El ejército libanés detuvo hasta hoy a más de 150 activistas cristianos contrarios a la presencia de 25.000 soldados sirios en el país, y las protestas ante esos hechos proceden de todo el espectro político.
«Este es un grave ataque contra las libertades civiles. Exigimos la inmediata liberación de los arrestados y que se determine la responsabilidad de quienes ordenaron los arrestos», exhortó Nassib Lahoud, legislador del moderado Movimiento de Renovación Democrática.
Aún no se sabe quién ordenó los arrestos iniciados el martes, aunque sectores políticos apuntan al presidente Emile Lahoud.
Los detenidos son todos miembros o seguidores de los partidos Corriente Nacional Libre, vinculada al exiliado general cristiano Michel Aoun, y Fuerzas Libanesas, una desarmada milicia cristiana cuyo líder, Samir Geagea, está en la cárcel.
Los dos partidos cristianos han encabezado la campaña para que se retiren los 25.000 soldados sirios que permanecen en territorio libanés.
En 1976, el entonces presidente Suleiman Franjieh, un cristiano, pidió la ayuda de las fuerzas sirias, oficialmente como parte de una fuerza de paz árabe para aplastar la guerra civil (1975-1990). Pero los sirios se aliaron a las facciones musulmanas durante los 14 años de conflicto.
La población de Líbano se caracteriza por su gran heterogeneidad religiosa. Aproximadamente la mitad de sus 3,2 millones de habitantes son cristianos y la otra mitad son musulmanes, pero dentro de estas dos comunidades existen a su vez numerosas comunidades.
Entre los cristianos se destacan los maronitas, griegos ortodoxos, griegos católicos y de la iglesia armenia. Dentro de los musulmanes están los chiíta y los sunitas. También existe una pequeña minoría drusa, además de una comunidad de refugiados palestinos.
El gobierno, dividido entre cristianos y musulmanes prosirios, ha reprimido en el pasado a los activistas antisirios, pero los arrestos de esta semana contra grupos cristianos han sido los más graves de los últimos años.
La represión comenzó cuando los soldados allanaron las oficinas de Fuerzas Libanesas, el grupo que llegó a ser la mayor milicia durante la guerra civil, y las oficinas de Corriente Nacional Libre.
Los arrestos tuvieron lugar después de que activistas cristianos exigieron durante una manifestación el fin de semana que Siria retirara sus fuerzas de Líbano.
El fiscal general Adnan Addoum, quien firmó los pedidos de arresto, declaró al diario As Safir que «los disturbios y los cánticos provocativos son actos contra la ley que exigen una investigación y un proceso judicial».
«Los arrestos fueron producto de disturbios acompañados de eslóganes contra un país hermano», agregó Addoum en referencia a Siria.
El legislador Lahoud dijo que las acusaciones contra los detenidos son vagos, y señaló que los cánticos «son parte de la libertad de expresión y el derecho de reunión que garantiza la constitución libanesa».
Los detenidos también son acusados de conspirar contra el Estado durante una reunión no autorizada. Pero la reunión en cuestión, organizada por la Corriente Nacional Libre y que fuera interrumpida por el ejército el martes en un suburbio de Beirut, correspondía a una asamblea semanal habitual, según Lahoud y miembros del partido.
Varios de los detenidos ya fueron enviados al tribunal militar que los juzgará por cargos que implican condenas mínimas de cuatro meses y máximas de dos años en prisión.
Fuentes políticas denunciaron la acción del ejército como una táctica de Estado policial que podría anunciar un golpe de Estado bajo la égida del presidente Lahoud, que ejerce firme control sobre el ejército, luego de que fuera su comandante durante los nueve años previos a su elección en 1998.
«Los funcionarios que tomaron esta decisión, que perjudica la reconciliación nacional, deberían ser destituiddos. Deben rendir cuentas por lo que hicieron», destacó Walid Jumblatt, destacado líder y legislador druso.
Jumblatt, que fuera el mayor aliado de Siria en la guerra civil, había exigido el año pasado, junto con otros no cristianos, relaciones más equilibradas con Siria.
Así mismo, los arrestos tuvieron lugar luego de que el patriarca maronita Nasrallah Boutros Sfeir recorriera las montañas Shouf, un baluarte druso de Jumblatt, durante el fin de semana.
Las Shouf fueron el escenario de algunas de las mayores masacres entre cristianos y drusos durante la guerra civil. La visita del patriarca, asistida por miles de personas, fue considerada un paso importante hacia la reconciliación nacional.
Miembros de la oposición presentes en el evento entonaron cánticos contra Siria y el presidente Lahoud.
Jumblatt dijo que la represión fue «una reacción tonta del ejército… a la visita del patriarca. Eso no va a detener la reconciliación nacional que ya ha comenzado». (FIN/IPS/tra-en/kg/mn/aq/ip/01