DERECHOS HUMANOS-INDIA: Castas y esclavitud (*)

El sistema de castas discrimina a 240 millones de personas en India, pero ni el gobierno ni la oposición se atreven a enfrentar esta antigua estructura jerárquica basada en el nacimiento y la ocupación.

El sistema de cuatro castas «sigue limitando el avance social y las opciones de matrimonio y de trabajo, a pesar de que la Constitución de India lo abolió hace más de medio siglo», dijo Ambrose Pinto, director del Instituto Social Indio, de Nueva Delhi.

Antiguamente, la primera y más privilegiada de las castas era la de los brahmanes, o sacerdotes, seguidos por los kshatriya, o guerreros, luego por los vaicya, formada por aquellos dedicados al comercio y la industria, y finalmente por los cudra, integrada por campesinos y obreros.

Los dalits, que no pertenecen a ninguna casta, son considerados intocables y se los relega a las tareas prohibidas para las castas hindúes.

El gobierno intenta demostrar que las castas no tienen nada que ver con el racismo en este país de más de 1.000 millones de habitantes.

El ministro de Asuntos Exteriores Jaswant Singh rechazó la inclusión de las castas en la agenda de la Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia, que se realizará del 31 de agosto al 7 de septiembre en Durban, Sudáfrica.

Singh calificó el hecho como «un intento de agregar connotaciones raciales a la casta».

Pero el Comité de las Naciones Unidas sobre Derechos Civiles y Políticos señaló que la población tribal y de castas inferiores «sigue soportando una grave discriminación» y padece en forma desproporcionada el «trabajo forzado y la violencia entre castas».

La ciudad de Gurgaon tiene un parecido intencional con los suburbios de las ciudades estadounidenses. El césped ondulado, los lujosos campos de golf y las parcelas bien ubicadas de Malibú Towne y Beverly Park aseguran grandes beneficios a las empresas de bienes raíces.

Pero Gurgaon, próxima al aeropuerto internacional de Nueva Delhi, forma parte del estado agrícola de Haryana, que mantiene las peores tradiciones del sistema de castas.

En Haryana y en los estados vecinos del norte de India, los jóvenes que se enamoran y se casan fuera de la casta en la que nacieron corren peligro de ser linchados por sus propias familias. Los dalits, o intocables, y las castas inferiores viven casi en esclavitud.

Un grupo de activistas sociales rescataron en julio al dalit Bacchan Singh y a su esposa y tres hijos del trabajo esclavo que realizaban en una plantación en el distrito de Fatehpur.

El Sindicato de Trabajadores Agrícolas de Toda India (AIAWU) y la Federación de Jóvenes Democráticos (DYFI) intervinieron tras descubrir que Singh trabajaba en un campo de 370 hectáreas con la mano y el pie izquierdo encadenados.

«Al principio, el magistrado local no nos creía, pero ordenó una investigación y las cadenas de Bacchan fueron retiradas en su presencia», explicó Dass, activista de la DYFI quien, al igual que muchos dalits, prefiere eliminar su segundo nombre.

Las autoridades iniciaron un juicio contra el propietario de la hacienda Sukhdev Singh, por violar las leyes de abolición del trabajo forzado y de prevención de atrocidades contra castas y tribus.

La AIAWU ha descubierto 200 casos de trabajo esclavo en el próspero estado de Haryana que, junto al vecino Punjab, se benefició con las reformas agrícolas de los años 60 y 70, conocidas como la revolución verde.

El uso de modernas técnicas de riego, semillas híbridas, fertilizantes y plaguicidas suministrados por el Estado enriqueció a los propietarios de tierras, pero hizo muy poco por los campesinos dalits, sostuvo Rmakumar Behbalpuria, presidente de la AIAWU.

Cuando la prensa informa sobre la situación de los dalits que trabajan encadenados, éstos son rápidamente vendidos o enviados a otros hacendados en áreas alejadas. «A veces los compran de nuevo cuando se calman las aguas», explicó Behbalpuria.

Ningún político se atreve a enfrentar a los hacendados, dijo. Sushil Indora, representante dalit del distrito de Sirsa al que pertenece la hacienda denunciada, se negó a comentar la liberación de Singh.

Otro ejemplo de discriminación y violencia ocurrió la semana pasada cuando Vishal, de 20 años, y su novia Sonu, de 19, fueron ahorcados por una multitud con el apoyo de sus respectivas familias en el distrito de Muzaffarpur, en el septentrional estado de Uttar Pradesh.

Vishal pertenecía a la casta de los brahmanes, y Sonu a una casta de campesinos. El jefe de la policía local afirmó que los padres de ambos jóvenes, que permanecen detenidos pero no se arrepienten del crimen, les habían prohibido verse.

Las relaciones personales entre las castas son tabú en la zona y según un código no escrito, cuando éstas se descubren los padres deben matar a su hijo o hija o de lo contrario alguien más lo hará, explicó Manoj Singh, magistrado de Muzaffarpur.

El legislador Sanjay Chauhan calificó como «desafortunados» los crímenes, pero insistió en que «el mantenimiento del orden social y la moral pública debe tener prioridad sobre los asuntos amorosos».

Este tipo de incidentes aparecen con frecuencia en las portadas de los diarios, los que sin embargo también publican artículos matrimoniales que especifican las posibles elecciones de castas y de subcastas para novias y novios.

Pinto, al igual que otros expertos en sociología, considera que la opresión de los dalits es incluso peor que la discriminación racial. «Más de 240 millones de personas en este país son rechazados como descastados», sostuvo.

Más allá de lo que diga el gobierno, la casta es una forma de racismo y atenta contra el principio de igualdad, un componente fundamental del mecanismo de la Organización de las Naciones Unidas para promover y proteger los derechos humanos, explicó.

La mayor parte de la ayuda internacional proporcionada este año al estado de Gujarat, devastado por un terremoto, se destinó a los campamentos de las castas altas, mientras las víctimas dalits fueron ignoradas por las instituciones estatales, dijo Pinto. (FIN/IPS/tra-en/sk/rdr/js/dc/aq/hd/01) —— (*) Esta información es parte de una serie de IPS ante la Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia que se realizará del 31 de agosto al 7 de septiembre en Durban, Sudáfrica. —-

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe