(Arte y Cultura) CINE-JAMAICA: La deuda externa agota localidades

El público de Kingston agotó durante dos semanas las localidades para ver la película documental «Life and Debt» (Vida y deuda), que expone los efectos de la globalización económica en los agricultores y trabajadores de Jamaica.

«Life and Debt», producida y escrita por la estadounidense Stephanie Black, fue puesta en cartel por una semana el 8 de este mes, pero despertó tanto interés que los propietarios de las salas decidieron mantener las funciones una semana más.

«La respuesta fue excelente. Las entradas se agotaron casi todas las noches», dijo una fuente de Sovereign Cineplex, una de las principales salas de Kingston, donde se exhibió la película.

Antes del preestreno, el 29 de julio, Black había manifestado su esperanza en que los agricultores y trabajadores industriales se interesaran por el filme, pero eso no ocurrió.

El público asistente fue «segmentado, mucha clase media y alta», informó la administración de la sala.

Merlene, empleada administrativa de 36 años, vio la película con su hijo adolescente, y se molestó con la actitud de la audiencia. «Durante la proyección (el público) se reía de lo que decían las personas en la película. No me pareció que fuera divertido», sostuvo.

Lilian, una contadora de 33 años que trabaja en el Ministerio de Agricultura, señaló que la película no la conmovió. «Fue un buen intento, pero no el adecuado», sostuvo.

Para otros espectadores, el largometraje de 90 minutos resultó un impacto. Algunos incluso consideran que el argumento podría influir en la población, impulsándola, por ejemplo, a adquirir más productos nacionales o a ver con simpatía los reclamos de los trabajadores industriales.

Según Black, «Life and Debt» exhibe las consecuencias que sufren países pobres como Jamaica por las obligaciones impuestas por instituciones financieras internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.

La batalla de los agricultores jamaiquinos para competir contra productos más baratos procedentes de Estados Unidos, como la leche en polvo o las zanahorias, es uno de los asuntos centrales del filme.

Otro relata la situación de las empleadas de industrias textiles en las zonas francas de Kingston, que reciben magros salarios de compañías estadounidenses de la vestimenta, entre ellas la firma de ropa interior Hanes y la de alta costura Tommy Hilfiger.

Las historias personales, alternadas con segmentos de narración de la obra «A Small Place», de la novelista nacida en Antigua Jamaica Kincaid, son los momentos más significativos del filme.

La película incluye los testimonios del ex primer ministro jamaiquino Michael Manley, muerto en 1997, y del subdirector administrativo del FMI, Stanley Fischer.

Manley suspendió en 1980 las negociaciones con el FMI, debido a las restricciones que éste imponía. Pero, otra vez en el gobierno en 1989, prometió respetar los acuerdos con el Fondo, que incluían la privatización de las empresas públicas y de la producción azucarera.

En el filme, Manley explica sus puntos de vista sobre esas negociaciones, mientras Fischer subraya que las políticas de la agencia se vinculan a la necesidad de recuperar los préstamos otorgados.

Black decidió realizar la película en 1991, mientras pasaba unas vacaciones en Jamaica. Notó por entonces que los diarios informaban todos los días sobre las negociaciones con el FMI.

«Nunca había visto ese tipo de noticias en Nueva York. Siempre creí que el Fondo Monetario era algo parecido a la Cruz Roja», explicó.

Black demoró siete años en conseguir los cinco millones de dólares que costó la película. Buena parte de la financiación fue aportada por la Fundación Rockefeller, el Consejo del Estado de Nueva York para las Artes y el Servicio de Televisión y Video Independiente, de Estados Unidos.

Desde su estreno en Estados Unidos, en junio, «Life and Debt» se ha exhibido en el Festival Cinematográfico de Human Rights Watch y en el Festival Cinematográfico de Los Angeles, donde recibió el Premio Especial de la Crítica.

La obra es el segundo largometraje de Black, nacida en Nueva York y graduada en la Escuela de Cine de la Universidad de Nueva York. El primero, de 1990, exponía las terribles condiciones de vida de los trabajadores jamaiquinos en la recolección de caña de azúcar en Florida, Estados Unidos.

El título de esa primera película, «H-2 Worker» (trabajador H- 2), es el nombre del programa del Departamento del Trabajo de Estados Unidos que permite el ingreso temporario de trabajadores extranjeros para labores zafrales en la agricultura y otros sectores productivos.

Black trabaja en cine documental y de ficción desde fines de los años 80. Sus primeras incursiones fueron en varias series de la aclamada creación televisiva infantil Plaza Sésamo.

A comienzos de los años 90 dirigió videoclips de músicos de reggae como Ziggy Marley y los Melody Makers, y en los últimos años trabajó con el ascendente deejay Anthony B. (FIN/IPS/tra-en/hc/aa/dc/aq/cr/01

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