La conferencia mundial contra el racismo que comenzará el 31 de este mes en Durban, Sudáfrica, no corre peligro, a pesar del fracaso de las negociaciones para la redacción del proyecto de documento final, aseguraron diplomáticos.
Un comité preparatorio concluyó este viernes en Ginebra dos semanas de discusiones sin acuerdo para la redacción de los puntos más conflictivos de la declaración y del programa de acción que surgirán de Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia.
Sin embargo, los diplomáticos que participaron en las negociaciones y altos funcionarios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) vislumbraron la perspectiva de que la conferencia alcance un resultado positivo.
Los negociadores llegarán a Durban con documentos que servirán de base para una conferencia con un grado elevado de posibilidad de éxito, resumió Gilberto Savoia, funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil que coordinó la negociación sobre el programa de acción.
La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Mary Robinson, coincidió con Savoia en que existen notoria buena voluntad y un afán por hallar la buena senda que alientan grandes esperanzas de encontrar una solución.
Los puntos más conflictivos siguen siendo la compensación por la esclavitud y el colonialismo reclamada por países en desarrollo y negada por los industrializados, y la cuestión de Medio Oriente.
Sin embargo, en la última semana se registraron avances en los dos asuntos, con muestras de flexibilidad en todas las partes. Han sido progresos considerables, dijo Robinson.
El cambio más significativo procedió de de Estados Unidos, que aceptó por primera vez discutir un texto sobre la cuestión de Palestina.
Sin embargo, Washington puso como condiciones que el texto sea breve y genérico, y que se base sobre la redacción aprobada en una anterior conferencia internacional. Eso constituye un paso adelante, evaluó Savoia.
En cuanto a las compensaciones por las esclavitud y el colonialismo del pasado, las negociaciones prosiguen en torno de tres propuestas, presentadas por los países africanos, Estados Unidos y la Unión Europea.
El bloque africano sugirió que las compensaciones podrían canalizarse a través de un apoyo a la Nueva Iniciativa Africana, un plan de desarrollo regional elaborado hace un mes por jefes de Estado del continente.
Con esa jugada, los países africanos obtuvieron un éxito increible, estimó un diplomático latinoamericano que pidió no ser identificado.
Un continente que atraviesa graves dificultades de crecimiento logró transformar una conferencia sobre derechos humanos en una conferencia sobre desarrollo, explicó.
Las negociaciones formales para concluir la redacción de los documentos proseguirán el 31 de agosto en Durban, pero hasta entonces seguirán los contactos entre diplomáticos y jefes de Estado y de gobierno para superar los problemas que aún condicionan a la conferencia.
En ese terreno, al gobierno de Sudáfrica, como anfitrión de la conferencia, le espera una misión fundamental, pues le cabe la resposabilidad de asegurar el éxito, comentó el diplomático latinoamericano.
El cambio de posición de Estados Unidos, que hace una semana no aceptaba una sola letra sobre la cuestión palestina en los documentos, facilita la labor de los sudafricanos, estimó.
Al gobierno de Estados Unidos le resultará muy difícil boicotear una conferencia en Sudáfrica debido al prestigio de esa nación, líder en su continente, y a la reacción de la enorme población afroestadounidense, evaluó el diplomático.
La conferencia de Durban concluirá el 7 de septiembre. (FIN/IPS/pc/mj/hd/01