/Integración y Desarrollo/ VENEZUELA: Chávez, la pasión por los asuntos internacionales

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, realizó esta semana una gira por Colombia y Chile, para asistir a reuniones empresariales y de gobiernos que le permitieron desarrollar su pasión por los asuntos internacionales.

Chávez asistió en Santiago a la reunión del viernes y este sábado de presidentes del latinoamericano Grupo de Río, y permanece en Chile en visita oficial de dos días para entrevistarse con su par Ricardo Lagos.

Antes de llegar a Santiago, Chávez hizo una escala en Colombia, donde participó en la clausura de la asamblea de la Asociación de Industriales de ese país, con cuyo proceso de paz se ha involucrado con insistente colaboración.

El mandatario venezolano dejó de lado a partir de abril su oposición al Plan Colombia, de lucha contra el narcotráfico y de desarrollo.

Sin embargo, quedaron como remanentes su declarada neutralidad en el conflicto interno armado del vecino país y sus abundantes diatribas contra la «oligarquía colombiana», además de la simpatía que le profesan guerrilleros.

Chávez, amante de la historia y en particular de la épica de la independencia sudamericana, quería visitar Mompox, localidad oriental colombiana, donde Bolívar inició su primera campaña para liberar Venezuela (1813), pero la persistencia de choques en la zona entre guerrilleros y paramilitares desaconsejaron la visita.

«O nos unimos o nos hundimos, o nos integramos o nos arrasan», suele repetir Chávez en las cumbres de América Latina en que ha participado desde que asumió el cargo en febrero de 1999, recurriendo en forma constante a frases del libertador Simón Bolívar (1783-1830).

Una muestra de ese afán por los asuntos de integración ocurrió el lunes, cuando Chávez invitó a su par cubano Fidel Castro a asistir a la inauguración del tendido eléctrico que conecta el sur venezolano con el norte de Brasil, ceremonia que realizó en conjunto con el gobernante brasileño Fernando Henrique Cardoso.

Así, la reunión entre Chávez y Cardoso en la frontera entre los dos países contó con la presencia de un invitado fuera de programa: el líder cubano que tenía previsto visitar Venezuela sólo el sábado y domingo pasados.

El mandatario venezolano no desaprovecha oportunidad para invitar a que le visiten, como fue el caso del emir de Qatar, Hamad Al-Taní, quien lo hizo sólo unas horas, pero sobre todo para acudir cuando es invitado.

El investigador Carlos Subero, del diario caraqueño El Universal, divulgó el 22 de abril que Chávez, de los 808 que llevaba hasta entonces en la presidencia de Venezuela, había consumido 119 días (14,7 por ciento) en viajes al exterior. Un día por cada semana de gobierno en promedio.

Pero, en los 115 días transcurridos desde esa medición, el presidente agregó un periplo de cuatro semanas por Rusia, Irán, India, Bangladesh, Malasia, Indonesia y China y asistió a cumbres en Paraguay y Perú. Sólo suspendió apenas una visita a Trinidad y Tobago.

En medio de ese trajín, atendió en Venezuela a su par chino Jiang Zemin, al emir Al-Taní, a Castro y a Cardoso.

Un colaborador de Chávez confió a IPS que «la verdad es que Chávez se siente más cómodo afuera del país, pues allí los temas son globales, los compromisos quedan para explicarse e instrumentarse más tarde y los periodistas le permiten recrear la historia y la fundamentación de su credo bolivariano».

En ese credo basa Chávez la explicación de su cruzada internacional a favor de un mundo multipolar y de la unidad de América Latina y el Caribe, a lo que ha agregado el año pasado la defensa de sus tesis de que la democracia debe ser participativa y no meramente representativa.

La principal herramienta para ese trabajo sigue siendo la condición de Venezuela como país exportador neto de energía, principalmente de petróleo y derivados, también con potencial en gas y de energía generada por centrales hidroeléctricas.

Venezuela, único socio latinoamericano de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), ha apuntalado las políticas de cerrada defensa del grupo, como los recortes de producción para favorecer los precios.

El principal asesor petrolero de Chávez, Alí Rodríguez, es el secretario general de la OPEP.

Chávez fue también anfitrión de la segunda cumbre que la OPEP ha celebrado en cuatro décadas, tras visitar todos los países socios y entrevistarse con gobernantes como el presidente iraquí Saddam Hussein y el líder libio Muammar Gaddafi, lo cual irritó al Departamento de Estado de Estados Unidos.

Washington ha dado muestras de pragmatismo y de intentar mantener con Venezuela «una relación madura, como la tenemos en Energía», según admitió la embajadora estadounidense en Caracas, Donna Hrinak.

Sin embargo, Estados Unidos es prácticamente el único país que deliberadamente ha ignorado los guiños de ojo de Caracas para que invite a Chávez a una visita oficial, pese a que Venezuela suscribió un acuerdo que elimina la doble tributación entre empresas de las dos naciones.

El petróleo también le ha permitido a Venezuela cooperar con sus vecinos más pequeños de América Central y el Caribe, mediante el Acuerdo de San José, que comparte con México, el cual contempla la entrega de 160.000 barriles diarios en condiciones de cooperación.

Venezuela agregó el año pasado y en forma unilateral a Cuba en ese acuerdo.

Chávez «cree en la definición multilateral del mundo y por esa razón trata de motivar las relaciones de su país con diferentes polos económicos y políticos en distintas partes del mundo», aseveró Carlos Romero, jefe de la sección internacional de la escuela de Estudios Políticos de la caraqueña Universidad Central.

Para Romero, «eso es jugar con fuego, porque la relación especial con Cuba y una eventual cooperación militar con Rusia y China puede deteriorar nuestra relación con Estados Unidos, nuestro principal vendedor de bienes y comprador de petróleo».

En cambio, Franklin González, director de la escuela de Estudios Internacionales de la misma universidad, estimó que «simplemente Chávez es pragmático».

«En la OPEP y en la búsqueda de integración, así como de la paz en Colombia, más allá de su lenguaje, simplemente defiende intereses concretos de Venezuela», explicó. (FIN/IPS/jz/dm/ips/01

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