EDUCACION-VENEZUELA: Banco de fomento de la lectura

Casi 10.000 niños y niñas de Venezuela satisfacen cada año sus necesidades de material didáctico o de entretenimiento a través del Banco del Libro, una entidad cuyo único interés es fomentar el hábito de la lectura.

Un modesto galpón de dos pisos alberga miles de publicaciones dirigidas a menores de entre cuatro y 10 años, con temáticas que van desde los cuentos de aventuras y de «superhéroes» hasta los textos de enseñanza primaria.

La idea de crear el Banco del Libro nació de un grupo de mujeres que hace 40 años se propusieron juntar libros en desuso en beneficio de los sectores más pobres de Caracas, con un sistema parecido al utilizado para manejar dinero y hasta sangre.

El proyecto, que recibe la asistencia del gobierno para gastos de mantenimiento, es financiado por empresas privadas y organizaciones internacionales.

En la actualidad, el Banco ha diversificado sus funciones y, además del tradicional canje de libros usados por materiales de estudio, ofrece talleres de cuentos para niños, quienes a través de historias reales y de ficción despiertan su interés por la lectura.

Funcionarios de la institución informaron que en los últimos cinco años han ayudado a unas 46.000 personas, con el movimiento de 164.000 libros de uso en las escuelas, lo cual ha significado un ahorro millonario en beneficio de familias de escasos recursos económicos.

El Banco del Libro exige que los textos usados en el canje se encuentren en buen estado y que su publicación sea de la década del 90 en adelante, pues se trata de ofrecer libros que cumplan con la normativa escolar del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes de Venezuela.

La entidad, además del tradicional libro impreso, incorporó ahora la versión electrónica a través de discos digitales, que son los preferidos por los adolescentes.

A pesar de que la informática ha cambiado la forma de lectura, «no creemos que el libro vaya a desaparecer, pues no es lo mismo leer la historia del mundo en una computadora personal», dijeron a IPS un grupo de educadores de la institución.

La idea del Banco del Libro es fomentar el hábito de lectura en los menores de 10 años, pues esa es la edad propicia para ello, ya que en la adolescencia se le da prioridad a otros intereses, para luego retomar la práctica en la edad adulta, explicaron.

El coordinador de educación del banco, Carlos Sánchez, entiende que «los venezolanos son buenos lectores, pues leen de todo, ya sean revistas o periódicos… No es necesario leer la historia del mundo, como uno quisiera, para calificarlos de esa manera».

«Nuestra misión es llevar el placer de leer a los más necesitados. Queremos formar líderes que puedan reinventar el mundo», dijo Sánchez a IPS.

Además del canje de libros, la entidad realiza distintas actividades, como «La Hora del Cuento», en la que jóvenes estudiantes de literatura narran y explican historias a los niños y niñas.

También se desarrolla el llamado «Un, dos, tres… ¡Este sábado es!», que consiste en escuchar y cantar cuentos infantiles, el último sábado de cada mes.

Otra actividad que concentra interés es el taller «¡Abuelita, cuéntame un cuento!», dirigido a los niños que se encuentran internados en hospitales, afectados con cáncer o sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) o son autistas.

«Este programa ha sido beneficioso, pues el niño se distrae mientras que a la abuela se le da la oportunidad de sentirse útil. Una persona de la tercera edad trasmite ternura, y eso llega a los muchachos», comentó Sánchez.

El programa cuenta con 35 abuelas y dos abuelos que, de manera voluntaria, se dedican de lunes a sábado a visitar hospitales o centros de refugio, donde leen cuentos a los niños.

Este programa atiende cada mes a unos 3.600 niños internados en hospitales ubicados en las zonas más pobres, o centros de albergues de menores excluidos.

Sánchez comentó cómo el trabajo llevado a cabo por uno de los abuelos le llevó alegría a un niño abandonado que tenía varios meses sin hablar.

Ese niño se acercó el «primer día, luego se le sentó en las piernas mientras el abuelo narraba el cuento al resto de sus compañeros y al cabo de un mes se atrevió a hablar. Su psicólogo dijo que la figura masculina le había hecho bien al pequeño… es una experiencia que no olvidaremos», precisó Sánchez.

El coordinador de educación del Banco del Libro indicó a IPS que otro de los planes de la entidad es la «bolsa viajera», que contiene 10 libros y que es trasladada por uno de los funcionarios hasta un barrio pobre para repartirlos.

A juicio de Sánchez, «el libro les va a permitir abrir su mundo y conocer otra realidad, para mejorar su condición social».

Las historias depositadas en el Banco del Libro no sólo son las de autores de cuentos sino también las de quienes han aprendido a leer y han crecido intelectualmente allí.

«Recuerdo cuando me traían a la Hora del Cuento, hoy soy yo el que hago lo mismo con mi hijo», esta frase es una de las más utilizadas por los padres al entrar a este singular banco venezolano, comentaron los educadores. (FIN/IPS/mp-ac/dm/ed/01

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