El guerrillero Ejército Popular Revolucionario (EPR) de México se halla en proceso de reagrupamiento, según indican documentos requisados por las fuerzas de seguridad, y no en división y retroceso, como se presumía.
El EPR, que irrumpió en 1996 con un discurso de corte marxista- leninista, atrae la atención pública a causa de una operación policial en la que fueron detenidos cinco presuntos miembros de la organización y documentación que revela sus estrategias y objetivos.
Ese grupo insurgente realizó hasta abril de 2000 ataques de modo esporádico contra destamentos militares y policiales de zonas rurales y se presenta ahora en la forma de dos organizaciones distintas para aparentar que la actividad guerrillera se extiende en el país.
En efecto, las llamadas Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo y el Ejército Villista Revolucionario del Pueblo no serían más que dos denominaciones de fachada de una sola organización.
En cambio, otro grupo, el Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente, surgió al parecer de una auténtica escisión del ERP.
El gobierno comunicó parcial y lentamente a medios de prensa los datos obtenidos por las fuerzas de seguridad, de acuerdo con «una estrategia de filtración» que no guarda relación con los tiempos de apertura y democracia que vive México, afirmó el politólogo Sergio Aguayo.
Las evidencias indican que el EPR, varios de cuyos dirigentes fueron detenidos cuando gobernaba Ernesto Zedillo (1994-2000), trabaja intensamente en el reclutamiento de nuevos miembros.
Para lograrlo, se habría infiltrado en universidades, organizaciones políticas y sectores sociales pobres.
Tras mantener una actitud desdeñosa ante la presencia de grupos armados, el gobierno de Vicente Fox dio un viraje este mes y colocó el caso en la categoría de asuntos de «seguridad nacional».
El cambio se debió a atentados a principios de este mes con artefactos explosivos de baja potencia contra tres sucursales bancarias de Banamex-Citigroup, de capital estadounidense.
Tras los hechos, las fuerzas de seguridad detuvieron a cinco personas, entre ellas dos estudiantes universitarios, y requisaron armas, explosivos, equipo de comunicación, dinero y numerosos documentos.
El procurador Rafael Macedo cree que el EPR disminuirá su actividad pública e intentará recomponerse luego del golpe recibido.
Pero en un comunicado, el ERP aseguró que el material decomisado no le pertenece e incluso negó que los detenidos fueran miembros de su organización.
Activistas humanitarios y grupos políticos de izquierda aseguraron que la policía y el ejército detuvieron a los presuntos guerrilleros en una vivienda de la capital sin justificación y que los sometieron a torturas.
Nadie sabe con exactitud el poder real y el número de miembros del EPR, que afirma luchar por el derrocamiento del gobierno «burgués y proimperialista» de Fox.
La organización rebelde más importante del país, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, del merdional estado de Chiapas, dijo en marzo que reconoce la presencia y el accionar del EPR, del Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo.
Los zapatistas tienen mayor presencia política y simpatizantes que los otros grupos, utilizan un lenguaje ajeno al guerrillero tradicional y no realizan operaciones armadas desde enero de 1994. Así mismo, están protegidos por una ley de pacificación.
No parecen tener mucho asidero ni futuro organizaciones como el EPR, especialmente desde que el Partido Revolucionario Institucional fue desplazado por Fox del gobierno, tras controlar el poder durante 71 años, comentó el analista Alfonso Zárate.
Por su parte, el politólogo Aguayo predijo que esos grupos permanecerán en estado «latente», o «dormidos», pero no desaparecerán.
Las investigaciones sugieren que el EPR tiene presencia, a través de pequeñas células, en ocho estados del centro y sur del país y en la capital.
Por comunicados, consignas pintadas en muros o algún pequeño acto de propaganda, en los últimos años se han dado a conocer al menos 14 grupos armados de izquierda.
Pero las autoridades sólo reconocen la presencia de los zapatistas, del EPR, del Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente, de las Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo y del Ejército Villista. (FIN/IPS/dc/ff/ip/01