/BOLETIN-DD HH/ DERECHOS HUMANOS: ONG reclaman a ONU por represión en Turquía

Organizaciones no gubernamentales pdieron a la Subcomisión de Derechos Humanos de la ONU que intervenga ante las autoridades de Turquía para terminar con la situaciones inhumanas en las prisiones del país.

El Centro Europa-Tercer Mundo (CETIM) solicitó a la Subcomisión una investigación independiente e imparcial sobre las repetidas intervenciones de las fuerzas de seguridad turcas, responsables de la muerte de «numerosos prisioneros» desde 1994.

Malik zden, de CETIM, aseguró que las detenciones arbitrarias, las torturas, los atentados contra la libertad de opinión y de expresión, la represión en las cárceles y la negación de la cultura de la minoría kurda son «moneda corriente» en Turquía.

Otra organización independiente, France Libertés-Fundación Danielle Mitterrand, abogó para que la Subcomisión se interese por la suerte de cuatro diputados turcos de origen kurdo encarcelados desde hace siete años.

La Subcomisión, un organismo asesor de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, sesiona en Ginebra desde el 30 de julio hasta el 17 de agosto.

La situación de los kurdos, un pueblo asentado hace siglos en territorios dominados por Turquía, Iraq, Irán y Siria, fue expuesta durante el examen en la Subcomisión de las violaciones de derechos humanos en territorios coloniales y dependientes.

Andrea Collins, la representante de France Libertés, declaró que su organización considera inaceptable que los cuatro legisladores kurdos sigan prisioneros.

Se trata de Leyla Zana, Selim Sadak, Hatip Diclé y Orhan Dogan, elegidos en 1991, que al ocupar sus escaños desafiaron a la mayoría de parlamentarios turcos al expresarse en kurdo, su idioma materno.

Así mismo, Zana y Diclé se presentaron en la Asamblea Nacional con los colores tradicionales kurdos: rojo, amarillo y verde.

Tres años después, un tribunal especial, la Corte de Seguridad del estado de Ankara, condenó a los cuatro legisladores a 15 años de prisión, bajo acusación de pertenencia a banda armada.

Collins observó a los 26 expertos independientes miembros de la Subcomisión que la Corte de Seguridad constituía una institución jurídica de excepción y por lo tanto sus decisiones no podrían ser consideradas independientes e imparciales.

Ninguno de los cuatro diputados kurdos ha sido acusado de actos de violencia, destacó la activista humanitaria.

Collins indicó que Amnistía Internacional considera que esos legisladores fueron encarcelados por haber expresado sus convicciones de manera pacífica.

La Corte Europea de Derechos Humanos condenó hace dos semanas a Turquía por haber tramitado un proceso injusto contra los diputados.

Sin embargo, Collins criticó al tribunal europeo porque en su fallo no admitió que los legisladores también habían sido condenados por expresar sus opiniones políticas.

Ozden llamó la atención de la Subcomisión sobre la huelga de hambre que realizan prisioneros de las cárceles turcas en protesta por el régimen de aislamiento en que se los mantiene.

En medio de la indiferencia de las autoridades turcas han muerto 29 huelguistas, declaró el representante de CETIM. La última víctima fue una mujer, Sevgi Erdogan, de 47 años, que falleció el 14 de julio.

En total, 180 prisioneros continúan en huelga de hambre, mientras que unos 50 han sido liberados debido a su estado de salud, refirió zden, que citó informes de la Fundación Turca de Derechos Humanos (TIHV).

Ozden denunció que la represión se ensaña en Turquía contra el partido prokurdo Hadep. En mayo, 50 de sus miembros fueron detenidos en Ankara y otros 72 en Içel y Aydin.

En la provincia de Diyarbakir, la Asociación de Derechos Humanos recibió varios centenares de denuncias de torturas cometidas durante el presente año.

Diyarbakir se encuentra al sudeste de Turquía, donde el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) se levantó en armas en 1984 con el objetivo de establecer un gobierno independiente en la región.

El conflicto librado desde entonces con las fuerzas regulares turcas causó más de 35.000 muertes. Pero las actividades guerrilleras del PKK disminuyeron desde 1999, cuando su líder, Abdullah Ocalan, ordenó desde la cárcel una nueva estrategia de lucha pacífica. (FIN/IPS/pc/ff/hd/01

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