La XV Cumbre del Grupo de Río, inaugurada hoy en esta capital por el presidente de Chile, Ricardo Lagos, tiene como protagonista polémico el gasto militar, en una lógica derivación de las inquietudes de América Latina ante las crisis financieras y la persistencia de la pobreza.
En el discurso inaugural de la cita que reúne a 15 presidentes, tres vicepresidentes y un canciller, Lagos dijo que el resguardo de la seguridad en la región debería basarse en estabilizar los actuales presupuestos de defensa.
El presidente del Perú, Alejandro Toledo, dijo el jueves que propondría a sus pares latinoamericanos una inmediata congelación de la compra de armas ofensivas y un acuerdo para rebajar en forma progresiva los gastos militares, destinando los recursos ahorrados a la lucha contra la pobreza.
Dos de los principales partidos de la gobernante Concertación por la Democracia, de Chile hicieron llegar este viernes a la cumbre iniciativas coincidentes con la del mandatario peruano.
«Todos concordamos en que los gastos militares son necesarios para asegurar su aporte al bien público que llamamos seguridad», dijo Lagos en el discurso con que inauguró la cumbre en el Centro Cultural de la Estación Mapocho, en Santiago.
«No menos seguridad, no menos gasto, pero tampoco más gasto, porque si todos gastamos más al final nuestra seguridad es la misma que al principio. Todos habremos perdido, estaremos gastando más, pero los niveles de seguridad serán exactamente iguales», añadió el presidente chileno.
En el trasfondo del virtual debate sobre el gasto militar están gravitando las anunciadas compras de modernos cazabombarderos estadounidenses F-16 por parte de la Fuerza Aérea de Chile, así como de avanzados submarinos convencionales de la Armada de este país en Alemania.
La modernización de la aviación bélica chilena ha sido postergada desde 1997, a raíz de la crisis financiera internacional, pero en círculos de defensa se argumenta que estas adquisiciones son indispensables luego de que Perú adquiriera avanzados cazas rusos Mig-29.
Los nuevos vientos de desajuste en la economía internacional, que soplan desde la vecina Argentina, han llevado a que importantes sectores políticos en Chile postulen una nueva prórroga o la simple cancelación de la compra de los F-16 y los submarinos.
La vicepresidenta del Partido Socialista de Chile, la diputada Isabel Allende, entregó al coordinador general de la cumbre, Mario Artaza, una carta a los presidentes latinoamericanos de apoyo a la propuesta de Toledo.
En la misiva se plantea mantener una moratoria en la compra de armas de tecnología avanzada por los próximos 10 años con el objetivo de centrar los esfuerzos y recursos latinoamericanos en la lucha por la paz y el desarrollo.
Allende se entrevistó con Artaza, acompañada por el diputado Andrés Palma, de la Democracia Cristiana, partido que también integra la coalición de gobierno, aunque el parlamentario aclaró que no actuaba en nombre de su colectividad.
El Partido Por la Democracia, también de la coalición gobernante, manifestó ante el coordinador de la cumbre su apoyo a la iniciativa de Toledo.
«La mejor defensa es la lucha contra la pobreza y la mejora en la educación», sostuvo el diputado Guido Girardi, presidente de esa colectividad.
El médico Enrique Accorsi, candidato a diputado del Partido Por la Democracia en las elecciones de diciembre próximo, recalcó que con el gasto en un cazabombardero se puede construir y equipar un hospital de última generación.
Se espera que la Declaración de Santiago, que los mandatarios firmarán este sábado al término de la cumbre, contendrá planteamientos sobre los gastos bélicos, en el contexto de los desafíos para América Latina de racionalizar sus recursos en esta hora de inestabilidad económica mundial.
«Estamos en un momento delicado, que nos llama a comprometernos en la acción», dijo Lagos. «Hay que atender al timón del barco, pues estamos todos en aguas agitadas», agregó el presidente chileno.
El Grupo de Río, como instancia de coordinación política de América Latina, debe conseguir que la región trabaje unida en las grandes decisiones económicas internacionales, planteó Lagos.
En esa perspectiva, el mandatario llamó a sus pares latinoamericanos a preparar coordinadamente las posiciones en las próximas negociaciones de la Organización Mundial de Comercio, poniendo en la agenda los productos agrícolas, los servicios y las llamadas leyes contra la competencia desleal de precios («antidumping»).
El Grupo de Río debe ser también capaz de potenciar su capacidad de coordinación para insertarse unido en la globalización, desde la futura Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), dijo el gobernante chileno.
Lagos destacó, además, la sociedad de la información, colocado en el centro de la agenda oficial de esta cumbre.
«Sabemos que la aplicación de la tecnología tendrá un efecto decisivo en el desarrollo de la democracia, la economía y el progreso social», dijo.
El presidente chileno llamó también al Grupo de Río a aumentar su aporte a la agenda de la globalización, apoyando el acceso de los países más pobres a la llamada sociedad de la información.
Este viernes se realizaron las tres sesiones de trabajo de los presidentes, a puertas cerradas, en las cuales abordaron los temas fuera de la agenda oficial, descontándose que la crisis de Argentina concentraría el grueso de las intervenciones.
Al final de la tarde, los gobernantes se distribuyeron en cinco videoconferencias que, mediante enlaces satelitales, les permitieron dialogar con representantes de la comunidad en 20 localidades de todo Chile.
Según los organizadores de la cumbre, estas videoconferencias le dieron a la cita en Santiago un carácter distinto a los que han sido hasta ahora las reuniones de gobernantes, que transcurren en recintos cerrados, sin contacto con la ciudadanía.
Los gérmenes del Grupo de Río se remontan a comienzos de la década del 80, cuando se formó el Grupo de Contadora, cuya misión fue pacificar América Central en el escenario de la guerra fría.
Entre los mandatarios presentes en Santiago, además de Lagos y Toledo, figuran Fernando de la Rúa, de Argentina, Jorge Quiroga, de Bolivia, Fernando Henrique Cardoso, de Brasil, Andrés Pastrana, de Colombia, Miguel Angel Rodríguez, de Costa Rica, Francisco Flores, de El Salvador, y Bharat Jagdeo, de Guyana.
La lista se completa con los presidentes Vicente Fox, de México, Arnoldo Alemán, de Nicaragua, Luis González Macchi, de Paraguay, Hipólito Mejía, de República Dominicana, Jorge Batlle, de Uruguay, y Hugo Chávez, de Venezuela.
Los vicepresidentes a la cabeza de delegaciones son Pedro Pinto, de Ecuador, Juan Francisco Reyes, de Guatemala, y Dominador Bazán, de Panamá. El representante de Honduras es el canciller Roberto Flores. (FIN/IPS/ggr/mj/ip/01
