EEUU: Nacionalidad para reclutas extranjeros caídos en combate

El Congreso de Estados Unidos debatirá un proyecto de ley que otorga la nacionalidad en forma póstuma a los soldados extranjeros que murieron combatiendo por el país.

De ser aprobada, la legislación permitirá que los parientes más cercanos de esos hombres y mujeres soliciten al Servicio de Inmigración y Naturalización la nacionalidad estadounidense para sus familiares muertos en acción, hasta dos años después de la promulgación de la ley.

En la actualidad, los familiares sólo pueden pedir en forma individual al Congreso que otorgue la ciudadanía a título póstumo a esos soldados. Cada pedido se procesa en forma individual, y la decisión legislativa sólo se aplica a ese caso.

Ahora, los deudos aguardan la aprobación del proyecto de Ley 2001 de Restauración Póstuma de la Ciudadanía, aunque la iniciativa no implica compensaciones ni derecho alguno para ellos.

El ejército de Estados Unidos tiene en filas a 6.600 soldados nacidos en otros países, y también hay extranjeros en la fuerza aérea, el cuerpo de Marines y la armada, según datos oficiales.

La agencia Selective Service, encargada de reclutar a los efectivos en tiempos de guerra, calcula que unos 125.880 extranjeros se alistaron o fueron reclutados por el ejército o la armada desde el 30 de junio de 1945.

El servicio de inmigración no tiene datos estadísticos actualizados sobre el otorgamiento de la nacionalidad a título póstumo. Entre los veteranos extranjeros vivos que lucharon por Estados Unidos en las dos guerras mundiales, 96 fueron naturalizados en 1998, el último año del que se tiene información.

La nueva ley permitiría a los familiares solicitar la ciudadanía para sus combatientes muertos sin importar en qué año se produjo la muerte, aunque éstos hubieran luchado en la primera guerra mundial o incluso antes.

No obstante, podrían tener dificultades para demostrar que están habilitados para acogerse a la ley. El ejército, por ejemplo, sólo mantiene registros de los soldados en actividad durante seis meses. El Departamento de Justicia debería decidir qué documentación tendrán que presentar los solicitantes.

El proyecto tiene el apoyo de tres grupos de militares en retiro: la Asociación de Oficiales Retirados, los Veteranos de Guerras Extranjeras y la Legión Estadounidense.

Los inmigrantes irlandeses que combatieron en la guerra de Corea han sido los defensores más firmes de la propuesta, presentada por tres legisladores del opositor Partido Demócrata que representan a Massachusetts, un estado con gran población de origen irlandés.

La sociedad cultural e histórica Ancient Order of Hibernians identificó a 15 combatientes de ascendencia irlandesa muertos en la guerra de Corea que no eran ciudadanos estadounidenses.

Mientras, en estados como Minnesota y California, veteranos de la guerra de Estados Unidos en Indochina esperan recibir los beneficios de un proyecto similar destinado a ayudarlos a obtener la nacionalidad estadounidense.

Varios legisladores se quejan de que no hay fondos suficientes para aplicar la Ley de Naturalización para los Veteranos Hmong, que flexibiliza los requisitos para otorgar la nacionalidad a los ex combatientes entre esta comunidad inmigrante, procedente de Laos y Tailandia, y considerada el grupo étnico más pobre de Estados Unidos.

Minnesota alberga a la mayor población hmong del país, con 70.000 personas.

Más de 35.000 soldados hmongs perdieron sus vidas luchando por Estados Unidos en la guerra de Vietnam. Por cada soldado estadounidense que murió en el conflicto, cayeron diez efectivos hmongs. Estados Unidos entrenó y armó a los soldados hmongs y les pagó tres dólares por mes por sus servicios.

Mientras los pilotos estadounidenses abandonaban la lucha y volvían a su país tras un año de combate o luego de completar 100 misiones aéreas, los soldados hmongs no tenían límite para luchar. Incluso niños de hasta 12 años fueron reclutados a medida que la población adulta menguaba.

A cambio de su servicio, Washington prometió brindar protección a los hmongs. Pero cuando Estados Unidos se retiró de Asia sudoriental, los guerrilleros hmongs quedaron solos.

Unos 100.000 refugiados quedaron sin protección. Muchos fueron masacrados mientras esperaban a los aviones estadounidenses que los evacuarían, aunque estos nunca llegaron.

Paradójicamente, durante la guerra muchos de ellos habían sido enviados a Laos y Vietnam del Norte para rescatar a tripulaciones estadounidenses cuyos helicópteros o aviones habían sido derribados.

Veteranos de guerra hmongs y laos que emigraron a Estados Unidos no obtuvieron la ciudadanía estadounidense porque barreras culturales, como la falta de educación y lengua escrita, les impedía demostrar el dominio del inglés y el conocimiento de asuntos estadounidenses requeridos para la naturalización.

Uno de los artículos de la ley de naturalización para los hmongs de 2000 les permite tomar una prueba de ciudadanía con un intérprete. La legislación se aplica sólo a aquellos que combatieron en la guerra de Vietnam y que viven en Estados Unidos. (FIN/IPS/tra-en/aa/aq/ip/01

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