La explotación de mujeres de Asia central por redes de traficantes es una forma moderna de esclavitud y se relaciona con la mundialización y con la transformación de las economías locales.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) se refirió al caso en un informe distribuido este viernes, que eleva a 1.000 el número de mujeres de Tayiquistán caídas el año pasado en las redes de los traficantes.
La mayoría, como también ha ocurrido con mujeres de otras repúblicas de Asia central, terminaron en la servidumbre sexual o doméstica, principalmente en los estados del Golfo y en Rusia.
Las tendencias a la mundialización y los cambios radicales de las sociedades y las economías locales durante el siglo XX obligaron a las poblaciones a abandonar actividades tradicionales y a adaptarse a las demandas del nuevo y creciente mercado laboral, dijo la OIM.
En los países que afrontan dificultades económicas ese proceso conduce de manera inevitable al crecimiento del desempleo, a bajos salarios y a la vulnerabilidad de los desempleados.
En forma paralela, surgen nuevas oportunidades de explotación de los más vulnerables entre las personas que buscan trabajo por parte de empleadores que actúan fuera de la ley, señaló Jean- Philippe Chauzy, de la OIM.
El tráfico de seres humanos es una forma de esclavitud organizada por informantes y reclutadores en los países de origen y grupos de delincuentes internacionales.
Expertos gubernamentales e independientes calculan que cada año, más de 700.000 mujeres y niños y niñas son víctimas de ese tráfico en todo el mundo.
La Comunidad de Estados Independientes (CEI), asociación de los países que integraban la desaparecida Unión Soviética, es la fuente más importante del tráfico de mujeres en Asia, aseguraron los mismos expertos.
Las dificultades económicas de los países de Asia central después del derrumbe del sistema de producción soviético y el consecuente aumento del desempleo y de la emigración laboral crearon un ambiente favorable para el reclutamiento de víctimas potenciales del tráfico de seres humanos, dijo la OIM.
El estudio presentado por Chauzy en Ginebra, la ciudad suiza sede de la OIM, describe el tráfico de mujeres en Tayiquistán.
Los traficantes, que utilizan por lo general también a mujeres tayicas para la tarea de reclutamiento, se basan en la inexperiencia de las víctimas y en el apoyo de una serie de contactos, que incluyen agencias de viajes y funcionarios, aseguró Chauzy.
En el periodo estudiado, 58 por ciento de las mujeres fueron trasladadas a Emiratos Arabes Unidos (EAU), 29 por ciento a Rusia y el resto a Pakistán, Turquía y Hungría.
En su desplazamiento, la mayoría de las mujeres atraviesan habitualmente las repúblicas ex soviéticas de Uzbequistán, Kuirguiztán y Kazajstán, .
Una vez en destino, los traficantes confiscan pasaportes y documentos de viaje de sus víctimas para evitar que escapen. Son alojadas en hoteles o apartamentos privados antes de ser vendidas a delincuentes o a jefes de familia, para ser sometidas a servidumbre sexual o doméstica.
El informe establece que 89 por ciento de las víctimas del tráfico sufrieron abusos sexuales a manos de sus rufianes y 27 por ciento recibieron violentas palizas.
Nueve por ciento de las víctimas entrevistadas declararon que fueron obligadas a mantener relaciones sexuales sin ninguna protección, y 10 por ciento resultaron contagiadas con enfermedades de transmisión sexual.
La OIM, junto con el Fondo de Desarrollo de la ONU para la Mujer (UNIFEM), adelantó los resultados preliminares del estudio al gobierno de Tayiquistán en junio.
En esa oportunidad, por primera vez el gobierno de Tayiquistán reconoció la magnitud creciente del tráfico de seres humanos y la necesidad de combatirlo, dijo Chauzy.
Funcionarios del gobiernos y miembros de la sociedad civil de Tayiquistán coincidieron en la necesidad de enfrentar el tráfico de mujeres mediante la creación de una mayor conciencia del problema entre la población.
También propiciaron el establecimiento de una enérgica legislación para penar los delitos de tráfico y para fortalecer a las instituciones encargadas de la aplicación de la ley. (FIN/IPS/pc/ff/hd/01
