El Consejo de Seguridad de la ONU concluyó hoy dos días de discusiones sobre la situación en Medio Oriente sin decidir ninguna acción para detener la violencia en Cisjordania y Gaza, los territorios palestinos ocupados por Israel.
La reunión del Consejo de Seguridad fue un «ejercicio de inutilidad», según un diplomático. El organismo está integrado por 15 estados, pero 45 de los 189 países miembro de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) participaron en el debate público.
La Organización de la Conferencia Islámica (OCI), de 57 integrantes, redactó un proyecto de resolución, pero no lo presentó formalmente al Consejo, principalmente para evitar el veto de Estados Unidos, uno de los cinco países del organismo con ese derecho, junto a China, Francia, Gran Bretaña y Rusia.
El embajador Nasser Al Kidwa, observador permanente de Palestina ante la ONU, dijo a la prensa que la credibilidad del Consejo está en juego. La decisión de este martes «enviará un mensaje muy negativo al resto del mundo», declaró.
Muchos de los oradores manifestaron su frustración por la inacción del Consejo, pero Al Kidwa señaló que insistirá ante los delegados con el proyecto de resolución de la OCI en las próximas semanas.
El mismo pide a israelíes y palestinos que apliquen las recomendaciones del comité internacional dirigido por el ex senador George Mitchell, de Estados Unidos.
El llamado informe Mitchell, aceptado por ambos bandos, pretende el cese de la violencia, el fin de los asentamientos israelíes en los territorios palestinos y la creación de un mecanismo de observación para ayudar a aplicar las recomendaciones.
Así mismo, solicita a Israel que se retire de los edificios oficiales de los palestinos, incluso de la Casa de Oriente, sede extraoficial de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en Jerusalén, que fuerzas israelíes ocuparon este mes.
Luego de cinco meses de silencio sobre la situación en Cisjordania y Gaza, el Consejo de Seguridad comenzó el lunes a analizar la crisis, que costó la vida a más de 560 palestinos y a 130 israelíes desde el comienzo en septiembre de la intifada, el levantamiento popular palestino.
Estados Unidos argumenta que una eventual condena a Israel sólo agravará la situación, y se niega a enviar observadores de la ONU a los territorios ocupados.
Varios países occidentales apoyan el envío de observadores internacionales, pero prefieren contar con el respaldo y la cooperación de Washington.
El embajador estadounidense James Cunningham dijo ante el Consejo que la ANP debe dejar en claro, con sus acciones, que no tolerará el terror ni la violencia. De lo contrario, «la situación seguirá deteriorándose», sostuvo.
Al mismo tiempo, Israel debe evitar las acciones que puedan agravar la situación y adoptar medidas económicas y de seguridad para aliviar la presión sobre la población palestina, agregó Cunningham.
«No hay soluciones rápidas ni fáciles a este amargo conflicto. No existen atajos en este Consejo ni en otro lugar. La paz no puede imponerse, debe trabajarse», dijo.
En el pasado, el Consejo no pudo cumplir sus responsabilidades con respecto a Medio Oriente porque no logró aplicar las resoluciones que había adoptado sobre Palestina, señaló el embajador de Malasia, Hasmy Agam.
«A la luz de la grave situación en el territorio palestino ocupado (por Israel), el Consejo no puede darse el lujo de mantener la misma postura (del pasado)», declaró Agam.
Mientras, el embajador de Israel, Yehuda Lancy, dijo que su gobierno está obligado a defender a sus ciudadanos.
Las medidas de seguridad dispuestas por Israel «no fueron acciones que deseáramos tomar, fueron acciones que se nos impusieron y, a la vez, son indispensables», afirmó Lancy.
Israel se opone a la presencia de observadores internacionales en los territorios ocupados, porque afectaría el espíritu y la letra de las negociaciones bilaterales, concluyó. (FIN/IPS/tra- en/td/aa/aq/ip/01