El Foro Social creado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) comenzó hoy sus actividades con el examen de medios para lograr que gobiernos y empresas enfoquen sus decisiones e inversiones bajo el prisma de los derechos humanos.
El objetivo del Foro, subsidiario de la Subcomisión de Derechos Humanos de la ONU, consiste en incorporar los derechos económicos, sociales y culturales a las políticas de la globalización, definió el experto chileno José Bengoa, autor de la iniciativa.
La Subcomisión, integrada por 26 expertos independientes que representan a todas las regiones, es un organismo asesor de la Comisión de Derechos Humanos, el máximo cuerpo de la ONU especializado en esa materia.
El Foro, que sostuvo este lunes su reunión inaugural, ha sido definido como una «antecámara intelectual» de la Subcomisión. Un espacio al que concurrirán actores del desarrollo económico y social para debatir nuevas iniciativas, dijo Bengoa.
Las reuniones del Foro, creado en agosto de 2000 por la Subcomisión, se realizarán una vez por año y aún resta definir si se efectuarán en forma simultánea con las sesiones de la Subcomisión, que delibera anualmente en Ginebra durante tres semanas del mes de agosto.
Bengoa sugirió el desarrollo de un Foro Social virtual, mediante el empleo de las nuevas tecnologías de la información y de las comunicaciones.
Entre los temas del Foro sugeridos por la Subcomisión figura en primer lugar el debate sobre los derechos económicos, sociales y culturales en un mundo globalizado.
Sin embargo, la Subcomisión dejó abiertas las posibilidades de enriquecer el orden del día del Foro con ideas aportadas por sectores diversos de la sociedad.
El secretario general de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y desarrollo (UNCTAD), Rubens Ricupero, propuso que el Foro discuta las iniciativas sobre nuevas regulaciones mundiales que se debatan de forma simultánea a las sesiones.
Ricupero observó que la próxima sesión del Foro, en 2002, coincidirá con la ronda de negociaciones multilaterales que promueve la Organización Mundial del Comercio (OMC) y cuya apertura puede acordarse en septiembre.
En la misma época se realizará en Monterrey, México, la conferencia internacional sobre financiación para el desarrollo, en que se examinará el acceso de los países más pobres a los mercados financieros.
En vez de abarcar varios asuntos, el Foro Social debería concentrarse en los que están en debate en otras instancias con el fin de tratar de incorporarles el enfoque de los derechos humanos, insistió Ricupero.
En cambio, los documentos preparados por la Subcomisión incluyen otras cuestiones, como el estudio de las relaciones entre el comercio mundial globalizado, las decisiones de los órganos multilaterales y la creación de condiciones para el respeto de los derechos económicos, sociales y culturales.
La Subcomisión sugirió, así mismo, discutir sobre pobreza y extrema pobreza en un mundo globalizado, y las decisiones en organismos internacionales sobre los recursos básicos para la población, los servicios sociales fundamentales y el derecho a la salud y a la educación.
Otro asunto indicado para su debate es la organización del comercio internacional y del sistema financiero, las actividades de las empresas e instituciones transnacionales, entidades financieras multilaterales y sus consecuencias sobre la distribución de los ingresos.
La Subcomisión mencionó también entre los problemas a discutir la cooperación internacional multilateral y bilateral, pública y privada, y el desarrollo en relación con la creación de condiciones para el respeto de los derechos económicos, sociales y culturales.
Ricupero observó que en la actualidad existen dos elementos que podrían impedir que el derecho al desarrollo o los derechos económicos, sociales y culturales logren expresión concreta: la reacción creciente contra ciertas tendencias de la mundialización y el deterioro de la economía mundial.
La expansión del movimiento de protesta muestra que algunas cuestiones, como las negociaciones comerciales internacionales, han crecido hasta convertirse en asuntos de alto perfil político y «ya no pueden manejarse a puertas cerradas».
Eso resulta en particular evidente después de los trágicos episodios registrados durante la cumbre del Grupo de los Ocho países más industrializados en Génova, Italia.
Cuestiones relacionadas con la estructura y el funcionamiento de la economía, como las reglas comerciales, el ajuste estructural o la respuesta a las crisis financieras, no pueden ser tratadas sin tomar en cuenta su efecto sobre los derechos humanos y otros valores morales, previno Ricupero.
Al mismo tiempo, otros aspectos de la realidad económica, como el estancamiento simultáneo del crecimiento de las principales economías o la reaparición de presiones proteccionistas, deben discutirse cuando se examinan los derechos económicos, sociales y culturales.
El secretario de la UNCTAD mencionó la contracción de la expansión del comercio que llegó a 12 por ciento el año pasado y se ubica desde enero último en siete por ciento.
Otras variables son las agudas reducciones del crecimiento pronosticado para Asia y América Latina, «para no mencionar a Africa», dijo el funcionario.
En 2000 solamente 168.000 millones de dólares de fondos del sector privado se dirigieron a los mercados emergentes, mientras que en 1996 ese rubro había ascendido a 338.000 millones.
Las actuales dificultades en Argentina y Turquía, junto con el efecto en la población y los riesgos de contagio, son elementos que pueden afectar la creación de condiciones para el respeto de los derechos económicos, sociales y culturales, advirtió Ricupero. (FIN/IPS/pc/mj/hd/01