La Organización de las Naciones Unidas (ONU) prepara una ayuda de emergencia de 548 millones de dólares para la población de Afganistán atrapada ante la inminencia de un ataque de Estados Unidos.
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, apeló a la comunidad internacional para que responda «lo antes posible y en la manera más oportuna y flexible» a la situación «de la población civil (afgana), que es realmente desesperada».
Más de 20 años de guerra, seis años de gobierno autoritario del movimiento fundamentalista islámico Talibán y tres años de fuerte sequía obligaron a más de cinco millones de los 23 millones de afganos a depender de la ayuda extranjera para sobrevivir, agregó Annan.
Pero esa asistencia ha sido interrumpida «trágicamente», puntualizó.
«Quienes retienen de modo deliberado suministros de alimentos para las personas que padecen hambre, y atacan u obstaculizan la labor humanitaria, sea local o internacional, deben saber que la comunidad internacional los exigirá responsabilidades», agregó Annan.
Unos 275 millones de dólares serán destinados al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), y 188 millones a la asistencia alimentaria.
«Estas cifras responden al peor de los casos, y es que, sencillamente, debemos estar preparados para lo peor», dijo el titular de ACNUR, Ruud Lubbers.
ACNUR aguarda el ingreso de hasta un millón de refugiados afganos en Pakistán, 400.000 en Irán y 50.000 en Tajikistán y Turkmenistán.
Así mismo, la agencia tiene planes de emergencia para proporcionar ayuda a 500.000 personas en territorio afgano, «si es necesario», dijo Lubbers.
«Hoy somos testigos de un esfuerzo mundial sin precedentes para combatir el terrorismo. Necesitamos un esfuerzo similar para enfrentar las posibles consecuencias humanitarias de lo que pueda ocurrir en Afganistán. Contamos con la generosidad de los donantes», agregó.
Llevar la ayuda a la población será todo un desafío, porque la ONU y las organizaciones humanitarias internacionales abandonaron Afganistán, explicó Annan.
Los funcionarios de la ONU se retiraron la semana pasada, ante la inminencia de un ataque de Estados Unidos contra el régimen de Talibán y el extremista saudita Osama bin Laden, señalado por Washington como principal sospechoso de los atentados de este mes contra Nueva York y Washington, que dejaron 6.800 víctimas.
Annan rindió homenaje a los trabajadores humanitarios que aún permanecen en el país, todos ellos afganos.
Las agencias de la ONU dejaron sus equipos de comunicaciones en Afganistán cuando se retiraron, pero el Talibán prohibió a los trabajadores afganos que los utilizaran para comunicarse con el mundo exterior.
La «situación alimenticia en Afganistán es alarmante», advirtió la ONU en un comunicado divulgado este jueves.
«Gran cantidad de personas vulnerables quedarán atrapadas en el conflicto, el invierno y el caos imperante en muchas partes del país», agregó.
El comunicado destacó que se está deteriorando la seguridad en las ciudades afganas y en el territorio junto a las fronteras, y que podrían aumentar los actos delictivos y los saqueos, especialmente contra vehículos y equipos de comunicaciones.
Los precios de los productos básicos aumentarán, y habrá un «descontento creciente» en el vecino Pakistán, que ha accedido a cooperar con Estados Unidos en la búsqueda de Bin Laden.
«Si la intervención militar (que pretende Estados Unidos) está sancionada por el Consejo de Seguridad, existe el riesgo de que el personal de la ONU sea visto como 'el enemigo' por sectores de la población afgana y paquistaní», subrayó el comunicado. (FIN/IPS/tra-en/td/aa/aq/pr/01