La derecha parece encaminarse a la victoria en las elecciones legislativas de diciembre en Chile, mientras la coalición gobernante paga el costo de percepciones negativas sobre la marcha de la economía y de desencuentros políticos.
La Alianza por Chile, el pacto de los dos grandes partidos de la oposición derechista, logró un importante acuerdo político que favorece las aspiraciones presidenciales del alcalde de Santiago- Centro, Joaquín Lavín, según coincidieron en señalar este martes los analistas políticos.
Lavín, líder de la Unión Demócrata Independiente (UDI), consiguió el lunes que el empresario Sebastián Piñera, presidente del Partido Renovación Nacional (PRN), renunciara a su candidatura a senador para los comicios parlamentarios del 16 de diciembre.
La UDI y el PRN integran la Alianza por Chile, el pacto derechista que competirá en las legislativas con la gobernante Concertación por la Democracia, un conglomerado de centroizquierda formado por los partidos Demócrata Cristiano (PDC), Socialista, Por la Democracia y Radical Socialdemócrata.
En los próximos comicios parlamentarios corresponde renovar los 120 escaños de la Cámara de Diputados y 18 de los 38 del Senado que se llenan por voto popular.
Lavín forzó la renuncia de Piñera a competir como candidato a senador en la estratégica circunscripción Quinta Costa (Valparaíso), condicionando a ese gesto su apoyo a los candidatos a senadores y diputados del PRN.
La dimisión de Piñera deja como candidato único de la derecha en el puerto de Valparaíso, 120 kilómetros al oeste de Santiago, al almirante retirado Jorge Arancibia, candidato de la UDI, quien hasta junio fue comandante en jefe de la armada.
Como parte del acuerdo, la UDI, retiró sus candidatos en otras dos circunscripciones senatoriales, para respaldar a los diputados del PRN Alberto Espina y Baldo Prokurica, actuales postulantes a la cámara alta.
El «terremoto político», como lo calificó la prensa chilena, de la renuncia de Piñera, restó interés a la proclamación de los candidatos al parlamento de la coalición gobernante, realizada el lunes con la participación del presidente Ricardo Lagos.
Los ajustes de última hora en las listas de candidatos coincidieron con la difusión de una encuesta política del Centro de Estudios de la Realidad Contemporánea (CERC).
Treinta y nueve por ciento de las personas consultadas en julio por el CERC creen que la derecha ganará las elecciones parlamentarias de diciembre, y 32 por ciento dieron el triunfo a la coalición oficialista.
El apoyo al gobierno de Lagos, que de acuerdo con las encuestas trimestrales del CERC llegaba a 57 por ciento en diciembre, cayó en julio a 47 por ciento, el punto más bajo desde el inicio del actual gobierno, en marzo de 2000.
Lavín encabeza el grupo de los cinco políticos con más futuro, de acuerdo con la encuesta, que para estos efectos no incluye entre las opciones a Lagos.
El líder de la derecha fue mencionado por 63 por ciento de los encuestados, seguido por Piñera, con 23 por ciento. En diciembre de 2000, Lavín alcanzaba a 50 por ciento.
Los dos políticos derechistas aparecen en la encuesta mejor situados que la canciller Soledad Alvear, militante del Partido Demócrata Cristiano, que recogió 19 por ciento de las menciones.
A continuación se ubicaron el candidato a senador por Valparaíso Nelson Avila, con ocho por ciento, y con seis por ciento el diputado Guido Girardi, ambos del Partido por la Democracia.
Para los analistas políticos, Lavín aparece hoy no sólo como el único aspirante presidencial claro para las elecciones de diciembre de 2005, sino también como un hombre que ejerce un efectivo liderazgo en la derecha.
En los últimos comicios presidenciales, de diciembre de 1999, Lavín logró un virtual empate con Lagos, quien lo derrotó en enero en una segunda vuelta gracias al apoyo no declarado del Partido Comunista y al respaldo público de los ecologistas.
El ex presidente y actual coordinador de la Concertación por la Democracia, Patricio Aylwin, restó gravedad a los resultados de la encuesta del CERC, arguyendo que refleja «estados momentáneos de ánimo» de la población.
El socialista José Miguel Insulza, ministro del Interior, atribuyó los resultados negativos para el oficialismo al período del sondeo, coincidente con síntomas de retroceso en la economía, con una tasa de desempleo que se acercó a 10 por ciento ese mes.
Lagos, un socialista moderado, confía en que la situación económica mejore en los próximos meses, luego de la caída de las expectativas de crecimiento del producto, reducidas de cinco por ciento a comienzos de año a tres por ciento en la actualidad.
En la proclamación de los candidatos oficialistas, Lagos exhortó a la Concertación por la Democracia a ganar las elecciones parlamentarias y construir un Congreso para realizar «reformas a fondo» en el ordenamiento constitucional y en las áreas de la salud, la educación y las normas laborales.
«Tenemos una dura tarea por delante y el país castiga las desinteligencias entre nosotros», dijo Lagos.
El mandatario aludió así a la crisis planteada en las últimas semanas en la coalición gobernante a raíz de un acuerdo electoral entre el Partido Socialista y los comunistas, quienes están excluídos del parlamento en virtud del sistema binominal.
Según ese sistema, impuesto en las postrimerías de la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-90), en cada distrito de diputados o circunscripción de senadores, se eligen solo dos representantes, lo cual favorece a los grandes bloques políticos y excluye a las fuerzas más pequeñas, como los partidos Comunista y Humanista.
El Partido Socialista decidió apoyar candidatos a diputados del Comunista en dos distritos, a cambio de que los comunistas retiraran sus postulantes en otros cuatro distritos, orientando su votación hacia candidatos socialistas.
El acuerdo entre esas dos fuerzas fue rechazado tajantemente por los demócrata cristianos y mereció también críticas del Partido por la Democracia, lo cual obligó a una intervención directa de Lagos para salvaguardar la unidad del conglomerado oficialista.
Cuando faltan cuatro meses para las elecciones legislativas, la coalición gobernante debe cargar con el peso de las dificultades económicas, sin que se proyecte desde sus filas un liderazgo claro para la sucesión de Lagos.
Es por eso que la derecha aspira a cambiar radicalmente en diciembre la actual correlación de fuerzas en el parlamento.
En la actualidad, en el Senado hay 20 representantes del oficialismo, 17 de la opositora Alianza por Chile y uno de la Unión de Centro-Centro, un pequeño partido populista de derecha.
Los 120 sillones de la Cámara de Diputados se dividen en 69 para la gobernante Concertación por la Democracia, 49 para el pacto de derecha y dos de la Unión de Centro-Centro.
En el Senado hay además nueve representantes designados, que representan a las Fuerzas Armadas y a la policía de Carabineros, a ex jueces de la Corte Suprema de Justicia, ex rectores universitarios, ex ministros de Estado y ex contralores de la República.
Así mismo, el ex presidente Eduardo Frei (1994-2000) tiene por norma constitucional el rango de senador vitalicio.
Pinochet también fue senador vitalicio hasta agosto de 2000, cuando la Corte Suprema de Justicia lo despojó de sus fueros legislativos en virtud de un juicio por crímenes contra los derechos humanos, del cual fue excluido por razones de salud el 9 de julio. (FIN/IPS/ggr/ip/01