SINGAPUR: Recesión en el paraíso tecnológico

Singapur, la ciudad-estado que pretendía convertirse en el paraíso tecnológico de Asia, está en recesión, debido a la caída de la demanda internacional de sus principales productos.

Así lo confirmó el gobierno, al comunicar a mediados de julio que la economía se contrajo por segundo trimestre consecutivo.

La crisis de las empresas tecnológicas de todo el mundo afecta más a Singapur que a otros países asiáticos, porque gran parte de su crecimiento depende de la exportación de productos electrónicos.

Se prevé que la reducción de la demanda externa determinará este año 20.000 despidos en esta ciudad-estado de cuatro millones de habitantes.

Así mismo, la creación de nuevos empleos cayó 11 por ciento al pasar de 22.115 en diciembre a 19.755 en marzo.

Una encuesta realizada en julio por un organismo gubernamental reveló que uno de cada cinco singapurenses tiene dificultades económicas.

Los encuestados fueron 600 directores de empresas, empleados de compañías pequeñas, medianas y transnacionales, funcionarios públicos y estudiantes.

No sorprende entonces que, cuando el diario The Straits Times convocó a una «pink slip party» la semana pasada en su sección de trabajo pedido, 1.200 personas hayan llamado para registrarse.

Una «pink slip party» es una reunión de trabajadores despedidos de empresas de alta tecnología, donde además de compadecerse pueden formar redes, levantarse la moral y, sobre todo, buscar trabajo. También participan de las reuniones empleadores de esas empresas en busca de profesionales.

El técnico en computación Ng Vern Shion, de 25 años, fue uno de los participantes de la reunión convocada por The Straits Times. Ng perdió su empleo en una nueva compañía de Internet lanzada durante el «boom» de la tecnología de la información.

«Mi trabajo allí fue intenso y me permitió aprender muchas cosas. Pero la empresa no pudo despegar y aquí estoy», dijo, mientras hacía cola para postularse para un empleo en otra empresa «puntocom».

Hace seis meses, esas empresas buscaban técnicos capacitados hasta en India y Filipinas.

Un agente de colocaciones de la compañía a la que Ng pretendía entrar declaró a The Straits Times que la firma tenía más de 100 currículos de profesionales, pero sólo siete puestos para llenar.

Muchos de esos currículos eran de extranjeros, principalmente de India, pero también de Australia y Estados Unidos, que llegaron a Singapur hace dos años, durante el crecimiento explosivo de la industria de la tecnología de la información.

Ahora que la competencia por los escasos empleos en las industrias de alta tecnología se ha vuelto feroz, crece el resentimiento de los singapurenses ante la contratación de talentos extranjeros.

Sin embargo, el gobierno anunció que no reducirá la proporción de empleos asignados a extranjeros, arguyendo que éstos ayudan a fortalecer la economía local.

«La relación de dependencia hace que los trabajadores extranjeros en Singapur ayuden a los singapurenses a encontrar empleo», aseguró el ministro de Industria y Comercio, George Yeo.

El Ministerio de Industria y Comercio reveló que el producto interno bruto de Singapur cayó 0,8 por ciento en el segundo trimestre de 2001 con respecto a igual período de 2000, y 10,1 por ciento con respecto a igual período de 1999.

Ante esta situación, el gobierno decidió tomar medidas para contrarrestar los peores efectos de la desaceleración de esta nueva economía industrializada.

Las autoridades lanzaron la semana pasada un paquete «extrapresupuestal» de 1.300 millones de dólares para ayudar a las empresas a reducir los costos y aumentar las perspectivas laborales.

También decidieron inyectar fondos a la economía para aumentar la demanda nacional de proyectos de gran escala, como la construcción del parque industrial de la isla de Jurong.

El paquete extrapresupuestal equivale a 1,4 por ciento del producto interno bruto nacional, destacó Yeo. En noviembre de 1998, el gobierno había aprobado otro paquete mucho mayor (6.200 millones de dólares) para contrarrestar los efectos de la crisis asiática.

Pero el gobierno debería hacer más, porque «la situación actual es mucho más grave que la de la crisis financiera de 1998», opinó Robin Lau, presidente de la Confederación Singapurense de Industrias.

Singapur pretendía transformarse en un centro internacional del comercio electrónico valiéndose de su fuerza en materia de servicios comerciales y financieros, telecomunicaciones y sistemas de tecnología de información.

Pero las principales economías del mundo, las economías regionales y la industria mundial de la electrónica (tres áreas de crecimiento clave de Singapur) experimentan depresión, y no se prevé una recuperación a corto plazo.

La depresión de la industria electrónica mundial en mayo hizo caer 20 por ciento la producción electrónica de Singapur con respecto al mismo mes del año pasado.

«Ningún paquete gubernamental puede neutralizar la caída de la demanda mundial, la crisis de la electrónica ni los problemas regionales, que son la raíz de esta desaceleración», arguyó el ministro Yeo.

Gran parte del paquete extra presupuestal se destinará a ayudar a los trabajadores, en especial a los mayores de 40 años, a mantener su empleo o encontrar otro a través de becas y programas de capacitación.

Algunos observadores opinan que Singapur resiste porque tiene una gran clase media y una distribución de ingresos relativamente pareja.

«Tenemos suerte de que el gobierno nos ayude con un paquete cuando las cosas van mal. En Estados Unidos y Europa, sólo pueden recortar las tasas de interés», observó Graham Hayward, director ejecutivo de la Cámara de Comercio Internacional de Singapur. (FIN/IPS/tra-en/gjc/ks/js/mlm/if/01

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