Fuertes reprocheas, insultos y acusaciones cruzadas de corrupción entre los dos principales candidatos a gobernar Nicaragua pautaron la primera semana de campaña política con vista a las elecciones presidenciales.
La agresividad de los primeros discursos del candidato del gobernante Partido Liberal Constitucionalista (PLC), Enrique Bolaños, y del postulante del izquierdista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), Daniel Ortega, contagiaron a sus respectivos partidarios y hasta los medios de comunicación.
Bolaños, de 73 años, asegura que Ortega, de 54, rehuye el debate público que le propuso por miedo, mientras que el aspirante sandinista responde acusándolo de ser el «candidato de la corrupción».
En tanto, analistas políticos pronostican que el clima de polarización y fuerte confrontación, que ya se extendió a las calles de Nicaragua, irá en aumento a medida de que se acerquen los comicios previstos para el 4 de noviembre.
La primera semana de campaña electoral oficial también estuvo marcada por una polémica encuesta de la firma Borge y Asociados, realizada por encargo del PLC, en la que por primera vez en varios meses aparece Bolaños como favorito para suceder a su compañero de partido Arnoldo Alemán.
La consulta ubica al candidato oficialista con 38,6 por ciento de la intención de votos de los entrevistados, mientras que Ortega obtiene 35,6 por ciento.
A pesar de que se aprecia un ambiente caldeado, asesores de los dos partidos consultados por IPS señalaron que la campaña se inició de manera «normal», pero ambos admitierno que las acusaciones irán en aumento.
«El tono de la campaña es fuerte y seguirá subiendo, pero eso ocurre porque el nicaragüense es muy fogoso por naturaleza», explicó Alejandro González, asesor de imagen de Bolaños.
González añadió que los liberales tratan de hacer ver a los votantes que, si apoyan el sandinismo, el país vivirá una época de crisis, aislamiento, retraso y demagogia.
Los asesores del candidato oficialista, quien ocupó hasta hace unos meses el cargo de vicepresidente de Nicaragua, utilizan el lema «Con Bolaños sí se puede», resaltando su trayectoria como empresario y hombre de experiencia en la función pública.
Bolaños ha ofrecido en los primeros días de campaña reactivar la economía de Nicaragua, favorecer a 100.000 campesinos con préstamos durante su primer año de gobierno y construir 80.000 viviendas rurales.
Por su parte, el periodista Silvio Mora, considerado el brazo derecho de Ortega, aseguró a IPS que Bolaños utiliza recursos públicos para hacer proselitismo y financiar una campaña sucia.
«Está usando el canal de televisión estatal para lanzarnos basura y mentiras», aseveró en forma vehemente Mora, vocero oficial del FSLN.
Mora apuntó que los liberales presentan una estrategia de mensajes para poner en contra de los sandinistas a los empresarios, a la Iglesia Católica y el gobierno estadounidense de George W. Bush.
«Cuando lleguemos al poder vamos a hacer un gobierno diferente al que realizamos en los años 80, porque ahora no estamos en guerra», explicó.
Ortega responde a los ataques con tono conciliador y con un «discurso de altura y talento», anotó el portavoz del FSLN, que se presenta hoy con una programa muy distinta de la que defendía el movimiento guerrillero que en 1979 acabó con la dictadura de Anastasio Somoza, cuya familia ejercía el poder desde 1937.
El sandinismo impuso hasta 1990 una política asistencialista, expropió tierras a personas y compañías extranjeras y se enfrentó con un grupo armado financiado por Estados Unidos.
Esta será la cuarta candidatura consecutiva de Ortega a la Presidencia por el FSLN. Triunfó en 1984, cinco años después del derrocamiento de Somoza. En 1990, cayó frente a Violeta Chamorro, y en 1996, ante Alemán.
Ortega ha prometido que, en caso de volver al gobierno, no volverá a realizar confiscaciones a empresarios ni a firmas transnacionales y tampoco instalará el servicio militar obligatorio, además de asegurar que ejercerá la presidencia de manera transparente.
El aspirante sandinista, que ha aparecido con un crucifijo en su pecho y utiliza como lema de campaña «La tierra prometida», ha ofrecido estabilidad económica y lucha contra la corrupción, además de prometer un paquete de 1.500 dólares de ayuda para cada una de las 700.000 familias pobres del país.
Nicaragua es hoy uno de los países más pobres de América Latina y aún afronta las trágicas consecuencias del huracán Mitch, que en 1998 mató a 6.000 personas y dejó a 300.000 sin hogar.
La ayuda que establece el programa electoral de Ortega será entregada en especie e incluirá animales domésticos, semillas, un sistema de riego y utensilios para las labores agrícolas.
Mientras, a la guerra verbal que han iniciado Bolaños y Ortega también se sumó el presidente Alemán, quien fustigó la apariencia del candidato sandinista.
«¿Quién es aquél que única y exclusivamente atiene su nueva figura, su nuevo 'look', o el haberse escondido detrás de un crucifijo que lleva en el pecho, cuando no siente verdaderamente el Cristo que nos representa a aquellos hombres de fe?», preguntó Alemán en una referencia despectiva sobre Ortega. (FIN/IPS/nms/dm/ip/01