El tráfico de drogas creció en España pese a la mejora del control policial, debido que es la puerta de entrada para otros países de Europa y al aumento del consumo local, según indican dos informes.
La Encuesta sobre Drogas en la Población Escolar, publicada esta semana por la Delegación del gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, señaló que uno de cada cinco estudiantes consume cannabis (marihuana o hachís) en forma habitual y que la mayor parte de ellos lo hace por primera vez a los 14 años.
El estudio también indicó que 31,2 por ciento de los estudiantes de la enseñanza media ha consumido cannabis alguna vez en su vida, y que en torno de los 16 años el consumo se orienta hacia las drogas llamadas de «diseño» o sintéticas.
Así, el consumo de cannabis es casi similar al de tabaco, que alcanza a 34,4 por ciento, seguido de los tranquilizantes, con 6,8 por ciento, y de la cocaína y el éxtasis, con 5,4 por ciento cada uno.
En tanto, otro informe publicado también esta semana, pero en este caso por la Policía Municipal de Madrid, apuntó que 37 por ciento de los estudiantes comienza a consumir bebidas alcohólicas antes de cumplir los 13 años.
La encuesta añadió que 22,8 por ciento de los adolescentes de 11 a 13 años cunsultados admitió haberse embriagado entre una y tres veces el año pasado.
Mientras, la consulta nacional sobre drogas registró datos más preocupantes aún, al indicar que 76 por ciento de los escolares preguntados reconoció haber bebido alcohol, 43 por ciento lo hace los fines de semana y 40 por ciento declaró haberse embriagado alguna vez.
Expertos explican que una de las causas del aumento en el consumo de drogas y alcohol entre los adolescentes es el bienestar económico logrado en las dos últimas décadas en España, donde cada adolescente recibe de sus padres un promedio de 10 dólares para sus gastos de fin de semana.
Gonzalo Robles, delegado del gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, comentó al semanario Cambio16 que los jóvenes se vuelcan hacia las drogas en busca de diversión y nuevas sensaciones.
El perfil del consumidor de drogas español es «joven y ya no hay distinción entre sexos. Son jóvenes integrados socialmente (que), para conseguir una diversión intensa, continuada y rápida, buscan las drogas», agregó.
Robles y las organizaciones no gubernamentales abocadas a la lucha contra las drogas consideran que la herramienta más importante para enfrentar el problema es la realización de tareas de prevención en las escuelas y en la familia.
También apuntan que la represión del narcotráfico es otro pilar en este campo, pues en España está penado el comercio de drogas ilegales, pero no su consumo.
El narcotráfico en España atiende dos mercados simultáneos, como es el consumo interno y las remesas que utilizan al país como puente hacia otros países europeos.
Una prueba de que España es también zona de paso es el hecho de que se han decomisado 25.000 kilogramos de cocaína en lo que va del año, una cantidad excesiva para un país de 40 millones de habitantes.
El propio Robles aseguró que no hay mercado en España para tanto consumo.
Un estudio del diario madrileño El País también muestra la tendencia al alza en el decomiso de cocaína en España, ya que de 5.000 kilogramos anuales requisados entre 1990 y 1995 se pasó a 18.000 en 1997.
El decomiso de drogas y la detención de narcotraficantes, algunos muy importantes, como el gallego Sito Miñanco, revelan una mejor actuación policial.
El comisario Miguel Angel Barrado destacó que el kilogramo de cocaína se cotiza en la selva colombiana a unos 1.000 dólares, pero una vez en Europa su valor aumenta hasta unos 15.000 dólares.
Un negocio de una ganancia tan importante es lo que explica los riesgos que se atreven a enfrentar los narcotraficantes y que, detenidos unos, otros los reemplacen de inmediato. (FIN/IPS/af/dm/ip/01