Los gobernantes de Antigua y Barbuda, Dominica, Granada, San Cristóbal y San Vicente visitarán Libia este mes en busca de vínculos comerciales con el país de Africa septentrional rico en petróleo.
Los líderes caribeños acordaron el viaje a Trípoli durante la reunión cumbre de los nueve integrantes de la Organización de Estados del Caribe Oriental (OECS), realizada en Dominica el mes pasado.
Sólo Granada y Dominica mantienen actualmente relaciones diplomáticas con Libia.
El acercamiento al gobierno de Muamar Gadafi hubiera sido impensable una década atrás, cuando el peso de Estados Unidos era determinante en la política exterior del Caribe.
Pero la influencia estadounidense ha declinado junto con su importancia como mercado exportador y como fuente de asistencia financiera para el Caribe oriental.
En 1990 la ayuda de Estados Unidos era de 225 millones de dólares, pero el año pasado sumó apenas 120 millones de dólares, 70 de los cuales fueron para Haití.
A diferencia de Estados Unidos, Libia se ha abierto a los países en desarrollo, impulsando su idea de una nueva unión panafricana.
El gobierno de Gadafi, rechazado durante años por el mundo occidental, ofrece a sus potenciales socios ayuda e inversiones en busca de nuevos vínculos políticos.
El aislamiento internacional de Libia se agravó en 1991, cuando jueces estadounidenses y británicos responsabilizaron al régimen de Gadafi por el atentado que derribó a un avión de pasajeros de Pan American sobre la localidad escocesa de Lockerbie en 1988, causando la muerte de 270 personas.
Ante la negativa de Libia de extraditar a los dos agentes acusados del atentado, en 1992 la Organización de Naciones Unidas le impuso un embargo económico que se mantuvo hasta 1999, cuando Trípoli aceptó entregar a ambos hombres a la justicia escocesa.
La OESC no espera represalias por su aproximación a Libia. «Los líderes caribeños no esperan que se enfríen las relaciones con ningún país. Hay vuelos comerciales diarios entre Libia y muchas naciones occidentales, incluso a Gran Bretaña», dijo el portavoz del bloque, Kendol Morgan.
Además de la reducción de la ayuda estadounidense, las exportaciones de banano y azúcar, los principales productos del Caribe, junto con el turismo, han caído continuamente, alcanzando incluso mínimos históricos.
Las exportaciones de banano a Europa, el sustento económico tradicional del bloque, se ven amenazadas por las presiones de Estados Unidos contra la Unión Europea (UE) en el marco de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
El banano del Caribe se incluía en un régimen preferencial de importaciones de la UE, que excluía el producto de las compañías bananeras estadounidenses ubicadas en América Latina y que fue observado en dos ocasiones por la OMC.
La OMC observó en dos ocasiones a la UE por su régimen preferencial, por lo cual el bloque europeo anunció modificaciones sustanciales a ese sistema.
El Caribe produce apenas dos por ciento del mercado mundial de banano, por lo que gobernantes y productores locales estiman que la región ha sido víctima de la disputa comercial entre Estados Unidos y la UE.
Una suerte parecida correrán el azúcar, el ron y el arroz, dicen los funcionarios caribeños.
El turismo también se debilita. Este mes la cadena hotelera británica Rex Resort Hotels clausuró hasta diciembre dos de sus principales hoteles en Santa Lucía debido a la baja demanda, dejando sin ocupación a 300 trabajadores. Otras empresas estudian medidas similares.
«Nuestras economías se ven afectadas al igual que las de los países desarrollados», dijo el primer ministro de Dominica, Pierre Charles, quien coordina la visita a Libia junto a su homólogo Ralph Gonsalves de la vecina San Vicente.
Si los países industrializados «dicen que están a las puertas de una recesión —algunos afirman que ya se encuentran en plena recesión— imaginen entonces cuál es la situación de las pequeñas economías como las del Caribe», agregó Charles.
La decisión caribeña de acercarse a Libia coincide con las críticas de la organización ecologista internacional Greenpeace a la OECS por respaldar la negativa de Japón a crear dos santuarios de ballenas en los océanos Pacífico y Atlántico.
El bloque caribeño defendió su postura alegando que varias especies de ballenas no están amenazadas, y recordó que Japón ha realizado inversiones en la región mientras Estados Unidos está prácticamente ausente.
«No me disculpo por esto», declaró el primer ministro de Antigua, Lester Bird.
La región se vio afectada en 2000 por la decisión de Francia de cerrar el Banco Caribeño de Desarrollo, con sede en Barbados, debido a la escasez de contratos para empresas francesas en los países de la Comunidad del Caribe (CARICOM).
En los últimos años los gobiernos caribeños han dado señales de independencia de Washington en materia de política exterior.
En 2000 firmaron un acuerdo comercial con Cuba que incluyó el tratamiento preferencial para las pequeñas islas. En 1994 Cuba fue admitida como miembro fundador de la Asociación de Estados Caribeños, pese al rechazo de Puerto Rico, que se negó a ingresar al foro de 25 naciones. (FIN/IPS/tra-en/bw/aa/dc/aq/ip if/01