AMBIENTE-SRI LANKA: Dura presión sobre gobierno por transgénicos

La probable postergación en Sri Lanka de la prohibición de alimentos transgénicos a causa de protestas de gobiernos occidentales y del sector privado nacional preocupa a las organizaciones ambientalistas, que creían haber logrado una victoria histórica.

En principio, la prohibición iba a ser efectiva a partir del 1 de mayo, pero fue pospuesta para el 1 de septiembre, porque las empresas nacionales pidieron más tiempo para obtener la certificación exigida de «libre de transgénicos» para alimentos importados como el queso y los productos de soja.

Ahora, el gobierno teme que la prohibición afecte a la ayuda alimentaria, por ejemplo la harina de trigo procedente de Estados Unidos, y considera una nueva postergación.

«La decisión de mayo fue histórica y nosotros respaldamos plenamente al gobierno», pero una nueva postergación sería decepcionante, declaró Hemantha Withanage, científica ambiental y directora ejecutiva de Environmental Foundation Ltd. (EFL).

En una carta dirigida el miércoles 22 a la presidenta Chandrika Kumaratunga, EFL manifestó preocupación por la formación de una nueva comisión designada por el ministro de Salud, John Seneviratne, para analizar el tema de la prohibición.

«Entendemos que el propósito de esta comisión es levantar la prohibición, que fue promovida con tanta valentía por el Comité Asesor sobre Alimentos del Ministerio de Salud», señalaron los ambientalistas.

EFL exhortó a la presidenta a no levantar la prohibición, considerada una de las medidas legislativas más progresistas del mundo, y destacó que millones de agricultores, consumidores y organizaciones populares se oponen a la modificación genética de los alimentos y a su desarrollo y comercialización.

El debate sobre los alimentos manipulados genéticamente está vigente en Sri Lanka desde hace dos años, en medio de una controversia mundial sobre la seguridad de esos alimentos, caracterizados por ciertas cualidades como una mayor durabilidad o un sabor diferente.

Algunos estudios sugieren que podrían tener efecto alergénico en los consumidores y que los cultivos transgénicos podrían «contaminar» a los no transgénicos, por ejemplo.

Mientras la mayoría de los países impusieron el etiquetado de los alimentos para distinguir los transgénicos de los no transgénicos, Sri Lanka fue más allá y anunció la prohibición de todo tipo de alimento manipulado genéticamente.

A medida que se acerca la entrada en vigor de la prohibición, algunos gobiernos occidentales, principalmente Estados Unidos -un gran exportador de soja, en buena parte transgénica- presionan a Sri Lanka para que no imponga la medida, afirmaron ambientalistas.

Pero Stephen Holgate, director del Servicio de Información de Estados Unidos, negó las acusaciones y afirmó que su gobierno sólo planteó preocupaciones acerca de la implementación de la norma.

«En ningún momento nos opusimos a la prohibición. Nuestra preocupación se debe a que no hay pruebas» de que los alimentos transgénicos sean perjudiciales para la salud, declaró.

Sin embargo, Weyland Beeghly, agregado comercial de la embajada estadounidense en India, declaró a la prensa en Colombo que la prohibición es «injustificada».

Beeghly rechazó la acusación de que Estados Unidos esté probando productos de la biotecnología en poblaciones pobres de países en desarrollo. «Más de un tercio de las estanterías de los supermercados de Estados Unidos está ocupado por alimentos transgénicos», arguyó.

Thilak Ranaviraja, un alto funcionario del Ministerio de Salud, estuvo de acuerdo en que Estados Unidos no se opuso a la prohibición y señaló que todavía no se ha decidido revocar la prohibición, sino que una nueva comisión está revisando la medida antes de implementarla el 1 de septiembre.

«Hemos recibido numerosas delegaciones a favor y en contra de la medida, y por lo tanto debemos ser cuidadosos», dijo.

«Uno de los asuntos que debemos estudiar es si la prohibición afectaría la ayuda alimentaria que recibimos de países donantes y organizaciones internacionales», declaró Ranaviraja, y subrayó que Colombo no desea disputas con países «amigos» sin haber realizado una investigación adecuada antes de imponer la prohibición.

Es improbable que las conclusiones de la comisión estén listas antes de septiembre, agregó.

EFL destacó que, aunque los alimentos transgénicos aún no han sido totalmente evaluados, no se ha probado que su consumo sea seguro.

«Es deplorable que el gobierno coloque el lucro económico por encima de la salud de la población y sucumba a la presión de agentes nacionales y extranjeros que tienen intereses creados en este asunto», expresó Withanage en la carta a la presidenta.

Withanage también consideró «desconcertante» la solicitud presentada el día 17 por la Cámara de Comercio al Ministerio de Salud para que postergue la prohibición hasta 2004.

Empresarios privados arguyeron que Sri Lanka sería uno de los pocos estados del mundo en prohibir los alimentos transgénicos en lugar de exigir su identificación mediante etiquetas, como en la mayoría de los países.

«La prohibición causaría mucha confusión», opinó S. Balachandran, miembro del consejo de la Cámara Nacional de Comercio. «Le hemos dicho varias veces al gobierno que no se apresure a imponer esta medida en lugar de recurrir al etiquetado», añadió. (FIN/IPS/tra-en/fs/js/mlm/dv-he/01

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