INDIA-PAKISTAN: Cumbre crea moderadas esperanzas de paz

La reunión del primer ministro de India, Atal Bihari Vajpayee, con el presidente de Pakistán, Pervez Musharraf, crea moderadas esperanzas de paz entre dos países enfrentados desde hace más de medio siglo y poseedores de armas nucleares.

Gran parte del optimismo se debe a que Vajpayee aceptó una invitación de Musharraf a visitar Islamabad este año.

El primer encuentro de ambos gobernantes, en la mañana del domingo, se prolongó durante 90 minutos pese a que se había previsto que durara sólo 15 o 30, y funcionarios de los dos países afirmaron que fue «positiva» y auspiciosa.

El portavoz del gobierno militar paquistaní, Anwar Mahmood, sostuvo que la duración de la entrevista, que se llevó a cabo en la ciudad septentrional india de Agra, fue «una muy buena señal».

La ministra de Información y Difusión de India, Sushma Swaraj, dijo a periodistas que esa reunión fue «muy positiva» porque la cumbre no tiene una agenda estructurada ni debe cargar «el lastre de 50 años» de problemas entre Nueva Delhi e Islamabad.

Sin embargo, Musharraf enfatizó luego que la clave de un eventual entendimiento es la cuestión pendiente de Cachemira, que ha causado conflictos armados desde 1947, cuando terminó el dominio colonial británico en la región y fueron creadas las dos naciones.

El objetivo de esa separación fue que Pakistán, de mayoría musulmana, se convirtiera en una patria para las personas de esa religión, debido a que la mayoría de los habitantes de India eran hindúes. Pequeños reinos de la región tuvieron la opción de incorporarse a uno de los dos países o ser independientes.

Eso causó la separación de muchas familias, y además el gobernante de Cachemira, de religión hindú, decidió integrar ese territorio a India, pese a que la mayoría de la población cachemira era musulmana.

Desde entonces, Islamabad y Nueva Delhi disputan por el territorio de Cachemira, dividido en la actualidad entre ambos países y en el cual existen también movimientos independentistas.

Los medios de comunicación han destacado la importancia simbólica de la cumbre, debido a que Musharraf es el primer gobernante paquistaní en la historia que realiza una vista oficial a India.

No todas las partes en el conflicto cachemiro contribuyeron al clima de distensión que se buscó crear en Agra. Las hostilidades en Cachemira se reanudaron poco antes del viaje de Musharraf, tras seis meses de tranquilidad en la región.

India informó el domingo que había rechazado un intento de incursión en Cachemira desde Pakistán en cual murieron 38 insurgentes, y grupos independentistas cachemiros con bases en territorio paquistaní indicaron que varios soldados indios habían muerto en enfrentamientos fronterizos.

Musharraf aprovechó su estadía en el país para visitar el sábado la casa de Nueva Delhi en que nació. El presidente fue acompañado por su esposa, Begum Sheba, nacida en Lucknow, capital del estado septentrional indio de Uttar Pradesh, en el cual está ubicada Agra.

El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de India, Nirupama Rao, dio a conocer tras la primera reunión una declaración conjunta, afirmó que ese encuentro había sido «muy cordial, franco y constructivo», y anunció conversaciones entre funcionarios y ministros de las delegaciones participantes.

La delegación india incluyó al ministro de Relaciones Exteriores, Jaswant Singh, también responsable actual del Ministerio de Defensa, al ministro de Finanzas, Yashwant Sinha, y al ministro de Comercio, Murasoli Maran. El único ministro que acompañó a Musharraf fue el canciller Abdus Sattar.

Swaraj añadió que esas conversaciones se relacionarían con la situación de prisioneros de guerra, las perspectivas de desarme nuclear y el problema de las incursiones de insurgentes en la parte india de Cachemira, que Nueva Delhi considera apoyadas por Islamabad.

Pakistán afirma que esas incursiones son realizadas por cachemiros a los cuales no brinda asistencia.

En mayo de 1998, ambos países realizaron ensayos de armas nucleares, y eso aumentó la preocupación internacional en relación con el conflicto, entre otras cosas porque muchos observadores piensan que Islamabad y Nueva Delhi no poseen sistemas adecuados de control de esas armas.

Vajpayee intentó que la cumbre no se centrara en la cuestión cachemira, y desea que Musharraf firme un acuerdo en el cual se establezcan garantías de seguridad para un proyectado gasoducto que abastecería a India con gas proveniente de Irán y atravesaría territorio paquistaní.

Por otra parte, el gobierno indio ha otorgado a Pakistán la condición de nación más favorecida para el intercambio comercial, y aspira a un gesto recíproco por parte de Islamabad.

Musharraf afirmó el sábado en Nueva Delhi, durante un banquete en su honor ofrecido por el presidente de India, K.R. Narayanan, que tenía profundos deseos de normalizar las relaciones bilaterales.

«Me gustaría que las comunicaciones se abrieran, que el comercio floreciera y que desaparecieran los estereotipos. Los niños y niñas de Pakistán e India no deben ser obligados a vivir a la sombra de una constante posibilidad de conflicto», enfatizó.

Otras regiones del mundo han logrado reducir tensiones, para tomar el camino de la prosperidad económica, el bienestar social y el alivio de la pobreza, y para lograr lo mismo India y Pakistán necesitan «cooperación, confianza mutua y paz», sostuvo.

El presidente paquistaní subrayó que la cuestión cachemira es el principal obstáculo a la normalización de las relaciones bilaterales.

«Debemos tener la audacia necesaria para afrontar ese problema en forma directa y resolverlo de una vez por todas», dijo.

El último enfrentamiento armado de ambos países en territorio cachemiro comenzó en el verano (boreal) de 1999, en la montañosa región fronteriza de Kargil, y muchos observadores han sostenido que su instigador fue el propio Musharraf, quien tomó el poder pocos meses después, en octubre.

Tras el golpe de Estado, India interrumpió el diálogo con Pakistán, con el argumento de que no estaba dispuesta a negociar con una dictadura militar, y la actual cumbre es la primera realizada desde entonces.

A fines de mayo, Vajpayee tomó la inesperada iniciativa de invitar a Musharraf a dialogar. (FIN/IPS/tra-eng/rdr/js/mp/ip/01

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