La convención contra las minas antipersonal se convirtió en el más exitoso de los tratados internacionales de desarme, pese a que todavía lo desconocen grandes potencias como Estados Unidos, China y Rusia.
El Tratado de Ottawa, como se conoce la convención, fue adoptado en la capital canadiense en diciembre de 1997 y entró en vigor en marzo de 1998.
En ese periodo ha sido ratificado por 118 países y firmado por 140. Esa aceptación en tan corto plazo significa un éxito fantástico, apuntó el embajador belga Jean Lint.
Las negociaciones de acuerdos multilaterales atraviesan un período de dificultades, observó Lint, uno de los presidentes del comité de seguimiento de la convención.
En el campo del control de la carrera armamentista, la evaluación del diplomático belga se ve corroborada por el estancamiento de las negociaciones de la Conferencia de Desarme, en Ginebra.
También respaldan la afirmación el fracaso de un acuerdo de verificación para la convención sobre armas biológicas y las amenazas que penden sobre el tratado de misiles antibalísticos.
La convención contra minas antipersonal es la única que no afronta un futuro sombrío, sostuvo Steffen Kongstad, de Noruega, que presidió la segunda reunión de estados partes del Tratado de Ottawa.
Lint dijo que en ese clima «alentador y positivo» los países adheridos a la convención se reunirán del 18 al 21 de septiembre en Managua, en la tercera reunión de estados partes.
Desde junio de 2000 hasta ahora se sumaron 22 estados a la ratificación de la convención. En ese lapso, los responsables del seguimiento del tratado se dedicaron a la consolidación y la aplicación de las disposiciones del tratado.
Sin embargo y pese a que la convención es «una historia de éxitos», las minas terrestres antipersonal siguen representando un problema humanitario de urgencia, previno Kongstad, en una rueda de prensa.
Más de 40 países permanecen aún ajenos al Tratado de Ottawa, entre ellos figuran Cuba, China, Estados Unidos, Egipto, India, Pakistán y Rusia.
Este año todavía se informa de víctimas de las minas en 70 naciones y se considera que 90 países están afectados por esos explosivos, dijo Susana Walker, de la Campaña Internacional por la Prohibición de las Minas Terrestres, conocida por la sigla ICBL, en inglés.
El informe de 2001 sobre la situación de las minas antipersonal en el mundo, que ICBL distribuirá en septiembre como todos los años, consigna algunos descubrimientos inquietantes, adelantó Walker.
De todos modos, Walker observó que el panorama general es favorable, porque las consecuencias se observan en el terreno. En los últimos años se ha reducido el uso de las minas y ha disminuido el número de nuevas víctimas.
Los progresos más notorios se registraron en Bosnia, Afganistán, Croacia y Kosovo, informó la representante de ICBL, la institución galardonada en 1997 con el Premio Nobel de la Paz en reconocimiento a su lucha por la eliminación de las minas.
La cantidad de países productores de minas antipersonal descendió de 55 a sólo 14, y el comercio de esos dispositivos está casi totalmente interrumpido.
También se informa que se han destruido más de 27 millones de minas en unos 50 países y que 28 estados partes de la convención las eliminaron por completo.
Se espera que en la reunión de Managua los países partes discutan nuevos planes para asegurar el cumplimiento de los plazos fijados para la destrucción de las minas almacenadas y para la limpieza de las zonas minadas. (FIN/IPS/pc/dm/ip/01