El Congreso de Sindicatos Sudafricanos (Cosatu) anunció una huelga general de 48 horas para la semana próxima, en coincidencia con los preparativos del gobierno para la conferencia mundial contra el racismo.
El gobierno sudafricano, anfitrión de la conferencia a la que asistirán miles de delegados de los países miembro de la Organización de Naciones Unidas, dijo que la medida fue calculada para infligir el máximo daño, una acusación rechazada por la central obrera.
La huelga en protesta por los planes de privatización anunciados por el gobierno se realizará el 28 y 29 de agosto. La Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia se desarrollará del 31 de agosto al 7 de septiembre, en la ciudad de Durban.
«La huelga será en los dos días previos a la conferencia, mientras lleguen al país las delegaciones extranjeras. Si el Cosatu persiste en la medida, el paro detendrá la economía y los servicios cruciales para el éxito de la reunión», advirtió el ministro de Empresas Públicas, Jeff Radebe.
«Esta será la primera conferencia mundial en Africa, y tratará cuestiones que están en el centro de las metas transformadores de la sociedad sudafricana. Pero su éxito peligra por una organización que dice apoyar sus objetivos», dijo Radebe.
El Cosatu negó en un comunicado cualquier intención de poner en apuros al gobierno. «La huelga general no es un voto de censura al gobierno. No es una huelga política, sino en defensa de intereses socioeconómicos», aseguró la central, que nuclea a 1,9 millones de afiliados en un país de 40 millones de habitantes.
La Federación de Sindicatos de Trabajadores Municipales, afiliada al Cosatu, fue más lejos: «Si el gobierno no pretendiera mostrar al mundo en la conferencia que las masas condenadas a la pobreza están satisfechas con la miseria, entonces Cosatu no se vería obligado a participar en esta mentira».
Las autoridades advirtieron que no se pagarán los jornales de los trabajadores que se adhieran al paro.
Pero la central obrera y otros promotores del paro —el Partido Comunista Sudafricano y la Organización Cívica Nacional de Sudáfrica— creen que la convocatoria tendrá una amplia adhesión.
En preparación de la huelga se realizaron manifestaciones en todas las provincias, con suerte diversa.
El gobernante Congreso Nacional Africano (CNA) y el Cosatu, tradicionales aliados políticos, se distanciaron por los planes de reestructuración y privatizaciones que encara el gobierno.
Para la central obrera, las reformas agravarán el desempleo, y el acceso de la población pobre a los servicios esenciales estará en riesgo si se privatiza la distribución de agua, electricidad y telecomunicaciones. Las empresas en manos privadas solo suministrarán servicios a los usuarios que puedan pagarlos, sostiene el Cosatu.
Las autoridades subrayan su intención de deshacerse de activos que no dan beneficios al Estado, como los complejos turísticos y la explotación minera.
La privatización atraerá capitales frescos y experiencia para dirigir esos sectores. La expansión y la eficiencia producirán servicios mejores y más económicos para los pobres, arguye el gobierno.
Por otra parte, la reestructuración de empresas públicas se llevó a cabo en casi todos los casos tras cuidadosas negociaciones con los sindicatos, e incluso con el acuerdo de muchos de ellos, sostuvo el ministro Radebe.
«Lo más sorprendente de la conducta del Cosatu es que su filial de inversiones y los propios trabajadores han sacado provecho del programa de reestructuración, comprando acciones en algunas de esas empresas privatizadas», afirmó.
El sector sindical participó en las ofertas de acciones para la Compañía de Aeropuertos, las minas de diamantes de Alexkor, los restaurantes de los Parques Nacionales y el complejo turístico Aventura.
El proceso para la concesión de la cadena de restaurantes está culminando. La filial inversora del Cosatu ganó la oferta del complejo Aventura, pero no podría reunir la financiación necesaria.
«El Cosatu niega absolutamente la acusación de que llegó a un acuerdo (con el gobierno) sobre esta política», replicó la dirección sindical.
La central obrera señaló que los gobernantes «concluyeron erróneamente que reunirse con Cosatu equivalía a realizar un profundo proceso de consultas». Las autoridades ignoraron casi todas las recomendaciones sindicales respecto del programa de reformas, aseguró el Cosatu. (FIN/IPS/tra-eng/fk-as/aa/dc-ff/lb ip/01