El presidente de Pakistán, general Pervez Musharraf, anunció nuevas medidas para combatir el terrorismo, luego de una serie de atentados que costaron la vida a decenas de personas en los últimos meses.
Musharraf anunció la proscripción de dos organizaciones extremistas islámicas (Sipah-e-Mohammed y Lashkar-e-Jhangvi), advirtió a otras dos que estarían «bajo la lupa» durante seis meses y ordenó el arresto de 200 personas sospechosas de integrar esos grupos.
En segundo lugar, el gobierno aumentó las facultades del Poder Judicial para acelerar los juicios a terroristas en el marco de una ley antiterrorismo reformada.
El Tribunal Supremo anunció que despacharía en apenas una semana casos de terroristas que fueron hallados culpables pero permanecen sin castigo desde hace años. Hay 224 casos pendientes de terrorismo en varios tribunales de primera y segunda instancia.
Por último, el régimen militar promovió un plan de modernización de la policía con un costo inicial cercano a 100 millones de dólares.
En virtud del plan, se agregarán 1.200 nuevos fiscales y 2.000 nuevos investigadores policiales a los ya existentes.
Las medidas fueron anunciadas el martes 14, en el Día de la Independencia de Pakistán. Tres días antes, una explosión mató a siete personas e hirió otras siete en la ciudad de Gujrat, provincia de Punjab.
El atentado con bomba siguió a una serie de actos terroristas entre el 26 y 31 de julio que causaron la muerte de un alto funcionario de gobierno, un político y otra figura pública.
«Me dan ganas de ponerme de nuevo mi uniforme de comando, ir tras los terroristas y matarlos personalmente», dijo Musharraf.
El miércoles, la policía registró casas y detuvo a cientos de militantes islámicos, además de cerrar la oficina en Lahore de Sipah-e-Mohammed, un grupo musulmán chiíta.
Pero la policía no pudo hallar las oficinas del sunita Lashkar- e-Jhangvi ni a ninguno de sus miembros, informó el subinspector de policía de Lahore, Javed Noor.
Los enfrentamientos entre extremistas sunitas y chiítas tienen en vilo desde hace años a los paquistaníes, pertenecientes en su mayoría a la rama sunita del Islam. La mayoría de las víctimas de la violencia pertenecen a la minoría chiíta.
En los últimos seis años, tres gobiernos diferentes, dos civiles y uno militar, sufrieron una serie de fracasos en el combate al terrorismo.
La principal causa de la reiteración de los actos terroristas es que sus autores siempre salen impunes como consecuencia de la lentitud de las investigaciones policiales y de la justicia, cuando no de incompetencia lisa y llana, señalaron observadores.
El terrorismo dificulta la recuperación de la economía y afecta adversamente la imagen de Pakistán y la confianza de la población en el gobierno, agregaron.
En promedio, se produce un acto de terrorismo cada tres días en Pakistán, ya sean atentados con bomba o asesinatos por motivos no personales.
Más de 1.000 personas han sido víctimas de homicidios planificados por terroristas desde 1995. También desde ese año, se produjeron 700 atentados con bomba que dejaron cientos de víctimas fatales.
En 1995 se produjeron 202 actos terroristas con bomba, y 103 en 1999. (FIN/IPS/tra-en/mh/js/mlm/ip/01