Países y compañías aumentan la inversión en tecnologías para extraer energía del hidrógeno, ya que creen que la economía del futuro funcionará gracias a este elemento no contaminante.
El hidrógeno es el elemento más liviano y abundante del universo, por lo cual es visto como el remedio para los problemas causados por el petróleo, el carbón y el gas, como la contaminación y el recalentamiento planetario, según el Worldwatch Institute.
«La pregunta crítica ya no es si avanzamos hacia el uso del hidrógeno, sino cómo debemos llegar a él y cuánto tiempo nos llevará», dijo Seth Dunn, investigador del instituto con sede en Washington y autor del estudio «Futuros del hidrógeno».
La tecnología de la celda de combustible, que utiliza el hidrógeno para producir electricidad y agua, ha avanzado rápidamente, y ya tiene uso en la industria automovilística.
La compañía japonesa Toyota anunció que a partir de 2003 comenzará a vender en el mercado de Japón un automóvil dotado de la celda de combustible.
Mientras, DaimlerChrysler se comprometió a invertir 1.000 millones de dólares en la próxima década para desarrollar las celdas de combustible. La compañía trabaja con Ford y otras firmas para construir autobuses con esa tecnología que recorrerán las calles europeas el próximo año.
General Motors aspira a ser la primera compañía en vender un millón de automóviles con celdas de combustible y planea comenzar la producción en masa para el 2010. En junio anunció que ha invertido en dos compañías especializadas en el almacenamiento y el transporte de hidrógeno.
Las compañías petroleras también creen que el hidrógeno es una alternativa seria, según Worldwatch.
Royal Dutch Shell y British Petroleum-Amoco tienen departamentos dedicados al desarrollo del combustible de hidrógeno, mientras ExxonMobil se asoció a General Motors y Toyota para desarrollar las celdas.
Texaco también realiza fuertes inversiones en la tecnología de almacenamiento de hidrógeno. La firma petrolera tiene en su poder aproximadamente 70 por ciento de las plantas de producción de todo el mundo.
Texaco está firmemente instalada en el negocio del hidrógeno, señaló Jefferson Seabright, vicepresidente de planificación de políticas de la empresa. «Aquellas compañías que no apuesten al hidrógeno se arrepentirán», dijo.
La mayor parte del hidrógeno actual es producido en refinerías de petróleo o por la industria química, que en gran medida utiliza el vapor para extraerlo del gas natural. El carbón también puede emplearse para producir hidrógeno, mediante el proceso de gasificación.
A largo plazo, según el estudio de Worldwatch, los científicos adquirirán la tecnología para producir hidrógeno de fuentes de energía renovables mediante el proceso de electrólisis, utilizando la electricidad del sol, el viento y otros medios para dividir el agua en hidrógeno y oxígeno.
Los ecologistas concuerdan con Seabright y argumentan que hallar una fuente renovable de hidrógeno es clave para un futuro energético sustentable.
«Una emisión nula o casi nula de gases de invernadero sólo se puede alcanzar mediante el hidrógeno producido por la energía renovable, como el agua o la biomasa», dijo Giulio Volpi, del Fondo Mundial para la Naturaleza, citado en el estudio.
El hidrógeno es más eficiente y menos contaminante que el petróleo, el gas natural y el carbón, aún si procede de esos combustibles fósiles, dijo Dunn.
Varios países llevan la delantera en la tecnología del hidrógeno, según el estudio.
Islandia pretende ser la primera economía que funcione a base de hidrógeno. El gobierno islandés se asoció a DaimlerChrysler, Shell y Norsk Hydro para sustituir el combustible derivado del petróleo en todos los autobuses, automóviles y barcos de pesca en los próximos 30 ó 40 años.
Japón prevé invertir 4.000 millones de dólares para 2020, comenzando con un presupuesto de 88 millones de dólares en los próximos cinco años.
Alemania también es un líder mundial en la construcción de prototipos de vehículos con celdas de combustible y estaciones de abastecimiento de hidrógeno.
Por otra parte, Estados Unidos se está rezagando en la investigación de lo que algunos científicos llaman el «petróleo del mañana», indica el informe.
«Los países que se muevan primero para domar al hidrógeno podrían minar la competitividad de Estados Unidos», advirtió Dunn. La acción del gobierno estadounidense en esta área es mediocre con respecto a la de Alemania, Islandia o Japón.
El informe del presidente George W. Bush dedicado a la energía, difundido en mayo, considera al hidrógeno un «combustible importante para el futuro lejano».
El presupuesto del gobierno dedicado a la investigación del hidrógeno es la quinta parte de la cifra propuesta para las tecnologías de carbón, y la décima parte de la destinada a la energía nuclear, precisó Worldwatch.
Aunque legisladores y sectores industriales creen que el interés por el hidrógeno habrá de aumentar en Estados Unidos, Robert Walker, presidente del grupo Wexler, una organización de cabildeo de la industria, reconoce que «Wall Street y los inversores aún no alcanzaron al resto del mundo» en ese sentido. (FIN/IPS/tra-en/dk/aa/aq/en/01