónicas», dijo Joachim Jacob, funcionario encargado de Protección de datos personales.
Según Jacob, la policía, la inteligencia interna y la BND, el organismo de espionaje, nunca se quejaron de que las leyes de protección a los datos personales obstruyeran sus investigaciones.
«Debemos considerar medidas de seguridad alternativas para que, en el contexto de la histeria general, la gente no se queje de que estamos endureciendo las cosas en forma innecesaria y que socavamos las libertades civiles», comentó.
Schily también pidió que los pasaportes incluyan las huellas dactilares de sus titulares, una propuesta rechazada por el Partido Verde, porque pondría «a cada ciudadano bajo sospecha», según sus legisladores. (FIN/IPS/tra-en/ys/mn/dc aq/ip/01