Los brasileños, decepcionados por el fútbol de su actual selección nacional, tendrán pronto una compensación al recordar las glorias del pasado por medio de tres películas en producción.
«Pelé, atleta del siglo», «Garrincha» y «Fio de Esperança» («Hilo de esperanza») son los documentales que prometen rescatar el orgullo de un país que sufre la amenaza de quedar fuera por primera vez de una Copa Mundial, la que se celebrará el próximo año en Japón y Corea del Sur.
Pelé y Garrincha son reconocidos por los brasileños como los mejores futbolistas que tuvo el país. Juntos le dieron a Brasil la copa mundial de 1958, Garrincha fue también protagonista del triunfo de 1962, y Pelé, de la conquista de 1970.
El tercer futbolista que será objeto de una biografía cinematográfica es Telé Santana, un buen jugador en las décadas de 1950 y 1960 que se destacó como director técnico del equipo brasileño que encantó a los aficionados en la Copa Mundial de 1982, en España, aunque no fue el campeón.
Garrincha, apodo de Manoel dos Santos, es menos conocido internacionalmente que Pelé, cuyo nombre es Edson Arantes do Nascimento. Pero practicaba, según sus fanáticos, un fútbol más espectacular, de fintas que provocaban incluso las carcajadas de los hinchas en el estadio.
Por eso fue homenajeado ya en 1963 con un primer documental de mediometraje, titulado «Garrincha, alegría del pueblo», una película importante en el movimiento del «nuevo cine» brasileño, dirigida por el hoy fallecido Joaquim Pedro de Andrade, un poeta de las imágenes.
La nueva película, dirigida por Paulo Cesar Saraceni, cineasta destacado en los años 60 con filmes de carácter político, es producida por encargo de la cadena televisiva italiana RAI, que prevé exhibirla en septiembre.
La vida del jugador, ya contada en el libro «Estrella solitaria», del periodista Ruy Castro, serviría tanto para crear una comedia como un drama. Por sus piernas arqueadas, hubo médicos que sentenciaron su incapacidad física para los deportes.
Hombre simple, nacido en un pequeño poblado cercano a Río de Janeiro, de él se recuerda su costumbre de ponerle apodos a sus compañeros de equipo y de infringir la disciplina y las instrucciones de sus directores técnicos.
Pero su vida tuvo mucho de tragedia. Muy golpeado por los defensores adversarios, sufrió pronto problemas en la rodilla. Rompió el matrimonio con una mujer de su poblado, con la que tuvo siete hijas, para convivir con la famosa cantante Elza Soares.
Fue derrotado por el alcoholismo y murió en 1983. La brillante carrera futbolística no le permitió volverse rico, porque en aquella época los futbolistas ganaban poco. Además, se dice, él solía ser engañado por los dirigentes de los equipos, incluso firmando contratos en blanco.
Su vida dramática posiblemente sería mejor retratada con los recursos de la ficción. El documental, basado en muchas entrevistas con viejos amigos, dificilmente reflejará la densidad de sus contradicciones.
Garrincha fue un artista de la pelota, un hombre ingenuo que viajó por muchos países y se destacó también como una «máquina de hacer sexo», como lo bautizó Ruy Castro al recordar las numerosas relaciones que se le atribuyen y en que engendró muchos hijos, incluso uno en Suecia.
Pelé, considerado el mayor futbolista de la historia mundial, fue una máquina de hacer goles, 1.281 en 1.375 partidos como jugador profesional. Su encanto era la productividad en la cancha, además de jugadas mágicas, inesperadas.
Este año ya fue objeto de una biografía fílmica, «Una historia de fútbol», que fue candidata a un Oscar de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood. Pero se trata de un cortometraje.
El director Anibal Massaini Neto procura ahora contar su vida con largo aliento. Para eso entrevistó a más de 100 personas, entre deportistas, periodistas, entrenadores y personalidades del fútbol, para contar desde su infancia hasta su vida actual de empresario exitoso que llegó incluso a ministro de Deportes.
Además de apelar a los archivos más variados, en las emisoras de televisión y entre las cintas de particulares que tienen imágenes del «Rey» en países diversos, el director reconstituirá, a través de la animación, un gol que Pelé considera uno de los más bellos de su carrera, hecho en 1959, que no fue filmado.
Telé Santana, el director técnico más querido entre los hinchas brasileños por su promoción del llamado «fútbol-arte» considerado típico de Brasil, es el personaje de «Hilo de esperanza», apodo que ganó cuando jugaba en el club Fluminense de Río de Janeiro, en 1954.
Los equipos que dirigió, además del seleccionado brasileño en las Copas Mundiales de 1982 y 1986, siempre se destacaron por exhibir un fútbol bien jugado, plástico, sin violencia, un espectáculo agradable.
Un ejemplo fue el equipo del club Sao Paulo que ganó dos veces, en 1992 y 1993, la Copa Toyota disputada en Japón entre los campeones de Europa y de América Latina.
André Ribeiro, su biógrafo, descubrió que Santana tiene su talento reconocido en muchas partes del mundo. En Japón, por ejemplo, una biografía del director técnico escrita por un desconocido vendió más de 20.000 ejemplares.
El director de la película, Ricardo Picchi, basó su documental en más de 60 entrevistas y testimonios del propio Santana, jubilado desde 1996, cuando sufrió una isquemia cerebral.
Con esas tres películas, los brasileños podrán revivir el pasado brillante del fútbol nacional, hoy manchado tanto por el pésimo desempeño de la selección como por los escándalos de corrupción, fraudes y desorganización del deporte en el país.
El cine podrá recuperar la autoestima de los hinchas o tener un efecto más negativo aun en su ánimo, al establecer una comparación entre el fútbol actual y el de décadas pasadas. (FIN/IPS/mo/mj/cr/01