Niños y niñas menores de 13 años no pueden circular de noche por las calles de varias ciudades francesas y suburbios pobres de París, a raíz del toque de queda decretado por los gobiernos municipales de la derechista Unión por la República (RPR).
Las ciudades de Orléans y Lucé, en Francia central, y algunos suburbios de París, como Etampes, impusieron la prohibición de circular por las calles entre las horas 23:00 y 06:00 a menores de 13 años sin acompañantes adultos, aduciendo el aumento de la delincuencia juvenil.
Restricciones similares se tomaron en los vecindarios más populosos de Niza y Cannes, en la costa del mar Mediterráneo, mientras la municipalidad de Estrasburgo estudia una medida parecida.
El Consejo de Estado, principal tribunal constitucional francés, confirmó las medidas con algunas limitaciones.
El toque de queda para la infancia finalizará el 15 de septiembre, día en que se publicarán las cifras de delitos cometidos por menores de 13 años en horas de la noche.
«A los políticos que impusieron el toque de queda les digo, hablemos después del 15 de septiembre. Estoy seguro de que esos caballeros no estarán disponibles para debates constructivos. Estarán preparando su próximo discurso sobre violencia juvenil urbana», dijo Mohammed Rhouland, asistente social de La Source, un vecindario pobre de la ciudad de Orléans.
El toque de queda no ha tenido efecto disuasivo en niños y niñas, según funcionarios policiales y trabajadores sociales. «En verdad seguimos viendo menores en las calles después del anochecer», sostuvo Rhouland.
«Recuerdo un solo caso, hace muchos años, de un niño de 9 años que se perdió en la calle. Lo devolvimos a su casa y allí terminó la historia», dijo.
La medida fue considerada «discriminatoria» por trabajadores sociales y juristas, pues afecta principalmente a hijos e hijas de familias inmigrantes de Africa y Asia sudoriental, «los únicos que permanecen en sus hogares durante el verano por razones económicas», dijo Helene Mouchard-Sary, ex integrante de la alcaldía de Orléans.
«Niños y niñas que no pueden tomar vacaciones en los meses más cálidos de julio y agosto, se niegan a permanecer encerrados en sus casas. Juegan en los alrededores de los edificios donde viven, hasta bien entrada la noche», explicó.
Los funcionarios deberían preocuparse por ofrecer actividades alternativas para el verano y por crear una política constructiva para la juventud, dijo Mouchard-Sary.
«Ya existe una ley que obliga a los policías a escoltar hasta sus hogares a niños y niñas que encuentren sin compañía», sostuvo Adeline Hazan, ex juega de familia y asesora de asuntos sociales del Partido Socialista.
«Es terrible que los gobiernos municipales y nuestro principal tribunal constitucional colaboren en limitar las libertades de los vecindarios que ya sufren por la pobreza y otras formas de discriminación», agregó.
La inseguridad y la delincuencia juvenil son dos preocupaciones centrales de los ciudadanos franceses, sostuvo el presidente Jacques Chirac en su discurso del 14 de Julio, fiesta nacional que conmemora la toma de la Bastilla, de 1789.
Ese mismo día, grupos de jóvenes incendiaron unos 200 automóviles en varios suburbios de París, en una manifestación de violencia sin precedentes.
En el primer semestre del año, la delincuencia creció en 10 por ciento, según cifras oficiales publicadas la semana pasada. Entre enero y junio de este año, se registraron dos millones de denuncias, contra 1,8 millones en el mismo periodo de 2000.
Pero para el gobierno, ese aumento indica una mayor eficiencia policial.
La ministra de Justicia Marylise Labranchu afirmó que una legislación que entró en vigor en enero «ha generado un significativo crecimiento de las denuncias registradas. No han aumentado los delitos, sino el registro de los mismos», dijo.
El Sindicato Independiente de Policías de Francia coincidió con Lebranchu, señalando que el incremento de casos registrados se debió a «la creación de una nueva unidad policial».
La gobernante coalición de izquierda integrada por el Partido Socialista, el Partido Comunista y el Partido Verde «fracasó completamente en el combate a la delincuencia», dijo el ex ministro del Interior Jean Luis Debré, de la coalición derechista RPR.
Debré reclamó una política de «tolerancia cero contra el delito para recuperar el control de nuestras ciudades» mediante medidas represivas como las aplicadas por el alcalde de Nueva York Rudolph Giuliani en los años 90, y más tarde empleadas en Gran Gretaña.
Debré también urgió al Ministerio de Justicia una reforma legal que permita «encarcelar a menores de 13 años».
Los analistas políticos temen que la delincuencia juvenil y la inseguridad sean el tema dominante de las campañas para las elecciones presidencial y parlamentaria, en abril y mayo de 2002, respectivamente. (FIN/IPS/tra-eng/jg/raj/mn/dc/ip/01