Una coalición de organizaciones civiles presentó al gobierno de Sudáfrica un proyecto para ayudar a los 22 millones de personas que viven por debajo del límite de pobreza, más de la mitad de la población.
El grupo de trece organizaciones, entre ellas el Congreso de Sindicatos de Sudáfrica, con 1,8 millones de afiliados y aliado político del gobernante Congreso Nacional Africano, lanzó el martes una campaña en el parlamento para proponer al gobierno que otorgue 13 dólares mensuales a cada pobre del país.
La coalición describió la subvención propuesta como «un importante mecanismo para abordar la crisis de pobreza que afronta la mayoría de las familias de Sudáfrica».
La concesión no podrá ser menor de 13 dólares mensuales por persona y debe aumentar junto con la inflación, explicó el grupo en un documento presentado a la Comisión de Seguridad Social.
El proyecto exigirá un costo de 3.250 millones de dólares por año, casi 10 por ciento del presupuesto estatal de Sudáfrica, pero duplicaría el ingreso mensual de las personas que viven en pobreza extrema, que representan 30 por ciento de la población.
La coalición subrayó que la concesión no debe estar limitada a los desempleados, sino que debe abarcar a todos los ciudadanos, y que debe ser administrada a través de un sistema eficiente que evite actos de corrupción o decisiones burocráticas arbitrarias. Tampoco debe representar un incentivo para no trabajar.
La Constitución de Sudáfrica obliga al gobierno a proveer de manera progresiva las necesidades económicas y sociales de la población, como comida, agua, seguridad social, vivienda y atención médica. La subvención sería una forma importante de cumplir con este mandato constitucional, según la coalición.
El proyecto sería financiado a través de un sistema impositivo dirigido a los sectores más acomodados del país. Se establecerían nuevas medidas para aumentar los ingresos del país, de manera que no habría que modificar otros gastos oficiales. Un eventual costo remanente sería cubierto por el tesoro nacional.
La coalición cree que la concesión es económicamente viable y financieramente sustentable. La Comisión deberá presentar en julio su informe de recomendaciones sobre la propuesta.
«La idea de una subvención es buena, pero debería ser modificada», sostuvo el asesor económico Roelof Botha. El experto rechaza la idea de financiarla con los impuestos a los sudafricanos. «Simplemente no lo pueden pagar», afirmó.
El ministro de Finanzas, Trevor Manuel, aprovecha cada evento público para recalcar que su compromiso con reducir los impuestos personales. Pero aclaró que el gobierno tiene cierto espacio para moverse, ya que el déficit se redujo notoriamente en los últimos cinco años, y podría pedir un préstamo internacional.
Botha es contrario a una subvención universal. «Una vez que se concede dinero, se crea un síndrome de dependencia. La gente debe tener una remuneración por trabajar», afirmó. (FIN/IPS/tra-en/ps/mn/rp/aq/dv/01