Grupos islámicos minoritarios exhortaron a los más de 900.000 musulmanes de Sudáfrica a unirse a la defensa de Afganistán contra un posible ataque de Estados Unidos.
Washington considera al extremista saudita Osama bin Laden, oculto en Afganistán con el apoyo del régimen fundamentalista islámico Talibán, el principal sospechoso de los atentados que el martes 11 derribaron las torres gemelas de Nueva York y destruyeron parcialmente el edificio del Pentágono en Washington.
El reclutamiento de voluntarios para luchar en Afganistán «es un desastre para los musulmanes que intentan mostrar a Occidente y a otros que la religión islámica es tolerante», advirtió Abie Dawjee, de la organización islámica Red de Investigación e Información (RAIN).
Los medios de comunicación se apresuraron a divulgar la opinión de los grupos musulmanes extremistas, como la del Centro de Propagación Islámica, cuyo líder, Yusuf Deedat, se jactó de estar vinculado a Bin Laden.
Esa actitud es «cruel y no puede tomarse en serio», dijo otro dirigente musulmán. Como tampoco se puede tomar en serio al grupo de mujeres de la ciudad de Durban que planearon una marcha para celebrar los atentados que causaron la muerte a más de 5.400 personas en Nueva York y Washington, agregó.
No obstante, existe el riesgo de que las actitudes extremistas se extiendan si la comunidad musulmana se siente perjudicada por la reacción de Estados Unidos ante los atentados.
Los musulmanes sudafricanos también sufrieron incidentes de violencia, al igual que en Estados Unidos, donde se investigan más de 40 hechos contra la comunidad árabe, en los cuales fueron asesinados tres personas a partir del martes 11.
Los 900.000 musulmanes en este país de 40 millones de habitantes son en su mayoría de origen indio y malasio. La comunidad islmámica luchó contra el régimen supremacista blanco del apartheid, desmantelado en 1994.
Organizaciones como el Centro de Capacitación y Desarrollo, de Johannesburgo, integran una coalición de grupos musulmanes que la semana última condenaron los atentados contra Estados Unidos.
«Los atentados no pueden justificarse teológicamente por la ley islámica», dijo el presidente del Centro, Murshied Davids.
«La gente se pregunta '¿qué les pasa a los muslmanes y los árabes? Los musulmanes se sienten intimidados y comienzan a sentir la presión de su entorno hostil», comentó Dawjee.
«Lo ocurrido en Estados Unidos es un gran golpe a nuestra labor», agregó Davies.
Además de asegurar la integración de los musulmanes al resto de la población, esa labor incluye acabar con los estereotipos que afectan a la población islámica del mundo.
Davies se refirió a esos estereotipos como la «arabización del Islam», ya que la idea predominante que se tiene del mundo musulmán lo relaciona con Arabia y Medio Oriente.
De hecho, asegura Davies, en esa región sólo se encuentran 10 por ciento de los musulmanes del mundo. (FIN/IPS/tra-en/fk/mn/aq/ip/01