/Integración y Desarrollo/ FRANCIA-AFRICA: Cooperación «virtuosa» para olvidar oscuro pasado

Colaboradores cercanos del presidente de Francia, Jacques Chirac, lanzaron una nueva red de cooperación política con las ex colonias francesas en Africa, y aseguran que esta iniciativa no seguirá el camino de otras de su tipo, que estuvieron involucradas en actos criminales.

El principal impulsor de la red, llamada Renacimiento Africa- Francia (RAF), es el escritor Denis Tillinac, amigo de Chirac desde hace muchos años.

«Hace tiempo que pensaba en revivir la amistad francoafricana. La proliferación en los últimos tiempos de juicios por corrupción en Francia, vinculados con asuntos africanos, me impulsó a organizar una red virtuosa, de auténtica solidaridad transcontinental», dijo Tillinac en una entrevista.

RAF evitará involucrarse en «asuntos vinculados con petróleo, casinos y venta de armas o drogas. No circularán maletas llenas de dinero», aseguró, en referencia a otras organizaciones francesas dedicadas a las relaciones con Africa, que han estado en el centro de redes de corrupción.

La existencia de redes de cooperación política con Africa es tradicional en Francia desde la independencia de las colonias francesas en ese continente, entre fines de los años 50 y comienzos de los 60.

«Esas redes sirvieron para mantener el poder francés en esos países pese a su independencia, con la colaboración de corruptos gobernantes africanos», aseguró Francois-Xavier Verschave, autor de varios libros que revelaron vínculos de corrupción entre autoridades francesas y africanas.

Verschave fue demandado en varias ocasiones por difamación, pero ganó todos los juicios, y en la actualidad participa en la edición periódica de informes sobre las relaciones políticas entre Francia y Africa.

«Políticos franceses de todas las ideologías, pero en especial derechistas, colaboraron durante años con militares y dictadores de Africa, para apropiarse en forma indebida de las riquezas naturales de ese continente», sostuvo.

«Las redes buscaron establecer una forma perversa de neocolonialismo, de la cual se beneficiaron el antiguo poder colonial y gobernantes locales ilegítimos», explicó.

Especialistas en historia política reciente de Francia afirman que el artífice de la política para Africa tras la independencia de las ex colonias fue Jacques Foccart, quien trabajó para el gobierno de Charles de Gaulle de 1958 a 1969 y orientó esa política hasta su muerte en 1997.

«Foccart organizó golpes de Estado en Africa y corrompió a muchos funcionarios de ese continente», aseguró el periodista Christophe Ayad, del diario francés Liberation.

La compañía francesa Thompson, de armamentos y componentes de equipos electrónicos, así como la petrolera estatal Elf Aquitaine, jugaron un papel importante para mantener la influencia de París en ex colonias africanas.

En 1962, tras la guerra de independencia de Argelia, Francia perdió acceso a petróleo barato de esa ex colonia, y De Gaulle creó Elf Aquitaine en 1965 para contrarrestar esa pérdida.

El primer director de esa compañía, Pierre Guillaumat, era experto en contraespionaje y había organizado la Dirección General de Servicios Especiales, un servicio secreto francés.

«Los departamentos de Africa de Elf Aquitaine y Thompson coordinaron sus operaciones en ese continente con el servicio de contraespionaje», para asegurar que las firmas francesas lograran condiciones comerciales favorables en Africa, afirmó el economista Olivier Vallee, especialista en la materia.

En 1967, las principales operaciones petroleras de Elf Aquitaine se llevaban a cabo en Gabón, y la compañía desempeñó un papel fundamental en el acceso al poder en ese país de Omar Bongo, quien gobierna desde entonces, aseguró Vallee.

Elf Aquitaine también intervino en varias ocasiones en la política de Congo-Brazzaville, otro país rico en petróleo, donde ayudó a tomar el poder al general Denis Sassou N'Guesso en 1979, sostuvo.

Loik Le Floch Prigent, ex presidente de la compañía, reveló que ésta pagó en los años 90 a la insurgente Unión para la Independencia Total de Angola, para que no perjudicara sus operaciones en ese país.

Al mismo tiempo, Elf Aquitaine mantenía estrechos vínculos con el presidente angoleño José Eduardo dos Santos.

Desde fines de los años 70, el francés Charles Pasqua dirigió un grupo de traficantes de armas, propietarios de casinos y funcionarios franceses que cooperaba con dictadores africanos.

Pasqua fue ministro del Interior de 1986 a 1989, y de 1993 a 1995, y en esos períodos supervisó las operaciones de Sofremi, una agencia estatal que promueve la exportación de armamentos franceses.

Sofremi aprobó, bajo supervisión de Pasqua, la venta de armas y equipo bélico electrónico a varios países de Africa, entre ellos Angola, y a otros de América Latina, entre ellos Argentina, Colombia, México y Venezuela.

Millones de dóalres fueron pagados a intermediarios de esas operaciones comerciales, entre ellos los vendedores de armas franceses Etienne Leandri y Pierre Falcone, y el hombre de negocios ruso Arcadi Gaydamak.

Falcone está preso desde diciembre en una prisión francesa, bajo cargos de entrega ilegal a Angola de ramas por valor de unos 600 millones de dólares, y Gaydamak huyó a Israel.

Tillinac asegura que RAF será «virtuosa», pero varios ex miembros de los servicios secretos franceses trabajarán en la nueva red, entre ellos Jacques Godfrain, quien integró en los años 60 el Servicio de Acción Cívica, especializado en la intimidación de opositores al gobierno. (FIN/IPS/tra-eng/jg/mn/mp/ip if/01

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