Estados Unidos confirmó que el secretario de Estado Collin Powell no asistirá a la Conferencia Mundial contra el Racismo, en Sudáfrica, y sugirió que Washington podría no participar en ella en vista de las propuestas «antiisraelíes» que han sido presentadas.
«Por ahora tenemos claro que el secretario no irá a esa conferencia. Lo que no está claro es la naturaleza y el grado exactos de nuestra representación, si la hay», declaró Richard Boucher, portavoz del Departamento de Estado.
Washington ya había advertido que boicotearía la conferencia, a celebrarse desde el 31 de este mes al 7 de septiembre en la ciudad sudafricana de Durban, si la declaración preliminar contenía términos «ofensivos» para Israel o intentaba revivir una resolución de la Asamblea General de la ONU, de 1970, que equipara el sionismo al racismo, recordó Boucher.
Pero Michael McClintock, analista político de la organización de derechos humanos Human Rights Watch, de Nueva York, consideró que los argumentos esgrimidos por Boucher son un «pretexto» del gobierno de George W. Bush para retirarse de una conferencia en la cual nunca tuvo interés.
«Suena como una excusa para retirarse», dijo McClintock a IPS. De hecho, los términos «sionismo» e «Israel» casi desaparecieron del borrador de las negociaciones de los últimos días, aunque permanece una polémica referencia indirecta a los «territorios ocupados» por Israel.
«Esto se enmarca en la tendencia general de la política exterior de esta administración, que todos llaman unilateralismo y el Departamento de Estado califica de 'multilateralismo a la carta',» agregó.
Los párrafos de mayor preocupación para Estados Unidos, relacionados con Israel y los reclamos de compensación para los países africanos por la esclavitud, se debilitaron de modo considerable en las últimas semanas en la esperanza de persuadir a Washington de enviar una delegación encabezada por Powell.
Powell fue el primer afroestadounidense que encabezó las Fuerzas Armadas de Estados Unidos y ahora su servicio exterior, y trascendió que tiene interés personal en asistir a la conferencia.
La decisión de Washington de disminuir su representación y posiblemente participar sólo como observador en la Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y Formas Relacionadas de Intolerancia, como se llama formalmente, es la última de una serie de decisiones que han distanciado al gobierno de Bush de muchos países, incluso estrechos aliados.
Desde que asumió la presidencia en enero, Bush suspendió las conversaciones con Corea del Norte sobre la proliferación de misiles, se retiró del Protocolo de Kyoto para la reducción de las emisiones de gases de invernadero y prometió retirarse del Tratado sobre Misiles Antibalísticos firmado con Rusia en 1972 si Moscú se niega a renegociarlo.
Además, Bush anunció su oposición a un tratado para prohibir las armas químicas y biológicas, intentó debilitar una propuesta convención marco para la restricción de la publicidad y comercialización del tabaco, y ahora considera formas de frustrar la creación del tribunal penal internacional.
La decisión contra el envío de Powell fue telegrafiada por el propio Bush el pasado viernes, cuando se le preguntó sobre la participación de Estados Unidos en Durban durante una conferencia de prensa.
Washington boicoteará la conferencia si los delegados «atacan a Israel. Si usan el foro como forma de aislar a nuestro amigo y fuerte aliado, no participaremos», advirtió.
El presidente también advirtió que se opone a cualquier discusión sobre compensación por la esclavitud, una posición que enojó a los grupos de derechos civiles que reivindican ese punto desde hace años.
Los grupos se basan en que, por ejemplo, Alemania realizó compensaciones por la esclavitud durante el nazismo y Estados Unidos por el confinamiento de ciudadanos japoneses- estadounidenses durante la segunda guerra mundial.
«Estados Unidos en particular debería participar al más alto nivel y ofrecer un generoso apoyo financiero a la conferencia, dado que fue el mayor beneficiario de la esclavitud», arguyó Salih Booker, directora de Africa Action, un grupo de presión de Washington.
«Después de todo, Estados Unidos es el país más rico del mundo como resultado de eso», agregó.
Booker calificó las amenazas de boicot a la conferencia como «máxima arrogancia» e «indiferencia ante uno de los mayores problemas que enfrentan hoy Estados Unidos y el mundo».
Pero no todos desaprobaron la decisión. Los líderes republicanos de la Cámara de Representantes elogiaron la medida, al igual que grupos proisraelíes que han ejercido una fuerte presión contra la participación de Powell.
«Creemos que la intransigencia de países decididos a secuestrar esta conferencia para promover su propia agenda antiisraelí no dejó a Washington otra alternativa», declaró Abraham Foxman, director de la Liga contra la Difamación, un grupo judío.
«La presencia del secretario Powell en Durban sólo otorgaría legitimidad a los discursos antisemitas que amenazan los esfuerzos contra el racismo mundial», añadió Foxman.
Sin embargo, Washington podría pagar un alto precio por reducir el nivel de su participación o enviar sólo una delegación de observadores, según analistas.
La medida «deteriorará mucho las relaciones de Bush con la Asamblea Negra del Congreso y con la comunidad afroamericana», advirtió una colaboradora del Capitolio, porque la conferencia ofrecía un foro ideal para que Powell se dirigiera a los negros estadounidenses en nombre de Bush. (FIN/IPS/tra-en/jl/aa/mlm/hd/01