Estados Unidos anunció que cuadruplicará el número de efectivos en la base aérea de Manta, Ecuador, mientras militares retirados ecuatorianos afirmaron que esa instalación es un portaviones en tierra para intervenir en Colombia y otros países andinos.
El coronel retirado Fausto Cobo, ex director de la Escuela de Guerra del ejército ecuatoriano, dijo a IPS que la base aeronáutica del puerto de Manta, en la costa norte de Ecuador, es utilizada por Washington para incidir directamente en el conflicto armado colombiano, con consecuencias en la región.
Las declaraciones de Cobo, experto en estrategia militar, fueron realizadas tras conocerse que Estados Unidos ampliará el número de efectivos en la base ubicada sobre el océano Pacífico, hasta cuatro veces más de lo establecido en el convenio bilateral firmado en 1999.
La decisión aumentar la presencia militar en Manta fue informada la semana pasada por una fuente de la embajada estadounidense en Ecuador al diario británico The Financial Times.
En la base de Manta, cedida a Estados Unidos para su lucha contra el narcotráfico, se realizan distintas adecuaciones en las instalaciones y se está ampliando la pista para soportar aviones de transporte militar.
Algunos analistas políticos entienden que esas medidas llevan a una participación activa de Ecuador en el Plan Colombia, de lucha contra el narcotráfico y desarrollo.
El diplomático estadounidense detalló al diario londinense que en octubre, después de que finalicen las labores de prolongación de la pista, se sumarán a la base 200 efectivos de la fuerza aérea y de la marina de guerra, y en meses siguientes otra cantidad igual.
Hasta abril, cuando empezaron los trabajos, un promedio de 100 efectivos participaban en hasta tres misiones diarias, utilizando un avión espía propulsor F3, similar al derribado el 1 de abril en China y que derivara en una fuerte disputa diplomático entre Washington y Beijing.
El Plan Colombia es una estrategia antidrogas implementada por el gobierno de Andrés Pastrana con un costo de 7.500 millones de dólares, con una ayuda especial de 1.300 millones de dólares de Estados Unidos, aunque para varios expertos su objetivo principal es combatir a las guerrillas izquierdistas.
Ese programa colombiano, «irónicamente llamado plan para la paz, es una operación de ingeniería de la muerte, y Ecuador está profundamente involucrado en él», afirmó Cobo, quien fuera uno de los líderes del movimiento militar de apoyo al levantamiento indígena que llevó al derrocamiento en enero de 2000 del presidente Jamil Mahuad.
Según el militar retirado, el teatro de guerra diseñado por el Plan Colombia está dividido en un área de influencia y otra de interés.
La primera está integrada por los escenarios donde se llevan a cabo las campañas militares y está integrada por Colombia y los países vecinos, aseguró.
«Esta es la razón por la cual las autoridades estadounidenses manifiestan públicamente que el conflicto colombiano es regional», agregó.
Cobo apuntó que el área de interés no contempla los objetivos estratégicos militares, pero incide políticamente de manera directa o indirecta, en el desarrollo de la empresa bélica planificada y está integrada al resto de América.
«La base de Manta permite a Estados Unidos intervenir directamente, con medios estratégicos, operativos, tecnológicos y logísticos, sobre todo el teatro de operaciones», arguyó.
El estratega militar explicó, además, que el Plan Colombia concibe maniobras de líneas exteriores, que consisten en colocar núcleos de poder estratégico en posición exterior para, desde allí, operar en contra del adversario que se encuentra en posición interior.
«El espacio territorial ecuatoriano es vital para el logro de ese, propósito estratégico», aseguró. También aseguró que las fuerzas armadas ecuatorianas ya están ejecutando acciones estratégicas preliminares, orientadas a la frontera norte.
«Se movilizan tropas, se despliegan unidades, cambian puestos de mando, se adecúa infraestructura o se construye otra nueva, todos hechos que permiten deducir que se acondiciona el dispositivo para operar», comentó.
Añadió que una campaña militar requiere el sostenimiento operativo y logístico de las operaciones con puertos y aeropuertos, «desde donde pueda proyectar el poder». Por eso «Manta, para el propósito del Plan Colombia, es un «portaaviones en tierra de Estados Unidos», indicó.
Recordó que, antes del Plan Colombia y de la entrega de la base de Manta, «Ecuador era parte de la zona de comunicaciones de la guerrilla colombiana».
