Los dos afganos capturados hoy en el Canal de la Mancha cuando pretendían ingresar a Gran Bretaña habrían sido considerados inmigrantes indocumentados antes de los atentados del martes 11, pero ahora las autoridades los tratan como posibles terroristas.
Rigurosos controles de inmigración adoptados en los últimos días por el Ministerio del Interior británico tienen el propósito de mantener fuera del país a miles de aspirantes a refugiados, especialmente a los afganos.
«Ya existe un gran problema en la frontera afgana. El objetivo principal (de las medidas) es impedir que la gente venga de esa región. También son necesarias por razones de terrorismo», declaró el secretario del Interior David Blunkett.
Miles de personas huyen de Afganistán ante el inminente ataque de Estados Unidos contra el extremista saudita Osama bin Laden y el régimen fundamentalista islámico de Talibán, movimiento que gobierna la mayor parte del país de 23 millones de habitantes.
El gobierno de Estados Unidos considera a Bin Laden el principal sospechoso de los atentados suicidas que destruyeron las torres gemelas del World Trade Center en Nueva York y demolieron parcialmente el edificio del Pentágono en Washington, causando más de 6.800 muertes.
El mayor número de solicitantes de asilo en Gran Bretaña en los últimos seis meses corresponde a afganos.
Las autoridades habían otorgado el asilo a más de 5.000 afganos este año antes de los atentados. Sólo en julio se recibieron 810 solicitudes de asilo de afganos, de un total de 6.255 pedidos de extranjeros.
Campamentos de refugiados en Francia están atestados con miles de afganos que pretenden ingresar a Gran Bretaña. «El número de solicitudes (de los afganos) este verano (boreal) duplicó con creces al del verano anterior y casi duplicó al del siguiente grupo nacional», informó un portavoz del Ministerio a IPS.
El número de solicitudes de asilo de afganos aumentó de 270 en 1992 a 5.555 en 2000. Así mismo, se cree que miles más habrían ingresado en forma ilegal.
Más de 800 inmigrantes, en su mayoría afganos, fueron capturados mientras intentaban ingresar ilegalmente al país a través del Canal de la Mancha en julio. La cifra descendió a 725 en agosto. Se calcula que por cada indocumentado detenido ingresan muchos más.
Las medidas ordenadas por Blunkett implican que todo afgano será visto como un probable terrorista.
El gobierno pidió a los funcionarios de inmigración que tramitan las solicitudes de asilo que revisen con rigor los casos de afganos y que los procesen con severidad, señalaron fuentes de ese sector estatal.
«Eso es trágico en momentos en que (el gobierno) debería hacer lo contrario. Londres debe reconocer que existe una crisis humanitaria en Afganistán y prepararse para aceptar más refugiados», según dijo a IPS Tauhid Pasha, del Consejo Conjunto para el Bienestar de los Inmigrantes.
El gobierno cedió a la presión de los medios de comunicación y de la opinión pública y confunde las necesidades legítimas de los refugiados con terrorismo, dijo Pasha. «Los terroristas tienen recursos mucho mayores y estas medidas no impedirán que los terroristas ingresen al país», agregó.
Blunkett anunció medidas cuasi militares en los puestos de frontera para detener a los inmigrantes indocumentados, que incluyen la contratación de efectivos retirados del ejército para reforzar la seguridad.
Así mismo, todo vehículo que ingrese al país será sometido a rayos x, habrá cámaras de video dirigidas a los pasajeros en los aeropuertos, detectores de latidos se aplicarán a los contenedores para verificar si llevan seres humanos, etc.
En ese sentido, Gran Bretaña colabora con otros países europeos para mantener a los refugiados afganos fuera de Europa, indicó Blunkett.
«No es sólo un problema limitado a Gran Bretaña o a nuestra relación con Francia, sino un tema de movilidad internacional, que las incertidumbres creadas por el horrendo atentado contra Estados Unidos habrán de acelerar», sostuvo.
Mientras Europa le cierra las puertas a los afganos, la secretaria de Desarrollo Internacional, Clare Short, ofreció 40 millones de dólares en ayuda humanitaria destinada a los refugiados fuera de las fronteras de Afganistán.
«Hay demasiada gente que considera a los refugiados afganos como terroristas o criminales. Es especialmente lamentable que aquellos que huyen del Talibán sean perseguidos como si fueran miembros del Talibán», comentó Emma Brooker, abogada especializada en inmigración. (FIN/IPS/tra-en/ss/mn/aq/ip hd/01