Los atentados palestinos son una represalia ante la política del primer ministro israelí Ariel Sharon, el verdadero obstáculo a la paz en Medio Oriente, según la prensa de Egipto, el primer país árabe que firmó la paz con Israel.
Un palestino detonó una bomba en un restaurante de Jerusalén el domingo, matándose e hiriendo a más de 15 personas, al parecer en respuesta a la ocupación israelí de la Casa de Oriente, la sede extraoficial de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en esa ciudad.
Tres días antes, otro palestino había provocado la muerte de 15 personas en Jerusalén, también en un atentado suicida.
Aunque Egipto firmó un tratado de paz con Israel en 1979, el público comparte la opinión de la prensa de que Sharon impide la paz con los palestinos.
«Cuando el proceso de paz que comenzó en Madrid en 1991 ganó fuerza, Sharon y políticos de su tenor fueron aplacados, por un tiempo», comentó el periodista Mahmoud Abdul Ghafar.
Ibrahim Nafie, redactor en jefe del diario Al Ahram, recuerda que, cuando era ministro de Defensa, Sharon ideó la invasión israelí de Líbano en 1982.
Una comisión del parlamento israelí luego concluyó que Sharon fue indirectamente responsable de las masacres de cientos de palestinos en los campos de refugiados de Sabra y Shatila, en septiembre de ese año.
Sharon renunció a la cartera de Defensa en 1983, pero siguió siendo un acérrimo defensor de la colonización israelí en los territorios ocupados, y contrario a que los palestinos volvieran a sus tierras.
«Sharon llegó al poder al frente de una coalición ultraconservadora que amenaza a la estabilidad regional», escribió Samir Ragab, redactor responsable del diario Al Gomhouria.
«El líder (del Partido) Laborista Shimon Peres fue incorporado (a las negociaciones) para darle a esta coalición una fachada de respetabilidad internacional».
Ragab se refería a que, pocas horas antes del último atentado el domingo, Sharon dio a Peres el visto bueno para negociar el cese de fuego con los palestinos.
«Pero el Peres de hoy es muy distinto al hombre que compartió el premio Nobel de la Paz con (el asesinado primer ministro Itzhak) Rabin y Yasser Arafat», el presidente de la ANP, agregó.
«Como ministro de Relaciones Exteriores de Sharon, (Peres) toleró la brutalidad desatada contra los palestinos. Y en el gobierno actual se incluyen partidos cuyos líderes… defienden la expulsión de todos los árabes de Israel», destacó Ragab.
N'Uman Gomaa, líder del partido opositor Al Wafd, asegura que Sharon pretende suprimir por la fuerza a la Intifada, el levantamiento popular palestino.
Sharon cree que los bombardeos aéreos, los bloqueos por razones de seguridad y la privación económica obligarán a los palestinos a ceder a sus deseos, según Gomaa.
Sharon «también cree que los países árabes vecinos se limitarán a observar mientras Israel bombardea a los palestinos hasta someterlos», agregó Gomaa.
«Si Sharon cree que puede dictar su voluntad a los palestinos y los países árabes vecinos por la fuerza de las armas, está en un error. El pueblo palestino lucha por su derecho a un estado independiente con su capital en Jerusalén, y si ha optado por la negociación pacífica, eso no significa que haya renunciado a su derecho… de resistir la ocupación» israelí, concluyó.
Mervat Ragab, director de la televisión pública, comparte esa opinión. «Sharon no logrará impedir que los árabes brinden ayuda moral y material a los palestinos», comentó.
En su opinión, los gobiernos árabes siguen comprometidos con la causa palestina, y creen firmemente que el conflicto no puede resolverse mediante la vía militar.
«Sin embargo, esto no significa que los árabes no tienen otras alternativas si Israel no entiende este razonamiento», afirma Osama El Baz, asesor político del presidente egipcio Hosni Mubarak.
«La violencia nunca ha traído ni nunca traerá la seguridad», advirtió Mubarak.
«La decisión de… Sharon de no mantener negociaciones mientras continúe la violencia parece justificada, pero es errónea», escribió Yossi Beilin, ex ministro de Justicia de Israel, en el diario International Herald Tribune.
«Hay que distinguir entre la violencia que surja de la Autoridad Palestina… y la violencia y el terror que no están conectadas con ella y que sólo se podrán detener como resultado de la cooperación en materia de seguridad entre Israel» y la ANP.
«Teniendo en cuenta esta distinción, debemos hallar el camino a las negociaciones ya. No hay alternativa», sentenció. (FIN/IPS/tra-en/hs/raj/mn/aq/ip/01