Los guerrilleros «utilizaban nuestro territorio para actividades logísticas y de descanso. Por lo tanto, si sus líneas de abastecimiento y comunicación son amenazadas, tienen que defenderlas, lo cual significa que nuestro territorio, más temprano que tarde, será una zona de combate», pronosticó.
Cobo entiende que el papel de las fuerzas militares ecuatorianas dentro del Plan Colombia es cortar esas líneas de comunicaciones y cumplir la función de yunque, mientras las fuerzas armadas colombianas que operan desde el interior de Colombia hacia el sur son el martillo que lo golpea.
Precisó que el programa colombiano prevé una primera fase de un año de rango militar bajo, que apunta al Putumayo y al resto del sur de Colombia, una segunda fase de dos o tres años de rango medio, orientada al sudoeste y al centro de Colombia, y la tercera que contempla todo el país vecino, por un lapso de tres a seis años.
El oficial retirado también analizó las fases militares de la guerrilla para explicar el objetivo del Plan Colombia.
«En la guerra de guerrillas hay una fase defensiva estratégica o guerra de movimientos, que consiste en el empleo de pequeños grupos, luego viene el balance de poder con las fuerzas gubernamentales, y la última es de ofensiva estratégica, definida por el empleo de grandes unidades y zonas liberadas», arguyó.
Cobo señaló que, según estudios realizados por el ejército ecuatoriano, las guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y del Ejército de Liberación Nacional (ELN) entraron en la fase de la ofensiva estratégica en 1998.
«La estrategia militar del Plan Colombia tiene la función de regresarlas a la fase uno. Washington espera que el programa de Pastrana motive a los insurgentes a ceder en la mesa de negociaciones», señaló.
El gobierno de Colombia avanza en un proceso de negociación con las FARC, en una mesa de diálogo instalada en una zona desmilitarizada del sur de ese país, mientras que las conversaciones con el ELN aún no han podido consolidarse.
Una vez que se complete la expansión de la pista de la base de Manta, que requiere una inversión de 30 millones de dólares, se podrán utilizar allí aviones más grandes y sofisticados para misiones de reconocimiento.
Esta unidad militar de Ecuador es una de las cuatro «ubicaciones de operaciones de avance», junto con las existentes en Curaçao, Aruba y El Salvador, que forman la red estadounidense de bases antidrogas en América Latina y el Caribe.
Según The Financial Times, los costos operativos combinados de los cuatro centros operacionales son menores que los de la base que Estados Unidos debió clausurar en Panamá, cuando devolvió el canal interoceánico a fines de 1999.
«Desde la base aérea Howard, en Panamá, podíamos llegar a Ecuador, pero no más lejos hacia el sur. Ahora (que) estamos en el área todo el tiempo podremos aventurarnos hacia Perú, Colombia y el océano Pacífico», dijo el portavoz de la embajada citado por la publicación británica.
La base de Manta permite a Estados Unidos observar el movimiento de narcotraficantes y enviar la información a las autoridades y militares de la región, dijo el portavoz.
«Esto no es el Plan Colombia, aunque los vuelos tienen un fin similar. El Plan intenta acabar con el tráfico de drogas y el cultivo y procesamiento de coca. La base de Manta ayudará a impedir la salida de la droga vía barco o avionetas», declaró el portavoz de la embajada de Washington en Quito.
Estados Unidos aprobó una asistencia económica de 12 millones de dólares a Ecuador, destinada a la policía y a las fuerzas armadas ubicadas en la frontera norte con Colombia, como parte de la ayuda al Plan Colombia.
«Esa ayuda está en proceso, y básicamente está dirigida a las acciones antinarcóticos. Pero, hablemos con transparencia: hasta este momento no se ha hecho realidad esa ayuda para las fuerzas armadas ecuatorianas», aseguró Hugo Unda, ministro de Defensa de Ecuador.
Unda también confirmó que este país está construyendo instalaciones militares en la frontera y fortaleciendo el número de personal, armas y equipos militares. Sin embrago, negó que las tropas ecuatorianas reciban entrenamiento específico para el caso de parte de Washington.
«El entrenamiento que los miembros de las Fuerzas Armadas reciben de Estado Unidos tiene una historia de por lo menos 50 años, al igual que los ejercicios combinados», aclaró Unda.
«En cuanto al problema específico que estamos viviendo, no hay entrenamiento especial. Los programas son los que siempre han existido», concluyó. (FIN/IPS/kl/dm/ip/01