/BOLETIN-AMBIENTE/ INDONESIA: Una vida mejor para los orangutanes

El amenazado orangután, el único gran primate de Asia, se beneficiará de la prohibición internacional del comercio de una rara variedad de madera originaria de Indonesia, destacaron organizaciones ambientalistas.

La secretaría de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES) estableció el lunes 6 la prohibición internacional del comercio de troncos o madera industrializada de ramín, un árbol tropical de madera dura común en las zonas habitadas por orangutanes.

El gobierno de Indonesia, preocupado por la creciente tala ilegal del valioso árbol, había prohibido la exportación de su madera en abril.

Los principales importadores eran Estados Unidos, Europa, Japón y China.

La madera de ramín figura ahora en el Apéndice III de la CITES con cuota cero, es decir que todos los países importadores deben confiscar los embarques si no están acompañados de un permiso de exportación de CITES emitido por autoridades indonesias.

El ramín, usado para muebles, pisos, paneles de madera, juguetes y otros productos, se encuentra en Malasia -donde se le conoce como «haya de Malasia»- y en varios parques nacionales de Indonesia, donde habitan orangutanes.

El orangután, encontrado principalmente en las islas indonesias de Sumatra y Borneo, depende de los árboles de ramín para su alimentación y reproducción. También los usan para moverse por la selva a través de sus ramas.

Estados Unidos es uno de los mayores importadores del mundo de troncos y madera procesada de ramín. El año pasado, pagó más de 12 millones de dólares a Indonesia por esa madera, informó la Agencia de Investigación Ambiental (EIA), una organización ecologista con sede en Londres y Washington.

«La prohibición del ramín indonesio ofrece a los consumidores estadounidenses una posibilidad real de ayudar a salvar a los orangutanes de la muerte y la extinción», resaltó Allan Thornton, presidente del grupo.

Los ambientalistas ejercieron fuerte presión para obtener la prohibición internacional debido a su preocupación por la supervivencia de los orangutanes.

El número de orangutanes silvestres cayó 50 por ciento en los últimos 20 años, y el Fondo Mundial para la Naturaleza estima que su población disminuyó más de 90 por ciento en el último siglo.

La reducción de la población de esos grandes primates se debe a la destrucción de hasta 80 por ciento de su hábitat en Indonesia por la tala y los incendios forestales, según los investigadores.

Hoy en día, quedan menos de 25.000 orangutanes silvestres, y 80 por ciento de ellos viven en Indonesia, estiman los especialistas.

En agosto de 1999, luego de cinco meses de investigaciones encubiertas en el terreno, EIA y Telepak, un grupo ambientalista indonesio con sede en Bogor, publicaron un informe titulado «El corte final».

Según el informe, funcionarios corruptos permitían la tala ilegal en dos de los parques nacionales más importantes de Indonesia, Tanjung Puting y Gunung Leuser.

Ambos parques constituyen refugios para los orangutanes y otras especies amenazadas, como el rinoceronte de Sumatra, el elefante asiático, el leopardo y el tigre de Sumatra.

En el parque Tanjung, en la isla de Borneo, donde viven unos 500 orangutanes, «la tala ilegal devastó gran parte del hábitat de esos primates», señala EIA en el informe.

Ambos grupos presionaron al gobierno indonesio para que cerrara los aserraderos ilegales del área y procesara a sus responsables.

Para diciembre de 2000, los aserraderos del parque Gunung Leuser habían sido clausurados y la tala ilegal reducida en gran parte en el parque Tanjung Puting.

Aunque los ambientalistas elogiaron la prohibición internacional del comercio de ramín, permanecen preocupados porque una exoneración otorgada a una empresa forestal indonesia dificulte la vigilancia de la tala ilegal del árbol.

En abril, la firma PT Diamond Raya recibió un permiso del Consejo de Administración Forestal, con sede en México, para explotar 90.000 hectáreas de bosques forestales en la isla de Sumatra.

El Consejo certifica que la madera procede de bosques administrados de acuerdo con los principios y criterios aprobados por las principales organizaciones ambientalistas internacionales, incluido el Fondo Mundial para la Naturaleza.

Antes de la prohibición internacional del ramín, activistas estadounidenses exhortaban a las grandes tiendas minoristas a dejar de importar esa madera dura.

Luego de dos años de una campaña encabezada por la Red de Acción para los Bosques Tropicales, de California, Home Depot y Lowe's, las principales tiendas de bricolage de Estados Unidos, anunciaron que eliminarían de sus establecimientos los productos de madera procedentes de bosques amenazados en los próximos años.

Mientras Home Depot todavía está aplicando su plan de reducción gradual, Lowe's ya dejó de comprar ramín, informó Michael Brune, director de campaña por los bosques antiguos de la Red de Acción. (FIN/IPS/tra-en/dk/aa/mlm/en/01

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