El nulo crecimiento económico de México en el segundo trimestre de este año contrasta con las promesas de Vicente Fox, que ofreció al asumir la presidencia en diciembre un incremento del producto de siete por ciento anual.
«La economía de México está más estable que nunca, no creció nada», es la frase que el dibujante El Fisgón puso en boca de presidente Vicente Fox este jueves en el diario La Jornada para expresar ese contraste.
El Instituto de Estadística, Geografía e Informática (Inegi) informó la noche del miércoles que la economía de México registró en el segundo trimestre crecimiento cero, lo que puso fin a la fase de expansión registrada los últimos 21 trimestres.
Los pronósticos indican que este año la economía mexicana llegará a crecer alrededor de 0,9 por ciento, el peor desempeño de los últimos cinco años.
El pronóstico de Fox de crecimiento de siete por ciento para este año se redujo primero a 4,5 por ciento y luego a tres por ciento. Más tarde, el mandatario habló de recesión.
Las últimas cifras del Inegi son una muestra del «divorcio entre los resultados macroeconómicos y el discurso del presidente», dijo Rogelio Ramírez, portavoz de una firma de consultoría empresarial.
Cuando Fox se refiere a la marcha de la economía sostiene que todo está en orden, que el país avanza a paso firme y con estabilidad financiera.
Al comenzar su gestión, Fox señaló que nada detendría la buena marcha del país. Luego, sin embargo, bajó el tono, aunque nunca perdió el optimismo. «Sólo enfrentamos un atorón» (bloqueo), declaró.
En julio, el mandatario aseguró que la mala racha de la economía había finalizado y que se aproximaba el repunte. En esa ocasión, pronosticó que el producto interno bruto crecería este año entre 2,5 y tres por ciento.
Además, expresó que el crecimiento de siete por ciento anual, prometido en la campaña electoral, llegará sólo en 2003, cuando se cumpla la mitad de su periodo.
Para que México logre una reducción significativa de la pobreza, que afecta a más de la mitad de los 100 millones de habitantes, debe mantener un ritmo de crecimiento anual superior a cinco por ciento durante 20 años, según diversos estudios especializados.
El gobierno debe reconocer que se vive una seria crisis y que es necesario concertar un plan de emergencia, expresó este jueves el izquierdista Manuel López Obrador, jefe del gobierno de la capital.
Vecino de Estados Unidos, país en que concentra más de 80 por ciento de su comercio, México recibe la fuerte ola de la contracción económica que afronta ese país.
Las cifras oficiales indican que de noviembre a junio se perdieron en México más de 400.000 puestos de trabajo.
A pesar del impacto del enlentecimiento de la economía estadounidense en el empleo y en el producto interno bruto, México mantiene su moneda local, el peso, en una posición fuerte ante el dólar.
Además, el ingreso de inversiones extranjeras mantiene una curva ascendente, al igual que las reservas internacionales, mientras el consumo interno crece y las tasas de interés bancarias bajan.
Otro dato importante es la caída de la inflación, calculada para este año en menos seis por ciento, ante el 8,9 por ciento de 2000. La de julio fue de menos 0,26 por ciento.
«La marcha de la economía mexicana está llena de contrastes. Mientras el crecimiento general se contrae, otras variables mejoran. Ahora esperamos que comience a llegar el equilibrio», expresó el analista financiero Enrique Quintana. (FIN/IPS/dc/mj/if/01