Argentina y Chile firmaron hoy en Buenos Aires un acuerdo para crear un sistema común de medición del gasto militar con la asesoría de Cepal, mientras aumenta en América Latina la inquietud sobre un rebrote de la carrera armamentista.
A la par de la firma del acuerdo, la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) anunció que ofrecerá a todos los países de la región la metodología de homologación del gasto en Defensa, mediante un seminario internacional que se realizará antes de fin de año.
El documento fue suscrito en Buenos Aires por los ministros de Relaciones Exteriores y de Defensa de los dos países, 10 días después de finalizada en Santiago la XV Cumbre del Grupo de Río, que tuvo en el armamentismo a uno de sus temas más polémicos.
Luego de la cumbre, Perú ha seguido objetando la decisión de Chile de incorporar modernos aviones estadounidenses F-16 para renovar su fuerza aérea, aduciendo que ello lo obligaría a comprar nuevos cazas Mig-29, de fabricación rusa.
Los atisbos de repunte de la carrera armamentista tienen lugar igualmente en América Central, donde las relaciones entre Honduras y Nicaragua atraviesan por una fase de hostilidad, debido a litigios fronterizos.
El Grupo de Río, que reúne a 19 países latinoamericanos, no acogió en su cumbre la propuesta del presidente de Perú, Alejandro Toledo, de congelar por 10 años las adquisiciones de armamentos ofensivos en la región.
La Declaración de Santiago, suscrita al término de la cita de gobernantes, recogió en cambio la idea de controlar el gasto en Defensa y de propender a su reducción luego de homologar los criterios sobre desembolsos militares en los distintos países.
Argentina y Chile son los primeros países de la región que suscriben un acuerdo de homologación, gracias a gestiones iniciadas en 1998 ante la Cepal, agencia regional de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con sede en Santiago de Chile.
«Lo que aquí se hace es buscar indicadores precisos que permitan hacer efectivamente una evaluación en los gastos en Defensa», dijo Soledad Alvear, canciller chilena.
Alvear y el ministro chileno de Defensa, Mario Fernández, fueron recibidos en audiencia especial por el presidente argentino Fernando de la Rúa tras la firma del acuerdo, que «marca un hito en las relaciones bilaterales», según la canciller.
En representación de Argentina firmaron el documento los ministros Adalberto Rodríguez, de Relaciones Exteriores, y José Horacio Jaunarena, de Defensa.
El sistema diseñado por Cepal, que contempla tres grandes niveles de medición y comparación de los presupuestos militares, determinó que el gasto en Defensa de Argentina en términos absolutos supera en 1.200 millones de dólares al de Chile, que a su vez asciende a 1.921 millones de dólares.
Sin embargo, Chile tiene uno de los mayores presupuestos militares de América Latina en la relación del gasto con los 15 millones de habitantes y como porcentaje del producto interno bruto (PIB).
Si se considera el número de efectivos uniformados respecto del tamaño del territorio, Chile es también uno de los países que tiene más militares.
El presidente chileno Ricardo Lagos señaló en la Cumbre del Grupo de Río que una homologación de los gastos debe discriminar entre el «stock», o sea la disponibilidad actual de armamentos, y el «flujo», es decir las adquisiciones.
Respecto del gasto en personal, hay que tener en cuenta los porcentajes correspondientes a militares en retiro, por una parte, y en servicio activo, por otra, añadió Lagos.
El sociólogo y analista internacional Raúl Sohr comentó que las Fuerzas Armadas chilenas son «mucha grasa y poco músculo», por un sobredimensionamiento de personal en relación a los grados de eficiencia y profesionalización, lo cual determina que gran parte del gasto se consuma en fines administrativos.
Un estudio del analista chileno Eduardo Ahumada, con base en cifras de 1997, establece que el gasto militar por persona llega en Chile a 196 dólares, mientras que en Argentina, con 36,6 millones de habitantes, es de 103 dólares.
En Brasil equivale a 84 dólares, en Ecuador a 62, en Perú a 53 y en Bolivia a 19 dólares por habitante.
Los expertos Marcelo Ortúzar y Eugenio Lahera, de Cepal, calcularon, con base en cifras de 1998, que el gasto militar en Chile equivale a 3,1 por ciento del PIB.
La relación gasto militar-PIB es de 2,6 por ciento en Colombia, 1,9 por ciento en Bolivia y Ecuador, de 1,3 por ciento en Brasil y de 1,2 por ciento en Argentina.
Los gobiernos de la región gastan un promedio de un dólar en Defensa por cada 1,1 dólares de gasto directo en Educación y 0,9 dólares en Salud, según la investigación de Lahera y Ortúzar.
El proceso de desarme mundial que siguió al fin de la guerra fría tuvo pocas repercusiones en América Latina, donde el gasto militar en relación al PIB aumentó entre 1990 y 1997.
Según Lahera y Ortúzar, los países latinoamericanos y caribeños gastan al año 26.500 millones de dólares en sus presupuestos militares, lo cual representa 1,3 por ciento del PIB regional y 9,5 por ciento de los desembolsos de los gobiernos centrales.
Los expertos de Cepal fueron los primeros en plantear una discusión pública respecto de los gastos militares y en proponer la búsqueda de sistemas de homologación.
Gabriel Gaspar, viceministro de Guerra (Ejército) de Chile, dijo este martes que «lo importante en el desarrollo del sector de la Defensa es que el asunto del gasto no esté basado en la desconfianza».
«Lo que cada país dice que va a gastar en los temas de Defensa va a ser medible con la misma vara por cualquier otro país con mecanismos objetivos y transparentes», agregó Gaspar. (FIN/IPS/ggr/dm/ip/01