Los errores del pasado no deben opacar los problemas del presente en materia de racismo, advirtieron funcionarios y grupos de Alemania en vísperas de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Racismo, a inaugurarse en Durban, Sudáfrica, el 31 de este mes.
Organizaciones no gubernamentales (ONG) y oficiales temen que la conferencia sea acaparada por preocupaciones sobre injusticias históricas como el holocausto judío y el colonialismo, en lugar de respaldar los esfuerzos contra el racismo y la xenofobia de la actualidad.
«Los alemanes todavía pensamos que somos una población homogénea y que cualquiera que no sea blanco y rubio es ajeno a este país», señaló Cornelia Schmalz-Jacobsen, responsable de asuntos de los extranjeros durante el gobierno de Helmut Kohl (1982-1998).
Alemania, que estará representada en Durban por el ministro de Relaciones Exteriores Joschka Fischer, planteará el problema actual del antisemitismo, mientras continúan los ataques de vándalos contra tumbas de judíos y proliferan los sitios web de grupos neonazis.
«Los debates sobre cuestiones como el colonialismo y el conflicto de Medio Oriente nos impedirían concentrarnos en problemas mucho más cercanos», manifestó un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores.
La conferencia de Durban llega en un momento oportuno para el gobierno de coalición del Partido Social Demócrata y el Partido Verde, necesitado de una condena clara al racismo para respaldar sus propios esfuerzos a favor de los inmigrantes.
«Alemania precisa en este momento una señal clara en Durban de que las sociedades civilizadas condenan el racismo y la xenofobia», destacó un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores.
El canciller (jefe de gobierno) Gerhard Schroeder espera obtener apoyo de todos los partidos para el primer proyecto de ley sobre inmigración, presentado al parlamento este mes.
El gobierno se propone facilitar la inmigración para combatir la escasez de mano de obra altamente especializada, pero teme que la oposición de políticos conservadores estimule sentimientos xenófobos cuando faltan pocos meses para el comienzo de la próxima campaña electoral, el año que viene.
Este programa excepcional de Shroeder, lanzado el año pasado para admitir hasta 20.000 expertos en computación, marcó un cambio radical en el gobierno, que estableció una comisión multipartidaria encabezada por la legisladora demócrata-cristiana Rita Suessmuth para informar sobre cuestiones de inmigración.
«Hasta marzo de 2000, cuando Schroeder lanzó su iniciativa de la tarjeta verde (para atraer trabajadores de alta tecnología), los extranjeros eran considerados una amenaza nacional por todos los partidos políticos», afirmó Schmalz-Jacobsen, que integra la comisión de Suessmuth.
«Creo que la principal tarea del gobierno será convencer a los alemanes de que el barco no está lleno, que no hemos alcanzado el límite», agregó.
Sin embargo, esta podría ser una tarea difícil, en particular en el este, donde el desempleo es alto y el extremismo de derecha una forma de vida en muchas comunidades.
Los delitos perpetrados por extremistas de derecha aumentaron en el primer semestre de 2001 frente a igual período del año pasado, informó el Ministerio del Interior.
En los primeros seis meses de este año se registraron más de 5.000 delitos de propaganda, como la exhibición de la esvástica nazi, además de 2.200 crímenes odiosos, principalmente contra extranjeros.
No obstante, los alcaldes de las ciudades orientales continúan describiendo los ataques contra extranjeros como «peleas entre jóvenes».
El número de militantes de extrema derecha, cuyo credo es el odio a los extranjeros, aumentó de 9.700 el año pasado a más de 10.000 en la actualidad pese a una iniciativa gubernamental para reincorporar a los neonazis al resto de la sociedad, informó la Oficina para la Protección de la Constitución, un servicio interno de inteligencia.
La organización neonazi Sangre y Honor continúa con sus actividades pese a haber sido prohibida el año pasado, sostuvo la Oficina. En los últimos 12 meses, el número de páginas neonazis en Internet se duplicó con creces y superó las 1.000.
Militantes neonazis y el Partido Nacional de Alemania, de extrema derecha, planean realizar una manifestación en Leipzig durante la conferencia de Durban contra «el multiculturalismo de la Unión Europea», tomando frases de los militantes de izquierda que han realizado violentas campañas contra la globalización.
Mientras, las iniciativas gubernamentales para combatir el racismo desde la enseñanza escolar parecen haber perdido fuerza, y funcionarios locales consideran aceptable burlarse de los extranjeros o tratarlos con sequedad.
Una encuesta realizada en el estado de Renania del Norte- Westfalia reveló que 68 por ciento de los extranjeros se sienten discriminados por los funcionarios.
«Nuestros propios funcionarios públicos deben ser educados» contra el racismo», opinó Schmalz-Jacobsen.
En 1999, el parlamento rechazó un proyecto de ley que penalizaba la discriminación contra los extranjeros. La iniciativa no pudo prosperar aún pese a una exigencia de la Unión Europea de que sus estados miembros aprueben leyes de ese tipo antes de 2003. (FIN/IPS/tra-en/ys/js/mlm/hd/01) —— (*) Esta información es parte de una serie de IPS ante la Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia que se realizará del 31 de agosto al 7 de septiembre en Durban, Sudáfrica. —-