/Integración y Desarrollo/ AGRICULTURA-ARGENTINA: Mejores precios no despiertan entusiasmo

El aumento del precio internacional de los granos y de otros productos agropecuarios podría representar un oasis en la prolongada recesión que sufre Argentina, pero los expertos advierten que no conviene hacerse ilusiones.

El incremento de los precios de granos como la soja y el maíz, así como el de los aceites, responde a previsiones no del todo certeras de una sequía en Estados Unidos, que reduciría el volumen de la cosecha en ese país. Productores y analistas creen que el espejismo se desvanecerá dentro de pocos días.

Argentina, Brasil y Estados Unidos son los principales productores y exportadores mundiales de soja y aceites, y figuran también entre los primeros proveedores de maíz, trigo y otros cereales, con una producción que compite casi por los mismos mercados.

Con tres años consecutivos de caída del producto interno bruto y sumida en una profunda crisis financiera, Argentina cifra sus esperanzas de recuperación en el sector agropecuario. El gobierno espera que los precios de los productos exportables se recuperen gradualmente, a fin de obtener más divisas.

Sin embargo, el alza de precios no está relacionada con un aumento creciente de la demanda, como ocurrió en los primeros años de la década del 90 en los países de Asia sudoriental, y tampoco son del todo certeros los pronósticos que auguran una caída de la oferta en Estados Unidos para este año.

«Estamos en la época de floración del maíz y de la soja, y también de floración de los especuladores del mercado, que siempre advierten en estos meses sobre una posible merma de las lluvias que después no es de la magnitud esperada», explicó a IPS Alejandro Ramírez, consultor de empresas agrocecuarias.

El periodo de floración de los cultivos requiere de copiosas lluvias. Cualquier pronóstico de precipitaciones menos copiosas de lo necesario causa un aumento del precio de la soja, el maíz y el girasol, un fenómeno que se traslada de inmediato al precio del aceite.

Alberto Rodríguez, de la Cámara de la Industria Aceitera Argentina, coincidió con Ramírez en que el alza de precios, que llegó a superar 30 por ciento en julio, es coyuntural, y pronosticó que los valores volverán a caer en menos de dos meses, aun cuando parte del aumento permanezca.

«Por un lado, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos manifestó que las existencias de oleaginosas en la zona privilegiada de Chicago serían un millón de toneladas menores de lo que se esperaba, una declaración que coincidió con los pronósticos de sequía», dijo Rodríguez a IPS.

El precio de la tonelada de aceite de soja pasó de 262 dólares el 22 de mayo a 380 dólares a principios de este mes, explicó. «Podemos llegar incluso a superar los 400 dólares este mes, pero luego de eso creo que los valores volverán a bajar», dijo.

En el caso del precio de la soja, principal producto de exportación de Argentina, el aumento de 140 dólares por tonelada en junio a más de 190 en julio fue una buena noticia para el campo, agobiado por impuestos, subsidios de la competencia, falta de acceso al crédito y una moneda sobrevaluada.

Ramírez recordó que siempre en esta época del año el mercado de los granos y los aceites se maneja casi exclusivamente de acuerdo con los informes meteorológicos diarios. Muchos productores de América del Sur, incluso, aumentan la siembra, creyendo que se beneficiarán al año siguiente.

En este sentido, un informe del sitio de internet megaagro.com asegura que la siembra de soja en América del Sur habrá crecido cinco por ciento este año respecto del anterior, y más aun en Brasil, donde la depreciación del real, la moneda nacional, alienta las exportaciones.

Rodríguez atribuyó este aumento no sólo a la perspectiva de mejora de los precios sino también a la alta rentabilidad y buenos rendimientos de la soja frente a otros cultivos, sobre todo si se utilizan semillas modificadas genéticamente.

Argentina y Estados Unidos son los países que más extendieron su superficie sembrada con cultivos transgénicos para aumentar el rendimiento y reducir el costo de los herbicidas, productos que permiten eliminar malezas pero que restan vigor a los cultivos.

Quientes confían en un aumento sostenido del precio de los granos y aceites prevén un incremento de la demanda, que quedaría insatisfecha de registrarse una merma en la producción estadounidense a causa del mal tiempo, explicó Rodríguez.

Pero el Departamento de Agricultura de Estados Unidos ya anticipó que este mes deberá ajustar sus pronósticos sobre el volumen de producción, pues, tal como se prevé en Argentina, la caída de la siembra será menor de la esperada. (FIN/IPS/mv/mj/if dv/01

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