ITALIA: Si quieres el G-8, prepárate para la guerra

La reunión en Italia del Grupo de los Ocho, (G- 8) prevista para la semana próxima, se prepara con medidas de seguridad que incluyen la instalación de lanzadores de misiles tierra-aire en el aeropuerto de la ciudad noroccidental de Génova, sede de la cumbre.

El primer ministro derechista Silvio Berlusconi admitió que habría sido mejor no realizar en el país la reunión del G-8, que agrupa a los ocho países más poderosos: Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia.

Los diarios están llenos de informes sobre las barreras metálicas de cuatro metros de altura levantadas en las calles de Génova para cerrar la zona en la cual se reunirán, del 20 al 22 de este mes los jefes de Estado y de gobierno, y el despliegue en la ciudad de 2.700 integrantes de las Fuerzas Armadas.

Entre los militares asignados al dispositivo de seguridad hay especialistas en armas nucleares, químicas y bacteriológicas, y se instalaron sistemas de defensa antiaérea en las naves que patrullan el puerto, así como una batería de misiles tierra-aire Spada en el aeropuerto Cristóbal Colón.

El ministro de Defensa, Antonio Martino, reconoció que «la posibilidad de un ataque aéreo capaz de amenazar la seguridad de Génova y que pueda ser rechazado con misiles parece bastante remota».

El nerviosismo de las fuerzas de seguridad determinó que expertos en explosivos de la policía hicieran estallar esta semana un maletín que alguien había olvidado y un automóvil abandonado en la céntrica plaza Corvetto.

Las autoridades «se están preparando para lo peor, pero esperamos que no se produzca una batalla», comentó el fraile dominico brasileño Frei Betto, quien se encuentra en Italia para participar en protestas que se realizarán en Génova en forma paralela a la cumbre.

«Debemos estar unidos y preparar una manifestación pacífica, junto a los pobres», porque «la violencia interesa y conviene sobre todo a la derecha», señalaron el religioso y el también brasileño Leonardo Boff.

Ambos son destacados exponentes de la llamada Teología de la Liberación, originada en América del Sur, que pide desde hace décadas más compromiso social de la iglesia Católica.

El verdadero inspirador de la protesta es el papa Juan Pablo II, quien ha criticado la globalización, dijo Frei Betto en declaraciones publicadas este jueves por el diario La Repubblica.

La Iglesia «entendió que no puede preocuparse sólo por problemas espirituales, sino también por los niños africanos, las guerras fratricidas, la miseria: en la actualidad, la verdadera herejía es que 20 por ciento de la población mundial consuma 80 por ciento de la producción industrial del planeta», opinó.

Las cuatro personas más ricas de Estados Unidos, Bill Gates, Larry Ellison, Warren Buffet y Paul Allen, suman un patrimonio equivalente al de 42 países, y «un cristiano no puede aceptar ese escándalo», añadió.

El Foro Social de Génova, integrado por más de 320 organizaciones y promotor de las protestas, convocó este jueves, tras deliberar toda la noche, a manifestar por la «liberación de la ciudad» a partir del día 20.

Hay unas 100.000 personas decididas a ingresar a las zonas rodeadas por barreras, que actuarán «con respeto hacia la ciudad y sin violencia contra personas o cosas», pero «dispuestas a defenderse», dijo a IPS Matteo Jade, uno de los dirigentes del Foro.

Berlusconi ha exhortado al diálogo a quienes promueven las protestas, y el activista opinó que el único diálogo posible tiene como condición que la cumbre no se realice.

El ministro de Relaciones Exteriores, Renato Ruggiero, ha declarado que los opositores a la globalización deberían estar interesados los problemas que discutirá el G-8, entre ellos el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) y la pobreza en el mundo en desarrollo.

«Esas son sólo cosas para poner en la vitrina. Lo principal es que (los participantes en la cumbre) quieren mostrar su poder», replicó Jade.

«El G-8 representa al 20 por ciento de la población mundial, y el otro 80 por ciento debe sufrir su imposición», apuntó.

Los gobernantes que se reunirán en Génova «controlan el mundo por decisión propia, sin que nadie los haya elegido para eso, y vendrán a demostrarlo. Por lo tanto, la única solución es que la cumbre no se haga. Si se hace, trataremos de impedirla», anunció.

«Intentaremos entrar en la zona prohibida, llegar hasta el lugar en que se realizará la reunión y expulsarlos», explicó.

Cuando se le preguntó si los activistas emplearían la violencia, respondió: «Siempre la misma historia. El símbolo de nuestra protesta no son las armas, sino las manos alzadas. Nos preparamos para derribar los muros, y si la policía nos ataca, nos defenderemos».

«Eso no es violencia, es uso legítimo de la fuerza. La violencia es de (el presidente de Estados Unidos, George W.) Bush y otros como él, que imponen al mundo su modelo de capitalismo y dicen que se trata de democracia», sostuvo.

La protesta no apunta contra la globalización de la economía, que es «un hecho histórico e irreversible, sino contra esta globalización, que no tiene fronteras para las mercaderías y el dinero, pero sí para los seres humanos», enfatizó.

«Un africano que quiere trabajar en Europa es obligado a vivir como un ciudadano de segunda clase o como un clandestino», explicó.

El Foro desea una globalización que haga desaparecer las fronteras contra el paso de los hombres, redistribuya la riqueza y combata la desigualdad, aseguró. (FIN/IPS/jp/mp/ip/01

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