La supuesta alianza entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el IRA irlandés sugiere la intención de la guerrilla colombiana de fortalecer la lucha urbana y puede afectar el proceso de paz con el gobierno.
Raúl Reyes, portavoz de las FARC admitió, en una entrevista publicada este domingo por el diario británico The Sunday Times, que el grupo insurgente había invitado a Colombia a los tres irlandeses detenidos en el aeropuerto internacional de Bogotá el día 11, cuando se aprestaban a salir del país.
Se trata de James Monaghan, Martin McCauley y Niall Connolly, presuntos miembros del IRA (Ejército Republicano Irlandés), quienes según el comandante del ejército, Jorge Mora, llegaron a Colombia para realizar un «intercambio importante de tácticas sobre terrorismo».
Mora agregó que los tres irlandeses permanecieron varias semanas en la zona del sudeste del país, desmilitarizada para instalar la mesa de diálogo entre las FARC y el gobierno de Andrés Pastrana.
En tanto, la revista colombiana Cambio publicó este lunes la desgrabación de una supuesta comunicación interceptada por organismos de seguridad, en la que una persona identificada como el jefe guerrillero Manuel Briceño dice que unidades del Caguán recibieron entrenamiento de «los tres monos (de cabello color claro)», en presunta alusión a los irlandeses.
En la charla entre el presunto Briceño con otro comandante llamado Josué, que habría coordinado la visita de los irlandeses, se indica que ese entrenamiento debe ser multiplicado a todos los frentes para «sacudir las ciudades, a ver si los enemigos de la salida política comprenden que hay que abrir espacios».
La publicación añade que Briceño aseveró que «los monos» se comprometieron a enviar a las FARC un explosivo militar denominado Semtex, que ya no se fabrica. Sin embargo, los servicios de inteligencia británicos suponen que el IRA aún tiene cerca de tres toneladas de ese material.
La hipótesis del ejército de Colombia sobre el intercambio de tecnología entre el IRA y las FARC es factible, según algunos expertos.
Alfredo Rangel, analista colombiano en asuntos militares, comentó a IPS que el IRA tiene una gran experiencia en el manejo de armas y explosivos, «que podría ser muy bien pagada por las solventes finanzas de las FARC».
La conexión FARC-IRA marca una nueva etapa en las relaciones internacionales del grupo colombiano y en su transición de guerrilla rural a urbana, sostuvo Rangel, autor del libro «La guerra insurgente», en el que examina los conflictos internos de Colombia, El Salvador, Perú, Filipinas y Malasia.
Las FARC, la mayor organización insurgente de Colombia, fueron reacias a participar en los movimientos armados que se desarrollaron en América Latina en los años 60 y 70, estimulados por el triunfo de la revolución cubana.
No obstante, con el proceso de paz iniciado en enero de 1999 se dio paso a un trabajo significativo con organizaciones no gubernamentales, partidos políticos y personalidades de la región, de América del Norte y de Europa.
Rangel aseguró que una manifestación de la transformación de las FARC de guerrilla rural a urbana fue la operación comando que realizaron en julio en la central ciudad de Neiva, cercana a la zona de 42.000 kilómetros cuadrados desmilitarizada en 1999 para las negociaciones de paz.
Otra muestra de su movimiento en las ciudades, a juicio del experto, fue la llevada a cabo en junio, cuando realizaron un operativo para facilitar la fuga de decenas de guerrilleros presos en la cárcel La Picota, de Bogotá.
Mientras, otros analistas políticos entienden que la posible conexión FARC-IRA dará nuevos argumentos a quienes critican la creación de la zona desmilitarizada y duda de la voluntad de paz de las FARC.
Los detractores de la política dialoguista de Pastrana, entre ellos el ejército, afirman que los rebeldes utilizan el área bajo su control para fortalecerse militarmente y desarrollar negocios de narcotráfico.
También organizaciones humanitarias, como Amnistía Internacional, con sede en Londres, y Human Rights Watch, localizada en Nueva York, acusan a las FARC de cometer en esa área violaciones contra los derechos humanos.
La detención de los tres irlandeses se produjo pocas semanas antes de que el presidente Pastrana decida si prorroga o no la desmilitarización de ese espacio en el sudeste colombiano, cuya cabecera es San Vicente del Caguán.
La presencia en Colombia de los irlandeses ha dado pie a versiones de prensa de distinto tipo, que van desde que uno de los fines es la fabricación de una «super-bomba» para el IRA hasta que sólo se trata de un viaje turístico para conocer la experiencia de la zona desmilitarizada, única de su tipo en el mundo.
El incidente tiene, según la revista Cambio, dos consecuencias internacionales graves.
Una de ellas es que pone en riesgo el proceso de paz en Irlanda del Norte, porque dan argumentos para el debate sobre el desarme del IRA, en caso de confirmarse que los irlandeses estaban entrenando a los guerrilleros en materia de explosivos.
La otra consecuencia es que el intercambio de tecnología para acciones terroristas, sumado al secuestro por parte de las FARC de tres ciudadanos alemanes y de un industrial japonés, reafirmarían ante la comunidad internacional que las FARC carecen de una verdadera voluntad política para negociar la paz.
En tanto, se espera para este miércoles una decisión por parte de la Fiscalía sobre los tres irlandeses detenidos, que habían ingresado a Colombia el 30 de junio. (FIN/IPS/yf/dm/ip/01