La Organización de las Naciones Unidas (ONU) está a punto de anular la convocatoria a la conferencia internacional sobre migración y desarrollo, proyectada desde 1995, por falta de apoyo de los estados miembros.
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, señaló con pesar que sólo 78 de los 189 países que integran el foro mundial han respondido a alguno de los tres pedidos de apoyo a la conferencia que realizó en los últimos seis años.
De esas 78 naciones, 47 indicaron que están «a favor, en términos generales» de la propuesta, 26 se opusieron a ella, y cinco expresaron su «apoyo parcial», informó.
Altos funcionarios de la ONU consideraron probable que Annan recomiende abandonar la iniciativa.
El secretario general no identificó a los países que respondieron a sus consultas, pero fuentes del foro mundial dijeron a IPS que se oponen a la propuesta muchas la mayoría de las naciones de Medio Oriente, Asia sudoriental y Europa occidental que dependen del trabajo de inmigrantes.
Una de las fuentes opinó que esa oposición se debe a «razones egoístas».
«Es claro que no quieren una conferencia en la cual se plantearían cuestiones vinculadas con la explotación de mano de obra inmigrante, y se consolidarían los derechos de los trabajadores expatriados», sostuvo.
Algunos de los países que dependen mucho del trabajo de inmigrantes son Alemania, Arabia Saudita, Bahrein, Emiratos Arabes Unidos, Estados Unidos, Jordania, Kuwait, Malasia, Qatar y Singapur.
Entre los principales proveedores de mano de obra a otras naciones están Bangladesh, Egipto, Filipinas, India, Marruecos, México, Nepal, Sri Lanka y Turquía.
La agenda de la conferencia incluiría asuntos que muchos países consideran delicados, entre ellos la xenofobia, la explotación de mano de obra inmigrante, el acoso sexual y otras formas de violencia contra trabajadoras inmigrantes, el derecho a la reunión de las familias y el salario mínimo.
Los 26 gobiernos que se opusieron a la iniciativa arguyen que «las cuestiones vinculadas con la migración internacional y el desarrollo ya se discutieron en varias conferencias de la ONU», según un informe de 15 páginas que Annan presentará a la próxima sesión de la Asamblea General del foro mundial, en septiembre.
Por otra parte, «cierta cantidad de gobiernos expresaron importantes dudas acerca de la convocatoria a la conferencia, dadas las restricciones presupuestarias que la ONU afronta en la actualidad», expresó el secretario general en ese informe.
La ONU ha organizado desde 1990 siete grandes conferencias mundiales, con desembolsos «muy modestos» según el Departamento de Información Pública del foro mundial.
Es frecuente que el país anfitrión se haga cargo de la mayor parte de los gastos, incluyendo los relacionados con sitios de reunión, seguridad y funcionarios locales, así como viajes y alojamiento de los funcionarios de la ONU.
El costo de las conferencias para el foro mundial ha variado entre 1,8 y 3,4 millones de dólares, aunque la Cumbre de la Tierra realizada en 1992 en Rio de Janeiro le costó a la ONU unos 10 millones de dólares.
Annan destacó que la movilidad internacional de las personas ha crecido durante la última década en magnitud y complejidad.
La mayoría de los refugiados e inmigrantes que llegaron a Europa occidental durante la guerra fría habían dejado sus países de origen por causas políticas, pero en la actualidad la mayor parte de los inmigrantes legales e ilegales en países europeos occidentales llegan a ellos por motivos económicos.
La mayoría de esos inmigrantes provienen de naciones de Europa oriental o de ex repúblicas soviéticas.
«La migración internacional es en la actualidad un fenómeno mundial, que involucra y preocupa a cada vez más países», según Annan.
El respaldo a la conferencia ha sido escaso pese a las exhortaciones de Carol Lubin, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), y de otros altos funcionarios del foro mundial.
Lubin ha enfatizado que cada vez más mujeres migran por motivos económicos, con la esperanza de conseguir mejores empleos, y que a menudo se transforman en víctimas de explotación.
La OIT, con sede en Ginebra, pide que la comunidad internacional establezca nuevos criterios y políticas, adecuadas a los cambios en la migración y a los abusos relacionados con esos cambios.
Anteriores intentos de promover y proteger los derechos de trabajadores migrantes han tenido escasos resultados.
La Asamblea General aprobó en 1990 la Convención sobre Protección y Derechos de Todos los Trabajadores Migrantes y de los Miembros de sus Familias, que debe ser ratificada por 20 países para transformarse en ley internacional, y sólo ha sido ratificada hasta ahora por 16 naciones.
Esas naciones son Azerbaiján, Bolivia, Bosnia-Herzegovina, Cabo Verde, Colombia, Egipto, Filipinas, Ghana, Guinea, Marruecos, México, Senegal, Seychelles, Sri Lanka, Uganda y Uruguay. (FIN/IPS/tra-eng/td/mp/pr dv/01