AGRICULTURA-CHINA: Campesinos se benefician de nueva reforma

Una nueva política rural, que busca adaptar la producción agrícola a las necesidades del mercado, permite a pequeños campesinos de China cultivar cualquier especie rentable y aumentar así sus ingresos.

La reforma pone en condiciones a los agricultores de la provincia oriental de Zhejiang, donde se inició la experiencia, de obtener ingresos mucho mayores que antes, cuando eran obligados a dedicar gran parte de sus tierras al arroz.

El granjero Ying Ronglin redujo el espacio destinado al arroz, pero está satisfecho.

Ahora gana más de 30.000 yuanes (unos 3.615 dólares) por año cultivando verduras en media hectárea de tierra, más 2.000 yuanes (240 dólares) cultivando lirios de agua en un «mu» (un quinceavo de hectárea), contó.

Mientras el cultivo de arroz rinde el equivalente a 24 dólares por «mu», el de frutas, verduras o especies comerciales rinde de cinco a 10 veces más en la misma superficie, destacaron funcionarios de Changxing, en la provincia oriental de Zhejiang.

Los agricultores de Zhejiang, como Ying, destinaban antes gran parte de sus tierras al cultivo de arroz como obligación hacia el Estado, al que debían pagar un impuesto agrícola en especie.

Pero desde que el gobierno central designó este año a Zhejiang como pionera en la aplicación de una nueva política rural, los campos de la provincia están más verdes gracias al cultivo de verduras y especies demandadas en el mercado abierto.

«La agricultura es la base de la economía nacional y su desarrollo debe ser la prioridad de nuestra agenda económica», destacó el primer ministro Zhu Rongji, citado por medios de prensa oficiales.

«China no puede alcanzar la estabilidad a largo plazo ni el desarrollo sustentable sin desarrollar su agricultura mediante el aumento de los ingresos de los agricultores», agregó.

En el marco de la reforma rural, el gobierno central seguirá comprando una proporción fija de la cosecha de granos a precios proteccionistas, pero permitirá que los precios de los productos agrícolas de calidad fluctúen libremente de acuerdo con la demanda del mercado.

Al mismo tiempo, Beijing está probando en nueve provincias y regiones autónomas la nueva política de «impuestos por derechos», que implica la cancelación de todos los derechos cobrados directamente a las familias rurales por los gobiernos municipales y comisiones locales.

En forma simultánea, habrá un aumento de los impuestos agrícolas, aunque de tal manera que la carga financiera de los agricultores se reduzca.

Anhui, en el este de China, es una de las provincias donde se experimentan estas dos últimas medidas. El año pasado, la carga financiera de los agricultores se redujo 31 por ciento frente a 1999.

En las provincias de Heilongjiang, Henan y Hunan, la reforma provocó una disminución de 30 por ciento en los derechos pagados por las familias rurales a las autoridades municipales o locales.

Esta es la tercera vez en medio siglo que la agricultura china se somete a una gran reforma.

A comienzos de la década de 1950, tras la fundación de la China comunista, el gobierno lanzó una reforma agraria que abolió la propiedad feudal de la tierra.

Unos 30 años después, se instituyó el sistema de responsabilidad contractual, que vinculaba el pago con la producción.

Estos dos cambios profundos permitieron a China, con apenas siete por ciento de la tierra cultivable del planeta, producir lo suficiente para alimentar a sus 1.300 millones de habitantes, que constituyen 22 por ciento de la población mundial.

Pero en los últimos años, el ingreso de la población rural creció a un ritmo mucho más lento que el de las áreas urbanas, en gran parte porque la producción agrícola mantuvo su orientación tradicional mientras que la economía de las ciudades se orientó más hacia el mercado.

Otro factor que decidió a las autoridades a aplicar la nueva reforma rural fue el fin de la escasez de granos.

Beijing consideró adecuado que las áreas relativamente desarrolladas (las provincias costeras y las afueras de las grandes ciudades) se concentraran en la producción de cultivos de alto valor agregado y orientados a la exportación.

«La parte central del país también debería poner énfasis en la producción de cereales de calidad y alimentos para animales», exhortó el viceministro de Agricultura, Liu Chengguo.

«Mientras», agregó, «el oeste subdesarrollado no debería escatimar esfuerzos para reparar los daños ecológicos causados por la utilización de tierras para aumentar la producción de granos en el pasado». (FIN/IPS/tra-en/cf/ccb/js/mlm/dv/01

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