PERU: Toledo propone congelar compra de armas en América Latina

El centrista Alejandro Toledo aprovechó la presencia de 10 presidentes latinoamericanos en su investidura como presidente de Perú para proponer el congelamiento de la compra de armas en la región.

Toledo anunció, además, que el eje de su gestión será la lucha contra la pobreza, «pero con responsabilidad y evitando riesgos inflacionarios».

Al mismo tiempo que se comprometía a no adquirir armamentos durante su mandato, que concluirá en 2006, Toledo anunció la reestructura de las Fuerzas Armadas y de la Policía, que desde ahora estarán bajo la conducción de ministros civiles.

Toledo, economista graduado en la estadounidense Universidad de Stanford y primer presidente de neta ascendencia indígena elegido en las urnas en los 180 años de vida republicana independiente de Perú, anunció la creación de varias comisiones nacionales para afrontar los grandes problemas de este país.

Desde esas comisiones, dijo, se impulsará la lucha contra la pobreza, la promoción de la juventud y la descentralización política y económica. Así mismo, informó que creará altos cargos cuyos titulares estarán a cargo de la lucha contra la corrupción y contra el narcotráfico.

La lucha contra la pobreza y la generación de empleo se basará en cuatro líneas de acción: la reactivación del 50 por ciento de la capacidad industrial hoy ociosa, la captación y promoción de nuevas inversiones extranjeras y nacionales, el apoyo a las pequeñas empresas y un programa de trabajo temporal.

Toledo destacó que la captación de inversiones requiere estabilidad política, tributaria y social, y anticipó que el apoyo a las pequeñas empresas se basará sobre un crédito de 50 millones de dólares concedido por la Corporación Andina de Fomento.

También se comprometió a crear 400.000 nuevos puestos de trabajo destinados a los que sufren extrema pobreza en su primer año de gobierno, con el apoyo del sector de la construcción y de entidades municipales.

El nuevo presidente peruano anunció «la modernización de la legislación laboral, mediante un esquema de concertación entre empresarios, trabajadores y el Estado, en base al cumplimiento de las recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo» (OIT).

Al acto de investidura asistieron los presidentes Fernando de la Rúa, de Argentina, Fernando Henrique Cardoso, de Brasil, Ricardo Lagos, de Chile, Andrés Pastrana, de Colombia, Miguel Angel Rodriguez, de Costa Rica, Gustavo Noboa, de Ecuador, y Mireya Moscoso, de Panamá.

También concurrieron los presidentes Luis Gonzalez Macchi, de Paraguay, Hipólito Mejía, de República Dominicana, Jorge Batlle, de Uruguay, y Hugo Chávez, de Venezuela. Por Bolivia asistió el vicepresidente en funciones Jorge Quiroga, quien asumirá la Presidencia el mes próximo en reemplazo de Hugo Banzer.

Guatemala, El Salvador y Nicaragua fueron representados por sus vicepresidentes, Israel por el canciller Shimon Peres y España por el príncipe Felipe, heredero de la corona. Mientras, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, envió un representante personal y el de México, Vicente Fox, a su esposa, Marta Sagahún.

El alcalde de Lima y ex candidato presidencial Alberto Andrade aplaudió que Toledo reiterara su compromiso de poner en práctica programas inmediatos para generar empleo y que anunciara un plan de descentralización política.

«Al discurso de Toledo le sobraron frases comunes y vagas alusiones a los objetivos generales con las que nadie puede discrepar, y le faltó grandeza de estadista», dijo Javier Valle Riestra, ex parlamentario del socialdemócrata partido Aprista.

«Además, revela que quiere burocratizar más al Estado, porque todo lo quiere resolver creando comisiones», cuestionó.

Toledo triunfó en la segunda vuelta de las elecciones parlamentarias el 3 de junio, imponiéndose al ex presidente Alan García, líder del socialdemócrata Partido Aprista Peruano, al obtener el 52 por ciento de los votos válidos.

El año anterior fue derrotado en la primera vuelta de las cuestionadas elecciones presidenciales convocadas por el ex mandatario Alberto Fujimori, hoy prófugo en Japón mientras Perú gestiona su extradición por acusaciones de corrupción.

Fujimori obtuvo entonces 49,84 por ciento, de los votos ante 41 por ciento obtenido por Toledo, quien se rehusó a participar en la segunda ronda y denunció fraude electoral.

La investidura de Toledo representa la plena recuperación de la normalidad constitucional, rota con el golpe de Estado ordenado por Fujimori en 1992, al disolver el parlamento.

El hoy prófugo ex presidente insistió en postularse el año pasado a una segunda reelección consecutiva, en contradicción con la Constitución promulgada durante su propio periodo, y apeló con ese fin al respaldo de todo el aparato del Estado.

Luego, perdió la mayoría en el Congreso legislativo tras una serie de casos de corrupción.

En noviembre, luego de la huida de Fujimori a Japón, el parlamento encomendó la Presidencia con carácter provisional a Valentín Paniagua, un abogado que cumplió, para la satisfacción de los antifujimoristas, su encargo principal: convocar nuevas elecciones y entregar el mando a quien las ganara.

En su discurso de entrega del mando, Paniagua destacó que entrega la economía en orden, con 8.300 millones de dólares de reservas en el Banco Central, una moneda estable y normalidad institucional.

El partido de Toledo, Perú Posible, obtuvo en las elecciones parlamentarias 45 escaños de los 120, y selló después de los comicios una alianza con el Frente Independiente Moralizador (FIM), que tiene 11 legisladores, y con Renacimiento Andino, que tiene un solo representante.

Así, sumó 57 votos en el parlamento, que no le dan mayoría para lograr la aprobación de leyes.

Pero la Unión Parlamentaria Descentralista, bloque que suman 13 votos, se unirá a la alianza gobernante, elevando el apoyo parlamentario de Toledo a 70 votos, una cómoda mayoría.

En el campo opositor permanecen el Partido Aprista, con 28 votos, Unidad Nacional, encabezado por el Partido Popular Cristiano, que cuenta con 17 votos, tres simpatizantes de Fujimori y dos legisladores independientes.

«El Partido Aprista y el Popular Cristiano ajustarán su conducta en relación con el gobierno de Toledo en base a sus propias expectativas electorales para 2006, en que competirán, sin duda, Alan García y la socialcristiana Lourdes Flores», pronosticó el periodista Juan Gargurevich. (FIN/IPS/al/mj/ip/01

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