La revista cultural electrónica La Jiribilla, de Cuba, respondió con una muestra de humor local el ataque cibernético que, menos de tres meses después de su aparición, dejó en blanco su sitio en Internet.
«Al que no quiere caldo, le dan cuatro direcciones de Internet», anuncia el editorial del último número de La Jiribilla, nombre que se da en la isla a las personas inquietas y traviesas.
Desde este mes, la revista digital se encuentra en su dirección original (http://www.lajiribilla.cubaweb.cu), pero además agregó otras direcciones «por si acaso»: http://www.lajiribilla.cu, http://www.lajiribilla.com, http://www.lajiribilla.net.
La Jiribilla «vuelve hiperquinética como siempre», añade la nota, según la cual los autores del ataque no pudieron soportar el auge de la publicación. «La picazón era mucha», afirma.
«Parece que 48.000 accesos en un día son muchos para un solo corazón», añade el editorial, en alusión a la cantidad de usuarios de la red informática mundial Internet que acuden al sitio, reseñado en junio por la publicación estadounidense Wired (http://www.wired.com/news/culture/0,1284,45485,00.html).
Cerca de 75 por ciento de las visitas a La Jiribilla corresponden a latinoamericanos residentes en Estados Unidos, gran parte de los cuales son cubanos que no mantienen una posición hostil hacia la isla, según fuentes de la publicación.
«Las páginas se pusieron en blanco y no pudimos entrar más. El resultado fue que bajaron los accesos (visitas) en un momento de verdadero apogeo de la publicación», dijo a IPS uno de los realizadores de la revista.
Los piratas cibernéticos que atacaron la página de La Jiribilla pertenecen, según fuentes de la publicación, a sectores de exiliados cubanos radicales en su oposición al gobierno de Fidel Castro, fundamentalmente residentes en la ciudad estadounidense de Miami.
El ataque estuvo dirigido contra Cubaweb, portal que reúne las páginas en Internet de los principales medios de prensa cubanos como el diario Granma, portavoz oficial del gobernante Partido Comunista, y Juventud Rebelde, semanario de la Unión de Jóvenes Comunistas.
Pero en el caso de La Jiribilla, que cuenta con el auspicio de Juventud Rebelde, llamó especialmente la atención por el papel central del diálogo con la emigración cubana en su línea editorial.
Entre otras cosas, la publicación aspira a «estudiar y difundir la obra y los aportes de los creadores cubanos, dondequiera que vivan e independientemente de sus ideas políticas», afirmó Rosa Miriam Elizalde, una de las editoras de la revista.
Entre los números más consultados se encuentran el dedicado al historiador Manuel Moreno Fraginals, fallecido el 9 de mayo en Estados Unidos, donde había pedido asilo político en 1994 tras obtener una beca.
La Jiribilla dedicó amplios espacios a la emigración, la religiosidad de la población cubana, la música, la literatura, las artes plásticas y la política cultural que superó varias décadas de negar la obra de los cubanos del exilio.
«No renunciamos a la discusión política directa que tiene lugar en el ámbito de la literatura y la cultura general y que, en lo que a Cuba se refiere, suele estar viciada por los prejuicios y los estereotipos», dijo Elizalde.
La Jiribilla intenta desmentir las campañas contra el gobierno cubano surgidas en el terreno cultural, pero «no desde el odio, que define los ataques que nos hacen, sino desde el más limpio apego a la verdad y desde el humor», dijo la periodista.
La publicación es percibida como la respuesta de intelectuales cubanos residentes en este país a la aparición el año pasado de Encuentro en la Red (http://www.cubaencuentro.com), versión digital diaria de la revista trimestral Encuentro de la Cultura Cubana.
Esta revista es publicada en Madrid desde 1996, bajo la dirección del novelista cubano Jesús Díaz, autor de «Las iniciales de la Tierra» y «Las palabras perdidas».
Díaz ha sido uno de los centros de atención de La Jiribilla, que lo ha mostrado a través de sus declaraciones y de fragmentos de algunas de sus obras como un exponente del realismo socialista devenido en anticastrista. Su personalidad fue objeto de un concurso lanzado por La Jiribilla.
«¿Quién es realmente? ¿El censor moralista y homófobo o el intelectual de mente amplia? ¿El teórico primitivo o el «creador»? ¿El occidentalista o el sovietizante? ¿El francotirador o el bufón ministerial? ¿El comunista de línea dura o el socialdemócrata de línea a-ver-quién-me-financia?», pregunta la revista en su concurso.
En el sitio se pueden encontrar también piezas musicales, fotos y fragmentos de películas seleccionadas por los periodistas e intelectuales que desde mayo asumieron la edición de La Jiribilla, «sin recibir un centavo a cambio», según Elizalde. (FIN/IPS/da/mj/cr/01