POLITICA: Las ambiciosas apuestas de la Internacional Socialista

La ratificación del Protocolo de Kyoto, la reformulación de las reglas del comercio mundial, la creación de un estado palestino soberano y la contribución al desarrollo de Africa fueron las metas establecidas por la Internacional Socialista (IS), reunida en la capital de Portugal.

El consejo semestral de los 143 partidos socialistas, socialdemócratas y laboristas que conforman la IS, presidida por el primer ministro portugués Antonio Guterres, también logró este fin de semana en Lisboa reunir al presidente palestino, Yasser Arafat, y al canciller israelí Shimon Peres.

El prolongado apretón de manos que se dieron en la tribuna Arafat y Peres, también líder del laborismo de Israel, era algo impensado hasta ese momento para los analistas de política internacional, dado el bloqueo del proceso de paz tras 10 meses de intifada (insurgencia palestina contra la ocupación israelí).

El saludo entre Arafat y Peres, recibido por una larga ovación de los 400 delegados de todo el planeta, fue considerado por la IS el inicio de una esperanza de paz justa, durable y global, la que, según la resolució0n final, «sólo se puede concebir con el establecimiento de un estado palestino soberano y viable».

Peres señaló que eso será posible «si logramos tener tan solo siete días sin bombas, sin funerales, sin ambulancias, sin lágrimas en los ojos de las madres. Sería abrir el camino para la renovación de las negociaciones políticas».

«El único ingrediente necesario es la seguridad, porque sin ella, no hay paz. La palabra clave es seguridad. Si nos dan seguridad, tendrán libertad», garantizó el líder del Partido Laborista de Israel, quien además aseguró no tener «ni un gramo de odio hacia los palestinos».

Por su parte, Arafat, pese al clima favorable de su encuentro con Peres, fustigó la «agresión militar del gobierno israelí, de su ejército y de sus colonos».

Arafat explicó que aceptó la reunión con Peres, la cual duró dos horas en la residencia oficial de Guterres, «porque este consejo de la IS en Lisboa constituye una importante contribución para detener la agresión militar».

El líder palestino recordó que su pueblo creyó en la paz justa, pero, en cambio, «sólo recibió del gobierno de Israel la muestra de su determinación para destruir aldeas, asentamientos, lugares santos cristianos y musulmanes, historia y civilización» de Palestina.

A su vez, Guterres comentó que el solo hecho de haber logrado reunir a Arafat y a Peres, tras nueve meses de Intifada (levantamiento popular palestino), «es un hecho histórico, que puede augurar una paz justa, durable y global» en Medio Oriente.

En el campo de la paz, el consejo de la IS puso también especial acento en los conflictos armados africanos.

Según el pensamiento socialdemócrata, Africa es a comienzos del siglo XXI el continente que constituye la presa más fácil de la inestabilidad, de los conflictos y de las guerras, las que «cargan de deudas importantes los pocos recursos de los Estados, hipotecando así las oportunidades de desarrollo».

La IS entiende que los conflictos africanos están vinculados a las dificultades que tienen los diferentes actores políticos en acordar las condiciones y las modalidades de acceso al poder.

La resolución del consejo de la IS deploró los conflictos que involucran directa o indirectamente a Angola, Argelia, la Republica Democrática del Congo, Congo Brazzaville, República Centroafricana, Guinea, Togo, Chad, Ruanda, Burundi, Somalia, Sudán, Liberia, Sierra Leona, Uganda, Zimbabwe, Namibia y Sahara Occidental.

También lamentó los miles de refugiados que, como consecuencia de esas guerras civiles, desbordan a Tanzania, Kenia y Zambia.

El origen de todos esos conflictos se halla en una transición democrática mal asumida, en el tráfico de minerales con rentabilidad elevada, en problemas étnicos y tribales y en el juego de las grandes potencias, sostuvo la IS.

De hecho, muy a menudo las tensiones interétnicas funcionan «como si fueran válvulas de escape muy comodas» para los gobiernos, cuyo recurso de la guerra sirve solamente «para enmascarar las situaciones a las cuales se enfrentan».

La IS, Ante estos hechos, asumió en Lisboa el compromiso de tomar parte activa en la resolución de los conflictos africanos, mediante el envió de misiones de acercamiento con los protagonistas.

En el capítulo ambiental, el consejo mundial de los socialistas hizo un llamamiento a la ratificación inmediata por parte de los parlamentos del Protocolo de Kyoto, que regula la emisión de gases que causan el recalentamiento de la atmósfera terrestre.

«Lo que esta en peligro es el propio futuro de la humanidad», argumentó Guterres.

El incumplimiento de un acuerdo mundial sobre recalentamiento del planeta representa la mayor amenaza para el ambiente, por lo cual, según los máximos dirigentes del socialismo democrático, «será necesario ratificar el Protocolo de Kyoto antes de 2002, para que pueda entrar en vigor en 2008».

El Protocolo firmado el 11 de diciembre de 1997 en la ciudad japonesa de Kyoto, obligará a 160 países del mundo a limitar o reducirla emisión de gases.

En el caso del mundo industrializado esa obligación será de ocho por ciento, llegando a 10 por ciento entre 2008 y 2012, lo cual significaría una reducción global de 5,2 por ciento respecto del nivel de 1990.

La IS insistió en Lisboa en que todos los países ricos —en muchos de los cuales esos partidos están en el poder— asuman sus responsabilidades, «ya que se trata de discutir sobre graves cambios climáticos», que en especial afectan a las naciones más pobres.

En lo referente a la Organización Mundial de Comercio (OMC), la IS estima que este sigue siendo el foro con mayor potencial para manejar los aspectos de la globalización relacionados con el intercambio comercial, con el propósito de transmitir sus beneficios a los grupos y pueblos marginados del mundo.

No obstante, la IS defiende la reforma y el refuerzo de la OMC para que se convierta en un foro donde se enfoque la liberización progresiva del comercio, con normas fijadas de común acuerdo que rijan el comercio internacional y la resolución de conflictos con carácter vinculante.

«Constatamos que el proceso de globalización ha sido hasta ahora irregular y desigual y que muchas personas, principalmente en los países en vías de desarrollo, están amenazadas por la marginalización y por una pobreza de larga duración», señal con énfasis una resolución del Consejo para presentar en la conferencia ministerial de la OMC, a realizarse en noviembre en Doha.

El hecho de que la OMC se haya convertido en «un foco simbólico de la desilusión de numerosas ONG (organizaciones no gubernamentales) con la globalizacion», es un reto para la IS, que «anhela una mejor gobernabilidad mundial por medio de la cooperación internacional», dice la IS.

Entre las personalidades más conocidas en el mundo que concurrieron a la reunión del Consejo de la IS se cuentan los presidentes Joaquim Chissano, de Mozambique, y Laurent Gbagbo, de Costa de Marfil, y los ex presidentes Raúl Alfonsin, de Argentina, Jaime Paz, de Bolivia, y Alan García, de Perú.

También asistieron los primeros ministros Poul Rasmussen, de Dinamarca, Abderrahman Youssufi, de Marruecos, Milos Zeman, de la República Checa, y Goran Persson, de Suecia.

Además lo hicieron los dirigentes socialistas José Luis Rodríguez Zapatero, de España, y Francois Hollande, de Francia, y como invitado especiales el presidente de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, Jan Pronk, y el director general de la OMC, Mike Moore. (FIN/IPS/mdq/dm/ip/01

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