Organizaciones europeas y africanas lanzaron una campaña por la cancelación de la deuda externa de los países que pagaron un precio económico por su oposición al régimen racista del apartheid que gobernó Sudáfrica hasta 1994.
Las organizaciones no gubernamentales (ONG) Acción por Sudáfrica, Red Europea para la Información y la Acción en Africa Austral, Jubileo Zambia y Jubileo Sudáfrica exigen que el combate contra el racismo incluya la cancelación de las deudas contraídas en la lucha contra el apartheid.
Durante décadas diversos países africanos se resistieron al apartheid, entre ellos Angola, Botswana, Mozambique, Tanzania, Zambia y Zimbabwe.
Las ONG publicaron este viernes un primer informe concentrado en el caso de Zambia, coincidiendo con el comienzo de la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia, en el oriental puerto sudafricano de Durban.
La campaña exige a las instituciones financieras multilaterales que cancelen la deuda externa de Zambia y prevé acciones para la anulación de aquellas deudas de Sudáfrica que son «un lastre dejado por un régimen ilegítimo».
Así mismo, los activistas discuten con expertos en derecho internacional la posibilidad de llevar esta demanda al ámbito judicial.
«Sería una lástima que los acreedores no aprovecharan la oportunidad (de la conferencia) para cancelar la deuda causada por el apartheid antes de que los pueblos se vean obligados a entablar una acción legal», afirmó Neville Gabriel, de Jubileo Sudáfrica.
«Occidente debe reconocer que mientras financiaba al apartheid y comerciaba con él, otros países como Zambia comprometían su desarrollo futuro por expulsar al racismo blanco de la región», dijo a IPS Ben Jackson, director de Acción por Sudáfrica.
«Es tiempo de corregir el error con compromisos concretos de cancelación de deudas», agregó.
Si bien el régimen racista comenzó a desarrollarse desde la independencia de Sudáfrica en los años 30, Europa y Estados Unidos no impusieron sanciones contra esa nación hasta la década de 1980.
La intención de las ONG es analizar el problema de la deuda como una obligación compartida. «Al igual que el mantenimiento de la paz, esta es una responsabilidad mundial y su costo debe ser compartido».
El informe publicado sobre Zambia afirma que «buena parte de su deuda se debió a los costos de la lucha contra régimenes racistas en Africa austral».
Cuando Zambia (ex Rodhesia del Norte) obtuvo su independencia del imperio británico en 1964, su economía estaba estrechamente vinculada a la colonia británica Rhodesia del Sur (actual Zimbabwe), Sudáfrica y las colonias portuguesas de Angola y Mozambique.
El país pagó un alto precio por imponer sanciones contra esos regímenes coloniales y racistas, así como por afrontar sus represalias recíprocas, sostiene el informe.
Zambia debió utilizar nuevas rutas de transporte aéreo para sus productos y nuevas líneas férreas y carreteras a través de la vecina Tanzania para obtener una salida al mar. La inversión en infraestructura e industria para compensar las pérdidas supuso un gran incremento de la deuda nacional.
Así mismo las continuas incursiones de Sudáfrica en territorio zambio exigieron mayores gastos militares. Paralelamente Zambia alojó a miles de refugiados de la región, que se convirtieron en un peso adicional.
El informe asevera que éstas son las causas de buena parte de que Zambia, con una población de nueve millones de habitantes, tenga una deuda externa de 5.300 millones de dólares.
El documento sostiene que la Iniciativa para los Países Pobres Muy Endeudados (HIPC), lanzada por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (IMF), es insuficiente para compensar a Zambia, cuya deuda sigue aumentando a pesar de su inclusión en ese programa.
«Los reembolsos de deuda de Zambia aumentarán de 141,5 millones de dólares anuales en 1998-99 a 174 millones de dólares entre 2001- 2005, debido a que los mismos comprenden un préstamo del FMI de 2.200 millones otorgado en 1992 para pagar deudas anteriores», señala el informe.
«El pueblo de Zambia luchó por mucho tiempo contra el apartheid. Ahora debe luchar por sus necesidades básicas de salud y educación», a las cuales destina menos presupuesto que al pago de la deuda externa, dijo Charity Musamba, de Jubileo Zambia.
El país atraviesa serias dificultades. Veinte por ciento de los niños mueren antes de cumplir los cinco años y la esperanza de vida de la población es de 37 años, en gran parte debido a la alta mortandad causada por el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida).
Así mismo, casi 35 por ciento de niños y niñas no asisten a la escuela y 13 por ciento son huérfanos, debido a que sus padres sucumbieron ante el sida. (FIN/IPS/tra-en/ss/mn/dc/aq/if dv/01