/Integración y Desarrollo/ AMERICA LATINA: SELA, arma contra desigual globalización

El Sistema Económico Latinoamericano (SELA) fue relanzado en Caracas con el respaldo del gobierno de Venezuela, para convertirlo en un mecanismo regional de integración y de coordinación política ante la desigual globalización.

El secretario permanente del SELA, el chileno Otto Boye, aseveró que «este es el relanzamiento de un organismo internacional que estaba deprimido y que renace de un adormecimiento general».

América Latina y el Caribe vivió el fracaso para enfrentar la década perdida del 80, mientras los años 90 estuvieron marcados por las sombras del aumento de la pobreza, añadió Boye en el acto realizado el martes por la noche en la sede del SELA.

El diplomático chileno entiende que la región no afrontó de manera coordinada el problema de la deuda externa, que creció en la década del 90 de 300.000 millones de dólares a 750.000 millones de dólares, ni tampoco se avanzó lo suficiente en crear instituciones permanentes para la integración.

Ante este panorama, propuso que el SELA se convierta en un organismo político «unificador», que permita hacerle frente a las asimetrías de la globalización y a las crisis financieras que amenazan las estabilidades políticas trabajosamente alcanzadas.

El organismo regional fue creado el 17 de octubre de 1975, con el auspicio del entonces presidente venezolano Carlos Andrés Pérez y de su par mexicano Luis Echeverría.

En la actualidad, el SELA esta integrado por 28 países y entre sus principales objetivos se cuentan el de servir como espacio de concertación política y el de impulsar la integración entre los países de la región.

El SELA fue visto durante varios años como un organismo de consulta, que albergaba el pensamiento de los académicos, pero ahora se indica que puede tener una presencia más activa en la toma de decisiones de los gobiernos.

La sede del organismo en Caracas, que sufrió graves daños en su estructura luego de un incendio en febrero de 1998, fue reabierta el martes en un acto en que se aprovechó para relanzar sus funciones y presencia en la región.

La relevancia del SELA está dada por la necesidad de unión de los países latinoamericanos y caribeños, para negociar posiciones conjuntas en foros internacionales como en la futura Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y en la Organización Mundial del Comercio (OMC), comentó Boye.

También advirtió que la participación de la región en esos ámbitos tiene que hacerse de una manera «justa, atendiendo las demandas de esta zona del planeta».

Apuntó, además, el compromiso firmado en la Cumbre de América del Sur, celebrada en agosto en Brasilia, que puso el acento en la integración para solucionar problemas comunes.

El gobierno venezolano de Hugo Chávez dio un decidido respaldo al relanzamiento del SELA.

El presidente Chávez dijo en tono jocoso que el incendio en la sede del SELA había sido producto del neoliberalismo imperante en la región, que «satanizaba» a organismos como éste o la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

Se manifestó confiado en la labor del organismo para crear un bloque fuerte ante los imperativos de los grupos poderosos y las empresas transnacionales.

Sin embargo, advirtió que «hay grupos que se resisten a la búsqueda de una democracia mundial y de igualdad para todos».

El SELA «debe buscar el desarrollo humano, no sólo el desarrollo industrial, pues, si dejamos de hacerlo, las nuevas generaciones pagarán las consecuencias», indicó Chávez al hablar en el acto del martes.

El presidente venezolano, quien desde febrero de 1999 encabeza su llamada «revolución social bolivariana», también recomendó a los países miembros del SELA convocar un referéndum para que el pueblo vote si quiere entrar o no al ALCA.

Según Chávez, el gobierno venezolano había hecho una encuesta para saber si la gente sabía qué era ese Acuerdo, y sólo tres por ciento contestó que se trataba de un esquema de integración. Ante esos resultados, instó a «pensar muy bien si era conveniente firmarlo».

Apuntó que América Latina tiene que ir con una sola voz al ALCA y coincidió con la postura de Brasil de que lo importante es el proceso de negociación y no sólo la fecha tope de puesta en marcha, fijada para fines de 2005.

Finalmente, Boye se dirigió a los representantes de los gobiernos latinoamericanos en tono enérgico: «¿Vamos a hacer, o no, los esfuerzos necesarios para acelerar el paso a la integración, evitando que nos arrolle la globalización?, ¿Vamos a tomar, o no, las decisiones políticas que la región nos reclama?», les preguntó.

Las actividades de relanzamiento del organismo incluyen un seminario de dos días denominado «Integración Latinoamericana y Caribeña: una empresa necesaria y posible», que finalizará este jueves. (FIN/IPS/ac/dm/ip/01

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